La crisis escala en los Estados Unidos y en todo el mundo

Los Estados Unidos entraron formalmente en recesión. De acuerdo con los números oficiales, la economía se redujo en el primer trimestre de este año en un 1,6% y en el segundo trimestre, en un 0,9%.

De hecho, la situación es mucho más dramática que lo que esa caída en el crecimiento podría mostrar, con la eventual posibilidad de que hubiera alguna mejora en el próximo período.

Como un punto central de la crisis se encuentra que las tasas media de ganancias de las super grandes empresas que controlan el mundo han venido cayendo de manera acelerada desde los años sesenta.

En las 20 mayores economías del mundo, las tasas de ganancias cayeron de más del 10% en el período anterior a la crisis de 1967 para alrededor del 7% antes de la pandemia y abajo del 6% en la actualidad.

Y para mantener esas tasas de ganancias ha sido necesario ampliar el endeudamiento generalizado a las alturas.

El capital ficticio/ especulativo, no sólo no ha ido disminuyendo, sino que ha aumentado como una bola de nieve. Todas las grandes empresas dependen intrínsecamente de la especulación financiera para mantener las ganancias.

Solo la especulación financiera con los nefastos derivados financieros mueve aproximadamente el equivalente a 40 veces la producción mundial anual.

La crisis capitalista ha golpeado con fuerza a los grandes centros que buscan desviarla a los países atrasados semicoloniales.

El imperialismo, principalmente el imperialismo norteamericano, ven en la guerra una posible salida para cerrar la profunda crisis que se abrió en el 2008.

Las guerras contrarrevolucionarias andan de la mano con las revoluciones.

Para el próximo período, debemos esperar el enfrentamiento cada vez más abierto entre el movimiento de masas y la burguesía. Nuestro papel como revolucionarios es incidir con energía en la situación política.