La situación es desesperante. El gobierno estima que quedan solo entre una semana y diez días de agua potable. Los números son claros: en Paso Severino hay aproximadamente 1.173.573 m3 de agua, y se utilizan alrededor de 80.000 metros cúbicos diarios.
Ante esta escasez, se plantea recurrir al Río de la Plata, a pesar de los altos niveles de salinidad.
El Presidente Luis Lacalle Pou ha mencionado este período crítico, en el que el agua no será apta para el consumo y se deberá esperar a que llueva lo suficiente, algo poco probable en los meses de julio y agosto. Otra alternativa es esperar a que se completen las obras en Paso Belastiquí, para llevar agua dulce desde el Río San José hasta el Río Santa Lucía.
Aunque estas medidas no resolverán por completo la situación, permitirán suministrar entre 150.000 y 200.000 m3 de agua al caudal de OSE durante un período de tiempo.
¿Pero cuál es el motivo detrás de la crisis hídrica?
Según los medios oficiales todo se debe a la sequía y la falta de lluvias. Pero, a pesar de que la sequía aumenta el problema no es el motivo de fondo.
Diversas organizaciones ambientalistas sostienen que el problema no se limita únicamente a la sequía, sino que también implica el saqueo de los recursos hídricos. Estas organizaciones responsabilizan a las empresas forestales, como UPM y Montes del Plata, de haber disminuido a la mitad la capacidad de las cuencas acuíferas.
UPM, una empresa de origen finlandés dedicada a la fabricación de celulosa, ha estado operando en Uruguay desde la década de 1990 con la aprobación del gobierno del Frente Amplio.
Actualmente, cuenta con 250 mil hectáreas de cultivo de eucaliptos en el país. En Uruguay, opera bajo el nombre de Forestal Oriental S.A.
La primera planta de celulosa se estableció en el año 2007 en Fray Bentos, en la frontera con Argentina, lo que generó disputas internacionales que finalmente fueron llevadas ante la Corte Internacional de La Haya.
Y si a esto le sumamos las forestales y el monocultivo, las cuentas van cerrando.
La Irresponsable Gestión del Agua: Caos y Privatización
La gestión irresponsable de las autoridades de Obras Sanitarias del Estado (OSE) y el Ministerio de Ambiente, sumado a la orientación caótica de la política de aguas del Gobierno hacia la privatización, es una violación flagrante de la Constitución y tiene múltiples componentes preocupantes.
- La falta de transparencia en los procesos de privatización y la ausencia de participación ciudadana en la toma de decisiones son evidentes. Las políticas implementadas favorecen a empresas privadas en detrimento del interés público, generando desigualdades y aumentando los costos para la población.
- Las privatizaciones se desarrollan “a la calladita” a partir de una reducción paulatina de las inversiones en infraestructura y de personal en la OSE. Es decir, se deprecian las empresas nacionales en favor de su deterioro para hacer más amena la privatización.
- La no incorporación de nuevas medidas sugeridas por la sociedad civil y la academia para reducir el impacto del agronegocio. Y en contra de esta política ampliar cada vez más el saqueo y uso de nuestras tierras para desarrollar grandes desiertos verdes de monocultivos trangénicos que no solamente son altamente dañinos para la salud sino que secan las napas subterráneas al mismo tiempo de consumir grandes cantidades de agua a partir de su riego.
- Nuevas apuestas a la privatización del servicio de agua potable: el Proyecto Neptuno y las estrategias seguidas por la administración para saneamiento y pérdidas de agua son un claro reflejo de esta orientación política de la gestión.
- Se ha eludido y negado un debate profundo sobre el modelo productivo y la insustentabilidad que reproduce, con impactos en nuestros bienes comunes, muy especialmente en el agua.
El acceso al agua potable es un Derecho Humano fundamental, consagrado en nuestra Constitución. Hoy no se está garantizando ese derecho, ya que una parte importante de la población, más de un 40%, no puede tomar el agua que sale de las canillas por los efectos adversos para su salud.
Con la distribución de agua que pone en riesgo la salud de la gente, OSE no cumple con su mandato de abastecer de agua potable y segura para todos y todas y el punto por detrás de esto es que se hace de forma consciente para aplicarnos un gran golpe a todos los uruguayos en pro de favorecer las ganancias de las trasnacionales y burguesias nacionales a costa de nuestra calidad de vida.
En las últimas semanas se ha anunciado una inversión extranjera de 4.000 millones de U$S para hacer gasolina sintética en base a hidrógeno verde (agua) y biomasa, qué proveerá UPM, pues Se anunció que se extenderá el ramal ferroviario al oeste. La idea es dejarnos sin agua y la pregunta es ¿Lo vamos a permitir?
“Al igual que el agua superficial, el agua subterránea forma parte del ciclo del agua y también se ve afectada por los prolongados períodos de sequía, principalmente los acuíferos libres que se recargan directamente con el agua de lluvia” (…) “Un acuífero es una formación geológica que tiene la capacidad de almacenar y de transmitir el agua, que puede ser extraída por medio de pozos. Una de las diferencias principales con el agua superficial son los tiempos muy lentos de circulación dentro del acuífero. Hablamos de días, meses, años y hasta siglos para que el agua pueda recorrer apenas unos metros”.
Paula Collazo: “Es muy preocupante que el hidrógeno verde se haga con agua subterránea que debiera considerarse como una reserva estratégica”. Especialista en Hidrogeología.
Uruguayos, ahora sí, o nos movilizamos o vamos a puro mate salado.


