México: lecciones de la derrota de AMLO en la reestatización del sector eléctrico

México: lecciones de la derrota de AMLO en la reestatización del sector eléctrico

¿Quién va a creer que se defienden los intereses de México y de los mexicanos, cuando diputados reaccionarios sientan a su lado a lobistas de empresas extranjeras?

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, propuso el fortalecimiento de la participación estatal en la empresa eléctrica nacional, la CFE (Comisión Federal de Electricidad). 

Dicha empresa quedaría como único vendedora de energía en el país, retomando la soberanía de la energía en México y echaría a los empresarios que Enrique Peña Neto, ex presidente acusado de corrupción y en prisión preventiva, benefició (beneficio que podría estar yendo para el pueblo y no para los empresarios extranjeros).

La propuesta fue llevada al Congreso, en donde ocurrió una votación para la aprobación de la propuesta. Como resultado, la propuesta de la “reforma eléctrica” recibió una derrota, siendo traicionados hasta mismo por diputados de la “izquierda” gobiernista. La reforma constitucional obtuvo apenas 275 de los 333 votos necesarios para ser aprobada.

Ante la derrota, AMLO dijo que el resultado era lamentable y que los que votaron en contra eran traidores del país. En otras palabras, ya no se puede hacer nada, dejemos para cuando tengamos mayoría absoluta, si un día tenemos. Nada dijo sobre la compra de votos por los grandes capitalistas que tienen intereses en el sector o el propio imperialismo norteamericano; vivimos en la “democracia”.

La “izquierda” institucionalizada latinoamericana hace parte del sistema dominado por la burguesía y que es controlado por el imperialismo, principalmente el imperialismo norteamericano. 

Mientras se piense que el camino es la vía electorera, y mientras ellos, los supuestos representantes, siguen recibiendo sus carguitos con sus regalías en tanto la población esté apaciguada, esta es la respuesta que continuaremos recibiendo: no se puede hacer nada hasta que consigamos la mayoría en el parlamento.

En tiempos de crisis y guerra, la burguesía y el imperialismo se ven obligados a reducir las migajas que nos dan. Precisan mantener las ganancias de las grandes empresas mientras su crisis no para de escalar.

Por ese motivo, las privatizaciones deberán aumentar, los servicios públicos deberán empeorar, los empleos formales deberán ser cada vez más escasos y los que sobren serán cada vez más pesados y con menos beneficios. En este contexto resuenan las palabras de la “izquierda” institucionalizada, no se puede hacer nada porque no tenemos mayoría parlamentaria.

Aunque estas son las palabras que los trabajadores y el pueblo siempre escuchan, aunque estas son las palabras que siempre nos son dadas por los representantes de la “izquierda” institucionalizada en toda América Latina, estas mismas palabras no son las que nosotros merecemos, pues nosotros trabajamos, nosotros creamos, nosotros generamos recursos y movemos la economía.

Los trabajadores serán empujados a entender esa situación por su propia experiencia, por cuenta de la crisis y todo lo que la misma conlleva. A cada día es más difícil apaciguar al pueblo y los trabajadores con palabras; las barrigas están roncando.

Por tanto, no hay que ilusionarse con elecciones, no hay que ilusionarse con el sistema, pues en México supuestamente no se puede hacer nada, en Chile no se puede hacer nada, en toda América Latina no se puede hacer nada. Sin embargo, este será el periodo que los trabajadores y el pueblo organizado demostrarán que se puede hacer todo.

¿Quién va a creer que se defienden los intereses de México y de los mexicanos, cuando diputados reaccionarios sientan a su lado a lobistas de empresas extranjeras?

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