Guerra en Ucrania: ¿escalada o trégua?

La prometida contraofensiva de Ucrania sigue pausada, mientras los rusos avanzan en la región de Bakhmut/ Artyonovsk y el jefe del Grupo Wagner hace declaraciones bombásticas sobre la situación de las fuerzas armadas rusas.

Esta guerra evidentemente tiene un fuertísimo componente de guerra psicológica porque ella es parte de una política general del imperialismo: darle una salida a su mayor crisis de todos los tiempos por medio de la guerra.

La guerra en Ucrania substituyó a la ya desgastada “pandemia” para semi camuflar los trillones que les pasaron a los grandes capitalistas, dentro de la política sanguinaria de las Muy Grandes Para Quebrar.

El imperialismo, principalmente el imperialismo norteamericano, y todo el capitalismo mundial precisan de la guerra para poder hacerle frente a su crisis, principalmente a los volúmenes obscenos de capitales ficticios/ especulativos que no solo no encuentran lugar en la producción, sino que se han convertido en parte integrante privilegiada de la tasas de ganancia mundial.

Una eventual ofensiva ucraniana que fracase le creará enormes problemas al imperialismo que precisa desesperadamente de la guerra. Y no solo de la guerra en Ucrania sino de una guerra contra China y de preferencia una guerra mundial y nuclear.

El congelamiento del conflicto puede ser una mejor salida temporal porque le permitiría al imperialismo convertir a la región de Ucrania que aún subsista como tal en una gran base militar y, al mismo tiempo, aumentar la militarización de toda Europa.

El gobierno de Vladimir Putin también ha aprovechado la guerra para aumentar su papel protagonista en el mundo. Ha podido estabilizar la economía, cada vez más distante de los controles directos del imperialismo y estabilizar la situación interna.

Pero Rusia es una potencia regional, que sólo le significa un problema serio al imperialismo en su alianza con China, que ya ha sido declarada por altas figuras del gobierno Biden como la gran amenaza de todos los tiempos para los Estados Unidos.

Pero no nos engañemos. Los conflictos entre las potencias capitalistas, son parte de las contradicciones impulsadas por la crisis.

Cuando se trata de reprimir al movimiento de masas y a la revolución, las diferencias desaparecen. Son todos los capitalistas contra los trabajadores y los pueblos oprimidos.

Y ese es el futuro que aparece en el horizonte para el próximo período, un gran enfrentamiento entre las principales clases antagónicas.