Elecciones en Francia. ¿El fascismo fue derrotado? Ganó Macron

Elecciones en Francia. ¿El fascismo fue derrotado? Ganó Macron

Con 58% de los votos, Macron venció las elecciones en Francia contra 41,4% de Le Pen. Por primera vez en 50 años, ocurrió el mayor índice de personas que no votaron en el segundo turno, 28% del electorado.

Con 58% de los votos, Macron venció las elecciones en Francia contra 41,4% de Le Pen. Por primera vez en 50 años, ocurrió el mayor índice de personas que no votaron en el segundo turno, 28% del electorado.

El verdadero segundo más votado es el abstencionismo.

  • Votantes en Francia: 48,803,175
  • Votos en Macron: 18,779,809
  • Votos en Le Pen: 13,297,728
  • Votos nulos, blancos y abstenciones: 16,674,963

De acuerdo con las empresas de encuestas, los que votaron en el primer turno en el «izquierdista» Jean-Luc Mélenchon que obtuvo  22% de los votos, 21% declararon voto en Le Pen, 41 % en Macron y 38% no dijeron nada.

¿Quién es el verdadero fascista?

En un breve análisis del gobierno Macron, sus propuestas y las propuestas de Le Pen, la respuesta sólo puede ser: los dos.

Emmanuel Macron en su mandato anterior demostró ser un candidato muy disciplinado y con un gran compromiso en erradicar los derechos de los trabajadores franceses. Él es un agente de los banqueros, destacándose en aplicar programas «neoliberales» contra el pueblo, como por ejemplo, lo hizo con la reforma de la previdencia y la reforma laboral  las cuales generaron protesta con la participación de más de 500 mil personas en las calles en Francia. 

En la campaña de Macron para la segunda vuelta, él proponía abiertamente aumentar la edad de la jubilación de 62 años a 65 años. Su apodo » cariñoso» es “presidente de los ricos” y en su currículum consta que fue ex alto funcionario de los Rothschild.

Macron está totalmente a favor de que Francia continúe en la Unión Europea y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). La OTAN es un organismo militar controlado por el imperialismo norteamericano que ha sido utilizado para provocar guerras. Lo hizo por ejemplo, en el 1992 con la agresión y desguace de Yugoslavia. Lo hizo ahora empujando a Rusia a una guerra en Ucrania.

Marine Le Pen por otro lado, en sus propuestas, está a favor de salir de la OTAN y de la Unión Europea, fortalecer los lazos con Rusia, aumentarle el sueldo de los trabajadores, pero al mismo tiempo quiere prohibir el uso del velo islámico y limitar el ingreso y los derechos de los inmigrantes.

La «democracia» imperialista contra el «fascismo»

La política de crear teatros circenses entre supuestos «demócratas» y fascistas declarados está siendo aplicada en el mundo.

En América Latina tenemos la derecha y la derecha disfrazada de izquierda. Si hay dudas en cuanto a ésto, debemos responder a la pregunta, ¿ Quién es más fascista, Bolsonaro o Alckmin, Piñera o Boric en Chile?

Boric en la práctica continúa aplicando la política de Sebastián Piñera, que en lo fundamental, en lo relacionado con la estructura del régimen, fue arquitectada durante la dictadura del general Pinochet.

El gobierno Boric aplica la política de mantener las AFPs (fondos de pensión) y las ISAPRE (fondos de salud), se ha puesto contra el quinto retiro de las AFP; prometió desmilitarizar el Wallmapu, pero adivinen, sigue militarizado; prometió la refundación de Carabineros que no fue hecha. Su ministra del Interior aplaudió la represión de los Carabineros a los manifestantes desarmados. Boric no hizo nada para fortalecer la educación y la salud públicas. En resumen, en su práctica, el gobierno Boric mantiene en pié la política de Piñera y la de Pinochet.

Geraldo Alckmin, vice de Lula en la actual campaña presidencial en Brasil, es tan fascista como Bolsonaro; la diferencia es que habla menos y es más «educado» (demagogo). El vice de Lula, fue a favor de la reforma laboral, a favor de pasar el control de los precios del combustible al mercado internacional, a favor del “PEC de la Muerte” (enmienda constitucional que recorta las inversiones en políticas sociales), quiere garantizar el pago de la altamente corrupta deuda pública, es a favor de todas las privatizaciones posibles y de la precarización de los empleos y servicios, etc. Y esas fueron exactamente las políticas que Alckmin aplicó en sus cuatro gobiernos en el estado más importante de Brasil, São Paulo.

Aunque la campaña de la burguesía intenta engañarnos con disfraces «identitarios» (supuesta defensa de los intereses de las minorías) y promesas falsas, las máscaras se caen. Debido al abismo en aumento de la crisis económica actual, lo que debería ser una política escondida pró burguesía, en seguida es obligada a revelarse en una política abiertamente reaccionaria contra los trabajadores porque así lo exige las condiciones del sistema actual que enfrenta la mayor crisis de su historia.

Pero se engañan al pensar que  los trabajadores y el pueblo se dejan llevar por discursos demagogos, pues somos personas muy concretas, trabajamos y nuestros salarios no alcanzan. ¿Cómo lo van a resolver? Llamase Macron, Lula, Alckmin, Boric, Batman, Papa o Houdini, si solo nos quitan ya no habrá ilusiones que contenga nuestra revolución contra el capitalismo.

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