La bancarrota de la izquierda burguesa italiana

La bancarrota de la izquierda burguesa italiana

La devastadora derrota del ex primer ministro Mario Monti representó la derrota de las políticas de austeridad impuestas por la derecha tradicional a instancias de las principales potencias imperialistas, comenzando por el imperialismo alemán.

El PD (Partido Democrático) se estructuró a partir de la quiebra de DC (Democracia Cristiana) y del PCI (Partido Comunista Italiano) “eurocomunista”, que tras varios cambios camaleónicos se fusionó con otros grupos en 2007.

El gobierno de Monti contó con el apoyo incondicional del PD, encabezado por Pier Luigi Bersani, poco después de ser impuesto por el imperialismo europeo. Bersani había sido ministro en el gobierno de Romano Prodi elegido en 2006, tras haber derrotado por poco a Silvio Berlusconi, pero acabó cayendo poco después.

La devastadora derrota del ex primer ministro Mario Monti representó la derrota de las políticas de austeridad impuestas por la derecha tradicional a instancias de las principales potencias imperialistas, comenzando por el imperialismo alemán.

La crisis continuó aumentando tanto en Italia que el imperialismo europeu (alemán y francés principalmente) impusieron al ex presidente del BCE (Banco Central Europeo) Mario Draghi.

Los grandes capitalistas maniobraron y apoyaron al fascismo abierto para imponer la continuidad de las medidas de austeridad.

La crisis política generada por la falta de mayoría para gobernar aumentó la presión sobre el conjunto del sistema para que Meloni obtuviera la mayoría amplia en ambas cámaras del parlamento.

Ya desde la quiebra del tercer banco más grande de Italia por activos, el MPS (Monte Dei Paschi di Siena), que quebró por segunda vez en cuatro años, mostró claramente los vínculos del PD con la derecha vinculada a Monti, a Draghi y al imperialismo europeo. El Directorio del Banco era controlado por una fundación, vinculada al municipio de Siena, compuesta en tres cuartas partes por miembros del PD.

El Banco de Italia, que fue encabezado por Mario Draghi, ex presidente del BCE (Banco Central Europeo) y ex empleado de Goldman Sachs, al igual que Mario Monti, había aprobado la adquisición del banco Antonveneta al Banco Santander en 2007-2008, por 9.000 millones de euros, que había adquirido por 6.600 millones de euros apenas unas semanas antes. Según la prensa italiana, los ejecutivos de MPS se llevaron el 5% en comisiones.

En 2010, una auditoría reveló que el MPS se había involucrado en operaciones especulativas que no podía sostener: operaciones de recompra (repo) respaldadas por bonos del gobierno por valor de 25 000 millones de euros (5 000 millones de euros solo en manos de Deutsche Bank y Nomura) abandonaron el Banco muy expuesto a la subida de los tipos de interés y provocó pérdidas de 220 millones de euros en 2009.

El banco está acusado de haber recuperado 730 millones de euros en operaciones con derivados financieros tras ser salvado de la quiebra gracias a un préstamo concedido por el gobierno Monti por la misma cantidad como el IMU (el impuesto a la vivienda), 4.000 millones de euros.

Nada demasiado sorprendente en Italia, donde las diversas alas del régimen burgués han promovido rescates rápidos derivados de escándalos recurrentes: la quiebra del Banco Ambrosiano, vinculado al Vaticano, en 1982; la quiebra de Parmalat en 2003, en un escándalo de 14.000 millones de euros; la reciente crisis de la multinacional de armas Finmeccanica, involucrada en la corrupción promovida por varios partidos políticos, principalmente la Liga Norte de Berlusconi; recientes escándalos en el Vaticano que llevaron a la renuncia del Papa y la subida del nuevo Papa, Jorge Bergoglio.

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1 comentario en «La bancarrota de la izquierda burguesa italiana»

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