El día 22 de junio de 2022, el Senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley para restringir el acceso a las armas de fuego, que fue refrendado en la Cámara de los Diputados el 25 de junio.
La aprobación sucedió el mismo día en que la Corte Suprema de los Estados Unidos bajó una ley aprobada en el Estado de Nueva York que establecía límites para el porte de armas en lugares públicos.
🇺🇸 El Tribunal Supremo de Estados Unidos dictamina que sus ciudadanos tienen el derecho fundamental de portar armas de fuego en público, en una decisión histórica que evitará que los estados restrinjan con normativa propia a las personas de hacerlo #AFP pic.twitter.com/9n0pZm0bsd
— Agence France-Presse (@AFPespanol) June 23, 2022
La Segunda Enmienda de la Constitución norteamericana refiere que los ciudadanos tienen el derecho de “tener y transportar armas”.
La última vez que el Congreso había aprobado una ley contra el porte de armas había sido en el año de 1994, cuando fueron prohibidas las armas de asalto automáticas o semiautomáticas. Pero la prohibición expiró 10 años después.
El gobierno Biden ha propagandeado una enorme campaña en el sentido de la prohibición del porte de armas, o por lo menos en ir aumentando las dificultades en ese sentido. Es en ese contexto que “misteriosamente” han aumentado los atentados terroristas en los Estados Unidos.
🇺🇸 Biden firma la histórica ley sobre el control de armas tras ser aprobada por el Congreso.
— Noticias Telemundo (@TelemundoNews) June 25, 2022
“Nuestros hijos en las escuelas y nuestras comunidades estarán más seguras gracias a esta legislación", aseguró.
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En Chile, el presidente Gabriel Boric ha aumentado su campaña por el desarme total de los ciudadanos.
En Brasil, el PT y el Psol participaron activamente en la campaña para restringir y eliminar el acceso de la población a las armas.
¿Los revolucionarios somos a favor o contra las armas?
La izquierda burguesa y buena parte de la izquierda pequeñoburguesa latinoamericana y mundial es a favor de la prohibición de las armas. Su política es que las armas generan inseguridad y crímenes.
Por lo tanto, el monopolio del uso de las armas debería estar con las fuerzas represivas del estado burgués, las policías y el ejército, mientras los trabajadores y el pueblo deben estar desarmados. Esa es la política del “pacifismo burgués”.
Ecuador. Bajo Estado de Excepción y una brutal represión,ayer la Policía Nacional asesinó a dirigente indígena Kiwcha por impacto de bomba lacrimógena en la cabeza. “…no le tenemos miedo al Gobierno.El Pueblo Salva al Pueblo y nos vamos a defender como Pueblo…”. pic.twitter.com/1mQ1xI7SSY
— Murosyresistencia (@Murosyresisten) June 23, 2022
Esto está “Bien”…

Esto es terrorismo…
En América Latina, el “pacifismo burgués”, ni siquiera considera la desmilitarización total de las policías, con amplio derecho a la agitación política, libertad de opinión y sindicalización de las tropas
Los delincuentes ni siquiera son considerados, además de pedir el aumento de las condenas sin considerar la base social del problema. Armas son fáciles de conseguirse en el mercado negro, que en buena medida es promovido a partir de los desvíos de las propias fuerzas represivas burguesas.
Los revolucionarios entendemos el carácter de clase del estado burgués, que tiene como objetivo defender los intereses de la burguesía.
Somos a favor de la destrucción del estado burgués, como condición para la expropiación de los medios de producción de los capitalistas.
Para que la revolución social sea posible, es preciso el armamento de los trabajadores y del pueblo.
Las ilusiones sobre la posibilidad de la “vía parlamentaria al socialismo”, cuando levantada por reformistas serios (como Allende en Chile), costó mucho sangre. La burguesía no juega cuando se siente amenazada. La represión desatada por la Dictadura de Pinochet es conocida por todos. En Indonesia en 1965, la represión dejó un saldo de más de 500 mil muertos.
Podemos denunciar a la extrema derecha en el sentido de que facilita el acceso a las armas a la burguesía y a los ricos. Pero llamar al desarme de la población sólo puede ser una política de agentes de la burguesía.
Los revolucionarios somos a favor de la disolución de todas las policías y del ejército burgués, esto es, de las fuerzas represivas burguesas. Somos a favor del armamento de los trabajadores y del pueblo, de la formación de milicias.