¡EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER, PERO NO DE LAS QUE OPRIMEN, SINO DE LAS QUE LUCHAN!

Seamos conscientes que sin nuestra lucha nada puede cambiar, y que el problema no es de género, es de clase. En este Día de la Mujer, llamamos a celebrar a aquellas que se han organizado por el bien de las grandes mayorías, por el fin de la explotación, la opresión y la desigualdad. 

Somos diferentes por la historia que llevamos, por el camino que hemos recorrido; somos lo que somos no por elección, sino por imposición. 

Luchamos, gritamos, y alborotamos para que no haya  desigualdad ni explotación, que representan la base del sistema capitalista actual. Y para que dejen de existir las políticas salvajes del capital que son la base de todo sexismo, de toda intolerancia y de toda miseria.

Ser mujer nos obliga a enfrentar un gran lucha porque con tantos años de desprestigio, injusticia y explotación capitalista han llevado a que muchas de nosotras seamos barridas, calladas o colocadas en lugares de poder para aplicar las propias políticas que fortalecen al sistema que nos explota, oprime, mata y degrada. 

Detrás del capitalismo, está la miseria, hambre, muerte, degeneración e injusticia. Este sistema nos despoja de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser, no sólo a nosotras mujeres, sino a todos los seres humanos.

Las mujeres no podemos dejar de luchar.

La lucha es ardua, difícil, pero la libertad y la dignidad valen la pena, por las que ya no están, las que no quieren estar y las que luchan, levantemos la bandera de la rebeldía, de la pasión por la libertad, por la dignidad y por el fin de este sistema que tanto nos ha corrompido.

Este sistema que nos ha degradado y agredido necesita acabar.

También quisiera dedicar un solo párrafo a todos aquellos traidores, que se han aprovechado de las conquistas de muchas compañeras para defender este sistema, y ​​a los que lo gobiernan, aprovechándose del “identitarismo” en los últimos tiempos, para romper, derribar y debilitar nuestra verdadera lucha, que vino es contra un gobierno, no es contra un hombre, es contra todo un sistema que genera y valida el racismo, la xenofobia y el machismo -entre otras cosas-.

El principal componente de la sociedad patriarcal machista es la propiedad privada sobre los medios de producción. Por lo tanto, para luchar consecuentemente en contra del machismo es necesario luchar contra el sistema capitalista.

Nuestra verdadera libertad vendrá con la superación de todas las formas de explotación y no con cambios legales o culturales, que las clases dominantes los conceden o los retiran conforme sus necesidades. 

Hoy, 8 de marzo de 2023, escribimos para recordarles a todos que no siempre se nos ha permitido hablar, pero hoy, debido a la lucha incansable de muchos, nuestras voces no pueden ser silenciadas. 

Seamos conscientes que sin nuestra lucha nada puede cambiar, y que el problema no es de género, es de clase.

Somos más que un día al año; somos parte de la base de este sistema; somos los que permitimos la reproducción de la base social del sistema, los que sustentamos el trabajo no remunerado. 

Desde hace mucho tiempo, somos los que teniendo que trabajar 12 horas diarias vamos por las calles a buscar agua o a conseguir algún que otro centavo para darle una mejor vida a nuestros seres queridos. 

Todo lo que nos fue negado no dependía de un hombre, dependía de un sistema explotador. 

Debemos luchar por derrotarlo y no por reformarlo manteniendo sus bases, porque todo seguiría igual. 

El Día Internacional de la Mujer es un día para recordar quiénes somos y cómo juntas podemos lograr cosas increíbles, pero para terminar con esta pesadilla, no podemos hacerlo solas y tampoco debemos hacerlo.

Derrocar esta forma de vida nos concierne a todos, mujeres y hombres explotados por el capital. 

Todos sufrimos -de diferentes maneras- este sistema; todos somos prisioneros de unos pocos que determinan cómo debemos vivir.

Eso debe cambiar ya.

Es hora de levantar la bandera de la lucha por la liberación de los pueblos y no olvidarnos que para hacer un mundo diferente, los errores de este sistema no se pueden repetir, y nuestras voces tienen que ser escuchadas.

Nuestros problemas no se olvidan y en la lucha siempre tenemos que recordar todo el dolor que este sistema explotador nos hizo para que al final, sobre sus cenizas, los actuales explotados seamos verdaderamente libres.

A nosotros, como trabajadoras y trabajadores, debe importarnos las políticas que representen nuestros intereses, que defiendan nuestras necesidades y que estén del lado correcto de la historia, por el poder al pueblo y los trabajadores. 

Eso sólo podremos conseguirlos organizando su lucha de manera independiente de todos los sectores de la burguesía, de nuestros opresores.

En este Día de la Mujer, llamamos a celebrar a aquellas que se han organizado por el bien de las grandes mayorías, por el fin de la explotación, la opresión y la desigualdad. 

Llamamos a elevar la voz en conjunto contra el sistema capitalista, eje de nuestras pesadillas, de nuestras opresiones. 

Que entre nosotras nazcan miles y miles como Rosa Luxemburgo, Alexandra Kollontai, Clara Zetkin, Luisa Toledo, Eva Perón, Gabriela Mistral, Francisca Sandoval, Berta Cáceres, Hebe Bonafini, Rigoberta Menchu, Ana Neri, Mary Muthoni Nyanjiru, Juana Azurduy, las Hermanas Mirabal, Frida Khalo, Cecilia Magni, Patricia Arellano Parada  y muchas otras que han revolucionado, agitado y dejado en claro sin las mujeres, no podemos vencer a nuestro enemigo. 

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¡Salve este aniversario del Día Internacional de la Mujer!

¡Luchemos por la unidad de todos los explotados contra nuestro enemigo común: el sistema capitalista!

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