A puro mate salado: Uruguay se queda sin agua

A puro mate salado: Uruguay se queda sin agua

Al fin y al cabo el "Uruguay Natural" no era más que un eslogan engañoso que en verdad debería haber sido "EL URUGUAY: UN DESIERTO VERDE". La crisis hidrica es la muestra del modelo extractivista y no de la sequía.

El uruguayo tiene la costumbre de tomar su mate cuando va al trabajo, cuando está estudiando, cuando merienda y en la tardecita entre amigos. Es decir, el mate es un ícono en el día a día del uruguayo que NO puede faltar.

Ahora imaginémonos que en el Uruguay, y más que nada en Montevideo, Colonia y Florida, el mate pasó a ser SALADO gracias al agua que les llega a los uruguayos a través de la empresa OSE (empresa nacional de agua potable).

Fuera de los «chistes» que a nadie hacen reír, el problema es muy serio.

La crisis hídrica que enfrenta el Uruguay no es cosa no anunciada.

Hoy en día, hay un estricto control a los consumidores de hogares y pequeños negocios para que no «mal gasten el agua».

Además, en algunas zonas del país, los bidones de agua, es decir, el agua embotellada no se encuentra en los supermercados debido a un desabastecimiento y sobre compra del producto.

El presidente de Obras Sanitarias del Estado de Uruguay advirtió que sólo queda agua potable para 12 días. El cambio climático y una política extractivista (soja transgénica y eucaliptos principalmente) irresponsable provocan una crisis largamente anunciada.

¿QUIEN TIENE LA CULPA? Depende de a quien se le pregunte…

Sutilmente diremos que la respuesta de ¿A qué se debe la crisis hídrica? Depende de si se la hacemos al gobierno o si la sustraemos de los hechos reales y acciones que se vienen desarrollando en el país. Es decir, una es una mentira y la otra, una extracción científica.

La mentira, es decir, la postura del gobierno uruguayo, sostiene que la crisis hídrica es consecuencia directa de la sequía que atravesó el país en el último año.

La caída de las reservas del embalse de Paso Severino, ha provocado que se apele a otras fuentes, como las aguas abajo del río Santa Lucìa, mucho más salobres.  El agua que actualmente provee el OSE, con niveles de hasta 440mg/l de sodio y 720mg/l de cloruro afecta el gusto uruguayo, que nunca aprobaron el mate con sal.

El Estado uruguayo sostiene que igualmente el agua es segura, pero no recomienda tomar más de un litro por día… Es decir, mientras las empresas de agua embotellada lucran con la ventana de oportunidad, quienes pagan el pato son las familias uruguayas, y en especial los hipertensión, las embarazadas, los que tienen afecciones renales, insuficiencia cardíaca y/o cirrosis.

Ahora veamos lo que los datos nos arrojan.

La posibilidad de una crisis hídrica en el Uruguay no es algo nuevo. El actual modelo extractivista, las papeleras, los monocultivos y ahora, la búsqueda por el hidrógeno verde son apenas, algunos de los indicios que alertaban sobre el uso de agua para la producción de forma indiscriminada. En especial los eucaliptos y pinos que consumen las napas subterráneas de agua.

Al fin y al cabo, el «Uruguay Natural» no era más que un eslogan engañoso que en verdad debería haber sido «EL URUGUAY: UN DESIERTO VERDE»

Si bien «Uruguay Natural» es parte del slogan de campaña que colocó al Frente Amplio en la Presidencia en el 2005, el mismo mantiene la política extractivista y forestal del gobierno derechista de Jorge Batlle.

Esa política económica tuvo como eje el comienzo de las negociaciones con «multinacionales» para instalar dos grandes plantas de producción de celulosa.

Sí; dos papeleras, las mismas que posteriormente fueron aplaudidas y desarrolladas por los gobiernos supuestamente de izquierda del frente Amplio con Mujica y Tabaré Vasquez al mando.

El «progresismo» uruguayo tiene el dudoso mérito de que, en cada gestión de gobierno, habilitó la instalación de una nueva papelera. También de acompañar una política de Estado que favoreció el desarrollo de empresas «multinacionales» como  UPM (Forestal Oriental) que se instaló hace 25 años y actualmente tiene más de 200.000 hectáreas de cultivos forestales.

Bueno… «dudoso», ¿cierto? Sabemos que el Frente Amplio por más «izquierda» y progresismo que diga ser, no fue y es más que otra de las patitas del sistema depredador manejado desde las grandes empresas. Es decir, no son más que otros de sus jugadores para aplicar sus políticas y seguir lucrando a costa de la vida de los obreros y explotados.

Hoy son los uruguayos los que deben tomar mate con sal, los que deben cerrar su canillas y los que deben salir a comprar botellas de agua aumentado su costo de consumo mensual.

Después del desastre provocado por las «multinacionales» y el mercado extractivista, quieren privatizar

Como es costumbre siempre le echan la culpa al Estado y su gestión y nunca a los beneficios estrepitosos que le dan a las «multinacionales» y privados para hacer y deshacer a gusto.

El gobierno de Lacalle Pou, ha profundizado la política extractivista, y ahora propone resolver la vulneración del derecho humano al agua potable, por la vía de la privatización.

Algunos puntos para observar como desde las propias autoridades de Obras Sanitarias del Estado (OSE) y el Ministerio de Ambiente se viene desarrollando un saboteo a la empresa pública con la finalidad de privatizarla:

  1. Reducción Progresiva de las Inversiones en Infraestructura y personal de OSE. En la actualidad el 50% del agua se pierde en su distribución lo que demuestra fallos en la infraestructura del propio servicio.
  2. Ausencia de planificación territorial y de políticas de gestión adecuadas en las cuencas hidrográficas. A pesar de disponer de diagnósticos y de líneas de acción, los equipos de administración no las están implementando y parecen orientados a “abandonar” al Río Santa Lucía y a que avance su deterioro. La cuenca del Río Santa Lucía no es nada menos que la fuente de agua para más del 60% de la población del país.
  3. La continuación con el «agronegocio» a pesar de evaluaciones, y medidas sugeridas para recalificar el impacto de la forestación en las nacientes de las cuencas y analizar la recalificación de suelos de prioridad forestal en esas zona.
  4. Límites y recortes a la participación de la sociedad civil en la planificación, gestión y control de los recursos hídricos, obstaculizando el normal funcionamiento de las comisiones de cuenca y los consejos regionales de recursos hídricos.
  5. Nuevas apuestas a la privatización del servicio de agua potable: el proyecto Neptuno y las estrategias seguidas por la Administración para saneamiento y pérdidas de agua son un claro reflejo de esta orientación política de la gestión.
  6. Total pasividad frente a los efectos que el cambio climático ha generado, como el aumento en la frecuencia de eventos extremos con importantes períodos de sequía, y por ende fuertes impactos en el ciclo hidrológico.
  7. Se ha eludido y negado un debate profundo sobre el modelo productivo y la insustentabilidad que reproduce, con impactos en nuestros bienes comunes, muy especialmente en el agua.

La crisis, como casi todas, son desarrolladas por las propias manos del capitalismo y sus empresas las cuales para lucrar a cualquier costo avanzan en la destrucción no solo del medio ambiente sino de todo lo que está a su paso.

No es que en Uruguay falten propuestas. La Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida, fundada en 2002, ha tenido ideas e iniciativas que ha venido sosteniendo en la calle y desde otros  lugares en que se pueden dar debates públicos.

Lo que ha existido es la voluntad de privar a los hogares y pasarlas la crisis con tal de privatizar una empresa nacional desde hace décadas y permitir la continuación de un modelo extractivista y el lucro de empresas trasnacionales a costa de la calidad de vida de los uruguayos.

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