El próximo día 4 de septiembre del 2022, será el Referendo para Aprobar o Rechazar la nueva Constitución chilena.
La propaganda institucional del sistema nos puso en la dicotomía (artificial) de aprobar la “nueva” Constitución manteniendo todos los elementos fundamentales del pinochetismo o de mantener directamente la Constitución de 1980 con las modificaciones realizadas durante el gobierno de Lagos.
Es la culminación de los acuerdos institucionales del 15 de noviembre del 2019 que tuvieron como objetivo desarmar las justas reivindicaciones del pueblo chileno expresadas en las gigantescas manifestaciones del 18 de octubre del 2019. Dicho en otras palabras, hacer algunos cambios cosméticos secundarios para mantener todo igual.
Es evidente que ambas “institucionalidades” no expresan los intereses del pueblo chileno.
Es necesario enfrentar los intereses de los grandes capitalistas y de la burguesía, que son teleguiados por los intereses del imperialismo norteamericano, que es el verdadero dueño de Chile y de América Latina, que hoy vive su mayor crisis histórica y que ahora quiere pasarnos la cuenta a nosotros.
Debemos rechazar la política de destrucción de la vida, de la naturaleza y de nuestra soberanía.
Debemos rechazar todos los tratados de “libre comercio”, que de hecho nos dejan a merced de los grandes capitales.
Exigimos transparencia contra la corrupción, tanto la corrupción ilegal como la peor corrupción que está representada por un conjunto de leyes direccionadas a defender los intereses de los ricachos contra la absoluta mayoría del pueblo.
¿Cuál sería el sentido de mantener a las AFP (fondo de pensión) y las Isapre (fondos de salud), los Carabineros, las demás fuerzas represivas y aceptar que los pueblos originarios no puedan tener derecho pleno a su autodeterminación?
Para enfrentar la institucionalidad del poder constituido debemos poner de pie una fuerza social capaz de derrotarlo. En ese sentido levantamos la necesidad de una Asamblea Constituyente libre y soberana capaz de funcionar como el poder popular que substituya el poder institucional actual que es enemigo de nuestro pueblo.
Debemos impulsar la solidaridad con las luchas de los pueblos latinoamericanos y de todo el mundo.