¡LUCHAR PARA VENCER!
TÚPAC AMARU II
19 de marzo 1738 – 18 de mayo 1781.
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Hugo Flores Del Carpio.
Perú, 18 de mayo 2022.
241 años de su cruel asesinato.
José Gabriel Condorcanqui Noguera, Cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, conocido como Tupac Amaru II, nace el 19 de marzo de 1738. Después de 43 años y luego de legarnos una rica historia de rebeldía y de lucha por la libertad, y de ser víctima de la más cruel e inhumana ejecución, la historia que protagonizó lo ubicó en el sitial de los eternos del pueblo y se expandió por todos los confines de las colonias hispanoamericanas, encendiendo aquel fuego de rebeldía y de lucha.
Se cumplen 241 años de la muerte de Tupac Amaru II, cuya sublevación en contra de la Corona española fue determinante para que en las colonias hispanoamericanas se iniciara la escalada revolucionaria independentista.
La tiranía española.
Desde la llegada de los españoles al continente americano en el año 1492, luego de que los invasores vencieron a la resistencia, se instaló el más cruel e inhumano sometimiento a nuestros hermanos de entonces en sus propias tierras. Tres siglos de explotación y de saqueo de nuestras riquezas les duraría su voraz festín.
Las asonadas libertarias empezarían a manifestarse aunque sin una trascendencia de mayor preocupación para la estabilidad de la Corona española. Así sería hasta que el pueblo Inca diera nacimiento a Tupac Amaru II, y Tupac Amaru II diera nacimiento a la preciosa historia de lucha de las colonias hispanoamericanas hasta conseguir expulsar al tirano español y a su sangrienta Corona.
Nace la Rebelión: De José Gabriel Condorcanqui a Tupac Amaru II.
La independencia en cada uno de nuestros países, fue precedida de históricas batallas libradas por hombres y mujeres con la conducción de excelentes liderazgos. Y en cada batalla la vida la entregaron con las esperanzas de libertad, con heroísmo, sin dudar un solo instante y con la seguridad en la victoria final.
Túpac Amaru II, con el valioso aporte y participación de su esposa Micaela Bastidas, organizó y lideró la Primera Gran Rebelión o la Primera Revolución de impacto continental contra el dominio colonial, iniciada el 4 de noviembre de 1780, adoptando el nombre de Tupac Amaru II, en honor a su antepasado Tupac Amaru, el último Inca de Vilcabamba. Su ejército estaba compuesto por más de 10 mil combatientes.
Algunas de sus exigencias.
Excomulgado de la Iglesia Católica, fue el primero en pedir la libertad de toda Hispanoamérica de cualquier tipo de dominio, la eliminación de toda forma de explotación indígena y decretó la abolición de la esclavitud negra por primera vez en la América hispana.
Captura y ejecución.
Las noticias sobre la sublevación de Túpac Amaru rápidamente se extendieron, llegando por el sur hasta el virreinato del Río de la Plata y en los enfrentamientos con el ejército español se consiguieron importantes victorias, Capturado el 6 de abril de 1781, cuando el visitador José Antonio Areche lo interroga en su celda, Túpac Amaru II le contestó: “Solamente tú y yo somos culpables, tú por oprimir a mi pueblo, y yo por tratar de libertarlo de semejante tiranía. Ambos merecemos la muerte”.
Desde siempre, el opresor ha demostrado no tener el más mínimo sentimiento de piedad hacia el oprimido. Y cuando se trata de mantener su status de dominio, con los que se atreven a sublevarse descargan lo peor de la maldad que puede albergar el ser humano. Con Túpac Amaru no se hizo la excepción. Muy por el contrario, su atrevimiento, su rebeldía, su lucha libertaria, la sentenciaron de la manera más despiadada, ignorando que no hay forma de matar la lucha por la justicia y la libertad.
El tirano creyó que podía que podía matar lo que encarnaba Túpac Amaru II y lo ejecutó el 18 de mayo de 1781, a los 43 años de edad, en la Plaza de Armas de Cusco. Antes, lo obligaron a presenciar las ejecuciónes de su esposa e hijos, de su tío y de sus lugartenientes.
Luego intentaron descuartizarlo, tirando de cuatro caballos a los cuales habían atado sus extremidades, pero su fortaleza física lo impidió y lo mantuvo con vida.
Ante ello, lo decapitaron y su cuerpo lo despedazaron. Su cabeza fue atravesada por una lanza y exhibida en Cusco y Tinta, sus brazos en Tungasuca y Carabaya y sus piernas en las actuales provincias de Chumbivilcas y Melgar. Los cuerpos de su esposa, hijos, tío y lugartenientes también fueron despedazados y sus partes llevadas a diferentes lugares.
La rebeldía no muere.
La rebeldía no muere, no existen los escarmientos para el que se levanta contra el opresor, las luchas por un mundo mejor no se pueden sofocar ni matar, ningún tirano podrá con la libertad. El levantamiento de Tupac Amaru II se propagó como reguero de pólvora, iniciándose de esa manera la lucha libertaria de las colonias hispanoamericanas.
Así se inició la lucha por nuestra independencia que culminaría 44 años después en las pampas de Ayacucho.
Rescatar la historia mirando el futuro.
Defender y continuar el legado de Tupac Amaru II y de todos los grandes líderes y luchadores de nuestros pueblos, es también rescatar nuestra memoria histórica, es fortalecer nuestras luchas del presente, levantando las banderas de unidad y de solidaridad, en marcha hacia una vida de justicia para nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños.
Trascendencia de la Rebelión.
La rebelión de Tupac Amaru II también fue noticia en Europa. Llegó a oídos del jesuita Juan Pablo Vizcardo y Guzmán que había sido expulsado del virreinato del Perú como consecuencia de la expulsión de los miembros de su orden. El suceso le sirvió de una gran motivación y estímulo para las gestiones que venía realizando en su propósito de lograr la libertad de las colonias hispanoamericanas. Gestiones y propósitos que lo llevarían a escribir la Carta a los Españoles Americanos, el primer documento donde se plasmaría el fundamento ideológico para la liberación de las colonias hispanoamericanas.
La Carta fue traducida, publicada y difundida por el libertador venezolano Francisco de Miranda y sirvió de instrumento ideológico para las grandes luchas que nos llevarían a la independencia de la Corona española.
Jamás tendremos paciencia.
Micaela Bastidas, la esposa y compañera de lucha de Tupac Amaru, en relación a la opresión que se vivía en aquella época, dijo “Yo ya no tengo paciencia para aguantar todo esto”.
