Ucrania, Palestina y 8 puntos más, rumbo a la III Guerra Mundial

La guerra en Palestina surgió en paralelo con la guerra en Ucrania, cuando la contraofensiva del régimen de Kiev había fracasado.

No sabemos hasta donde los servicios de inteligencia sionistas e imperialistas sabían del ataque que Hamas y la Resistencia estaban preparando hacía tiempo.

Lo más probable es que en parte lo sabían, aunque no esperaban algo de esa magnitud.

De la Operación Tempestad de al-Aqsa participaron cuatro grupos de la Resistencia: Hamas, Jihad Islámica, FPLP (Frente Popular para la Liberación de Palestina) que se auto declara marxista y la FPLP Comando Central.

Esos grupos, y en primer lugar Hamas, han encarnado el deseo reprimido del pueblo palestino de libertarse de la opresión sionista que ya dura 75 años.

El impacto fue enorme y la reacción de los sionistas israelíes, apoyados por las potencias imperialistas, ha sido muy reluctante en relación a la invasión de Gaza por las tropas.

El problema es que las contradicciones internas en Israel son tan grandes que esa invasión está prácticamente impuesta.

Los sionistas han promovido un enorme genocidio de la población civil lo que ha aumentado el odio de los pueblos del mundo. Las manifestaciones pro palestinas crecen en número en casi todo el mundo.

Mientras tanto en Ucrania …

Mientras la prensa oficial sólo habla de Palestina, en Ucrania la política imperialista está colapsando.

No sólo la contraofensiva ucraniana fracasó sino que las líneas de defensa rusa se mantuvieron intactas.

La situación más critica se encuentra en Avdiivka, que es la última fortaleza que existe en Donetsk e se encuentra en vías de caer, de la misma manera que sucedió en Mariupol, Soledar o Bakhmut. Cayendo Avdiivka, el camino queda abierto para ciudades muy importantes, como Kramatorsk e inclusive Kharkhov.

El gobierno ruso ha declarado que la guerra debe durar por lo menos hasta 2025. La guerra en Ucrania es parte de una planificación más amplia que incluye la reformulación y entrenamiento del Ejército, que de hecho es un nuevo ejército en comparación con el de la pre guerra de Ucrania, mucho más numeroso y entrenado en la guerra, de la Marina y de la fuerza nuclear.

La Federación Rusa debe vencer esta guerra, incluso tomando Odesa, el principal puerto, lo que bloquearía la salida de Ucrania al Mar Negro, y Kharkhov, que a parte de ser ciudades muy importantes son de población predominantemente rusa, pero no podrá controlar Kiev y la región occidental donde la oposición sería enorme.

El desenlace más probable de esta guerra es que finalice con algún tipo de armisticio. Lo que sobrar de Ucrania será armado hasta los dientes por el imperialismo, mucho más que lo que sucede hoy.

Otros focos de guerra, rumbo a la III Guerra Mundial

A parte de Ucrania y Palestina, hoy existen alrededor de 10 puntos graves de conflictos en el mundo: en Kosovo en la frontera con Serbia; en los Países Bálticos en una eventual provocación contra Rusia; en el Mar Negro; en el Cáucaso, principalmente a partir de Georgia o incluso Armenia; en el Mar del Sur de China, principalmente entre China y Filipinas apoyada por los Estados Unidos; en el Estrecho de Taiwán; en la Península de Corea; en África Occidental.

El capitalismo mundial vive su mayor crisis histórica. Las grandes empresas precisan mantener sus ganancias y evitar bancarrotas masivas como las del 2008 que puedan dar lugar a grandes revueltas populares y principalmente a revoluciones.

La crisis del 2008 fue contenida con mucho dinero público, pero esa solución empezó a agotarse seriamente alrededor del 2016.

La “pandemia” fue utilizada como un mecanismo de guerra civil en momentos en que una bancarrota capitalista parecía inminente.

Cuando la “pandemia” se estaba agotando, después que le pasaron volúmenes obscenos de recursos a las grandes empresas, Rusia fue empujada a la guerra en Ucrania.

Y cuando la guerra en Ucrania empezó a agotarse, apareció la guerra en Palestina.

Con las guerras el complejo militar industrial norteamericano se ha movido como nunca en casi 80 años y ha sido el nuevo motor de la economía capitalista decadente.

Obviamente los efectos colaterales son enormes. El imperialismo debe seguir buscando la guerra como una salida, y las guerras andan de la mano de las revoluciones, y viceversa.