La “Guerra contra el Terror” y el Pacifismo

La “Guerra contra el Terror” y el Pacifismo

Los derechos civiles y las libertades individuales fueron puestos en el centro de los ataques utilizando como excusa la lucha contra el terrorismo. Esas leyes son la fundamentación de terrorismo aplicado por la propia burguesía.

La llamada Ley Patriótica (US Patriotic Act) fue promulgada el 26 de octubre de 2001, en los Estados Unidos, por el entonces presidente George W. Bush Jr., aprovechándose del clima de shock generalizado que se había creado después de los atentados de las Torres Gemelas del 11.9.2001.

Los derechos civiles y las libertades individuales fueron puestos en el centro de los ataques utilizando como excusa la lucha contra el terrorismo.

Se orquestó una gran campaña a través de la prensa capitalista, alentando el temor a nuevos ataques, para justificar la suspensión de los derechos y garantías constitucionales y la autorización de delitos y todo tipo de abusos por parte del Estado.

La política oficial de caza de brujas se institucionalizó con la persecución masiva de musulmanes y de cualquier opositor al régimen, además de la legalización de la tortura, las ejecuciones sumarias, etc.

Fue el regreso intensificado del “Macarthismo”, que, después de la Segunda Guerra Mundial, condenó a un gran número de intelectuales bajo la acusación de las llamadas actividades antiamericanas.

Se convirtió en una práctica común, libre de órdenes judiciales, rastrear los servicios de Internet y las comunicaciones telefónicas.

Las bibliotecas y librerías están obligadas a informar sobre los libros buscados por ciertos ciudadanos.

Se permitió la detención de “sospechosos” durante períodos prolongados. La histeria llegó a tal punto que la Administración Bush aprobó en 2004 el proyecto de ley conocido como Sistema para la Prevención e Información sobre el Terrorismo, que fue rechazado por el Congreso, que institucionalizó mecanismos para un gran número de profesionales, como electricistas y carteros, entre otros, colaborar como informantes policiales.

En el Presupuesto Federal, todos los gastos fueron congelados por cinco años, “con excepción de los relacionados con la seguridad”. Las agencias de espionaje obtuvieron aumentos sustanciales en sus presupuestos.

El programa de Seguridad Nacional (Homeland Security), que se enfoca en el control fronterizo, la lucha contra el terrorismo y la seguridad cibernética, pasó a controlar un presupuesto de US$47 mil millones.

La CIA (Agencia Central de Inteligencia) y algunas otras agencias de espionaje pasaron a tener un presupuesto de más de US$53,500 millones.

El Departamento de Justicia aumentó un presupuesto en más de US$23 mil millones al FBI (Policía Federal de EE. UU.), la DEA (Departamento Antinarcóticos), el Sistema Penitenciario (que es tercerizado y hoy tiene casi varios de millones de reclusos más), el BATR (Alcohol , Tabaco, Explosivos y Control de Armas de Fuego), la División de Seguridad Nacional y otras organizaciones encargadas de hacer cumplir la ley.

Solo el programa antiterrorista del FBI recibió US$3 mil millones, un tercio del presupuesto total del FBI.

Estas cifras no consideran fondos secretos cuyo monto se desconoce, como los relacionados con inteligencia militar del programa NIP (Programa Nacional de Inteligencia), que estaba destinado a cubrir operaciones en Afganistán y Pakistán, ciberseguridad, contraterrorismo, espionaje de gobiernos extranjeros y grupos calificados como terroristas.

La CIA es la principal proveedora de estos recursos secretos, provenientes principalmente del narcotráfico y otras operaciones ilícitas, como el lavado de dinero y la prostitución, como ha venido denunciando la propia prensa burguesa en los últimos años.

El Acto Patriótico es el modelo de las leyes antiterroristas que impuso el imperialismo norteamericano a escala mundial.

Una política de terrorismo de estado disfrazada de “democracia”

La “izquierda” integrada al régimen ha gritado contra el terrorismo y la brutalidad de los terroristas, a raíz de la campaña imperialista. Pero al final, ¿quiénes son los verdaderos terroristas?

Además de esta posición política oportunista y abiertamente pro imperialista, debemos disputar con la derecha el repudio a las posiciones democráticas.

De hecho, decir que es por culpa de los terroristas que la represión se produce o se incrementará es una apología más cínica de la derecha imperialista. Implica justificar las guerras imperialistas, los golpes de estado, los ataques contra los palestinos y los pueblos árabes en general.

Los gobiernos burgueses montaron circos que incluyeron atentados terroristas “sospechosos” para imponer la Ley Antiterrorista, que se veía obstaculizada por la resistencia popular. Usando los mismos métodos, la burguesía imperialista logró dar paso a aventuras militares de gran envergadura, principalmente en Medio Oriente, y ataques contra los remanentes del llamado “Estado de bienestar”.

Los revolucionarios marxistas, el movimiento de trabajadores y los movimientos sociales, deben denunciar las maniobras de la burguesía que pretende fortalecer a la extrema derecha contra las masas, para salvar las ganancias de los monopolios.

La “Guerra contra el terror” no es más que una política del imperialismo, con una liviano maquillaje de “democracia”.

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1 comentario en «La “Guerra contra el Terror” y el Pacifismo»

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