El colapso capitalista de 2008 aún no se cerró.
Por lo menos en cuatro ocasiones estuvimos cerca de un nuevo y más duro estallido, a finales de 2012, en 2016, en 2019 y a comienzos de 2022.
Ahora la mayor crisis capitalista de todos los tiempos amenaza de estallar por varios lados. Es por esa razón que los grandes capitalistas buscan como “salida” la guerra.
Los riesgos de una fuerte contracción económica generalizada, mucho peor que la existente actualmente, aparecen en los esfuerzos desesperados principalmente de los gobiernos de los Estados Unidos y de Europa para controlar la inflación galopante.
Los enormes volúmenes de recursos públicos repasados a los grandes capitalistas desde 2007 generaron inflación.
Los gastos públicos dispararon principalmente por los gastos con la guerra, a parte de los “estímulos” a la economía capitalista, que sumaron más de US$ 5 billones en los últimos seis años.
El déficit público de los Estados Unidos está en aproximadamente US$ 3,5 billones, o dos años la producción anual de Brasil.
Los recursos ilimitados a tasas de 0% para los grandes capitalistas ahora se les entrega a 4% debido a la necesidad de aumentar la tasas de interés para controlar la inflación.
El alivio quantitativo (Quantitative Easing) que consiste en la compra de títulos de las empresas desvalorizados por el valor lleno también sufrió un enorme corte después que el banco central norteamericano (Reserva Federal) acumulara casi US$ 10 billones.
Las tasas de ganancias de los títulos podridos volvieron a subir de menos de 4% a más del 10%. La especulación financiera se ha convertido en el principal estabilizador de las ganancias de las súper empresas que controlan el mundo.
La burguesía mundial está estupefacta
La “pandemia” del Covid, la guerra en Ucrania y la guerra comercial contra China no sólo han hecho disparar los precios de las materias primas sino que también han roto las cadenas mundiales de suministros, impactando en lleno la industria manufacturera.
Los altos costos del petróleo y del gas están llevando Europa a la bancarrota e imponiendo la inflación en todo el mundo.
El impacto político es el debilitamiento del control de la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) por los Estados Unidos, principalmente las monarquías del Golfo Pérsico.
Los shocks de los años de 1973 y 1979 empezaron a parecer un juego de niños comparados con lo que vemos ahora.
La burguesía está estupefacta. No sabe que hacer para “superar” la crisis manteniendo todo igual.
Los principales portavoces del capital financiero empezaron a repetir que es preciso buscar nuevas herramientas, que las políticas de Milton Friedman y Ben Bernacke no son suficientes.
Las voces para llegar a un acuerdo con Rusia y con China aumentan.
Pero en caso de llegar a acuerdos, ¿qué hacer con los gigantescos volúmenes de capitales ficticios?
¿Qué hacer con la especulación financiera?
¿Qué hacer con el propio funcionamiento del capitalismo? Con sus leyes de funcionamiento, que se encuentran más tensionadas que nunca.
El capitalismo llegó a un nivel de contradicción entre la propiedad privada sobre los medios de producción, por un puñado de buitres capitalistas, y la socialización de los procesos productivos que las tendencias revolucionarias aumentan de manera acelerada.
Obviamente, la revolución anda de la mano de la contrarrevolución, y viceversa; de las guerras, del fascismo y de las dictaduras feroces.
La lucha de clases aumenta. En el próximo período, tendremos el peso pesado que aún no entró en escena, los trabajadores organizados.
3 comentarios en «El camino sin vuelta de la mayor crisis capitalista de todos los tiempos»
Se requiere de mucha preparación política de las masas trabajadoras, el capitalismo está en crisis pero sus sepultureros son víctimas de la ofensiva ideológica imperial.