Masacre en Bucha, Kiev: ¿quién es el gran satanás?

En los últimos días, el mundo quedó en shock por la masacre de centenas de civiles en las ciudades de Bucha, en las afueras de Kiev (capital de Ucrania), que aparecieron unos días después de la retirada de las tropas rusas.

En la prensa burguesa próxima al imperialismo norteamericano y europeo, se levantó una campaña histérica contra los “genocidas” rusos.

El gobierno ruso, por su parte, negó cualquier responsabilidad y acusó a los grupos nazis que actúan en Ucrania, como el Batallón Azov, de haber asesinado a personas “pró-rusas” para dar lugar a un escenario de desprestigio de Rusia. Así como para afectar las negociaciones de paz o del armisticio.

Reportan en video como fuerzas ucranianas movían cuerpos hacía las calles en #Bucha. El régimen de Kiev, acusa a los rusos de genocidio y Rusia afirma que es una escena montada. La prensa occidental se ha encargado de difundir este hecho sin tener investigaciones independientes. pic.twitter.com/eMPhZL27GZ

— Jhonny Arellano (@JhonnyNicaragua) April 5, 2022

¿Quiénes son los malos y quiénes son los buenos?

En principio, son todos burgueses y capitalistas. Y por ese motivo serían todos malos. Pero en el ajuste fino precisamos ver quien es el principal agresor y cuáles serían sus motivaciones.

La propaganda burguesa intenta, como siempre, hacer consideraciones morales sobre cuestiones políticas, principalmente ocultar los intereses materiales que están por detrás de los hechos.

Por lo tanto, la pregunta inicial que debemos contestar es: ¿quién se beneficia con esa masacre?

La nueva onda de sanciones contra los rusos, la negativa de Inglaterra de convocar el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas y la reciente iniciativa del AUKUS (Australia, Reino Unido y Estados Unidos) para acelerar el desarrollo de misiles hipersónicos nos dan la pista.

Es la disputa encarnizada por el control del mercado mundial.

¿Por qué las potencias imperialistas estarían interesadas en hacer fracasar las negociaciones de paz?

Con la campaña desatada a partir de la masacre de Bucha, la negociaciones de paz entre los gobiernos de Ucrania y de Rusia quedaron bastante comprometidas.

¿A quién beneficia?

Las potencias, principalmente el imperialismo norteamericano, precisa de la guerra. ¿Por qué?

Por que la guerra les permite escalar el funcionamiento del complejo industrial militar. No se producen armas para guardarlas abajo del colchón; el capitalismo precisa probarlas en los campos de batallas; precisa desarrollar nuevas armas; hay que obtener nuevos pedidos; hay que dominar el mercado mundial.

Las tasas de ganancia de las 30 mil mayores empresas que dominan el mundo han bajado mucho desde el año de 2012, y principalmente, después del año de 2019.

La “pandemia” del Covid fue usada como parte importante de la operación militar montada para controlar la crisis, facilitar los billonarios repases de recursos públicos a los grandes capitalistas y contener los levantes de los trabajadores y las masas.

No por un acaso, conforme la Guerra de Ucrania fue desarrollándose, la “pandemia” ha ido perdiendo importancia, casi por “arte de magia”.

¿Por qué Putin fue a la guerra?

En lo fundamental, porque el imperialismo norteamericano y europeo lo llevó a la guerra, pues la precisaba como “salida” a la crisis.

La gota de agua fue cuando el presidente ucraniano Vlodomyr Zelensky declaró en una reunión en Rumania que Ucrania quería acelerar su adhesión a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y que iría desarrollar armas nucleares.

De hecho, Ucrania ya estaba intentando reactivar los misiles nucleares que aún tenía de la década de 1980.

Los sucesivos avisos del gobierno ruso fueron totalmente ignorados. Desde el apoyo a los separatistas del Donbass, pasando por la incorporación de Crimea a Rusia, hasta el agrupamiento de tropas en la frontera con Ucrania y el desarrollo de armas de última generación.

El centro de la política de Rusia es una política fundamentalmente regionaliza con grande foco en proteger sus fronteras. Lo más lejos que ha ido es su intervención en la Guerra de Siria.

¿Rusia es un país imperialista?

Rusia es una potencia regional, a pesar de ser una superpotencia militar.

Su PBI es similar al PBI de España.

Si bien Rusia es capaz de derrotar militarmente a cualquier país europeo, para eso se vería obligada a usar su arsenal nuclear. En términos políticos y económicos no tendría posibilidad de enfrentar el esfuerzo de reconstrucción por ejemplo, ni mucho menos de enfrentar al imperialismo norteamericano aliado del imperialismo europeo.

Eso explica el porque el plan militar ruso de guerra en Ucrania se desarrolló de una manera tan aparentemente “light”, aparentemente con tantos “errores”, y tan distante de la doctrina militar rusa (principalmente las elaboraciones del General Gerasimov de 2013, el jefe del Estado Mayor). Esa doctrina está basada en el uso de varios métodos, pero en enfrentamientos abiertos predomina la destrucción total por la artillería, seguida de la intervención de las tropas.

Rusia le teme a un enfrentamiento abierto con el imperialismo. La burguesía rusa, que serían los oligarcas que en grande medida funcionan vinculados al estado, dependen tanto del imperialismo que llegan al punto de que ellos y el propio estado ruso tuvieron una parte importante de sus activos congelados por el imperialismo, inclusive con centenas de toneladas de oro que fueron exportadas a Londres en los meses anteriores a la Guerra de Ucrania para equilibrar las cuentas.

Apoyamos o somos contra?

En cualquier enfrentamiento entre el imperialismo y una burguesía local, principalmente cuando ese imperialismo es nuestro opresor, debemos denunciar la política de rapiña del imperialismo, así como denunciar todas las vacilaciones, acuerdo y toda manifestación de reaccionarismo de la burguesía regional.

El papel de los revolucionarios es organizar a los trabajadores y a las masas independientemente de cualquier sector de la burguesía.