Por qué Israel no puede derrotar militarmente a los palestinos

Por qué Israel no puede derrotar militarmente a los palestinos

Literalmente afirmamos que Israel no puede derrotar militarmente a los palestinos y aqui están nuestros argumentos

La entrada de las tropas israelíes en Gaza hizo que Israel mordiera el anzuelo de la Resistencia Palestina, que es mucho más que Hamas.

Pero el gobierno de Benjamín Netanyahu obviamente no tenía muchas opciones considerando la crisis en que se encuentra, como  lo demuestran, por ejemplo,  los meses de protestas masivas en su contra en las calles de Israel.

La propia reluctancia de los sionistas en lanzar el ataque terrestre mostró la debilidad del “ejército invencible”, después que su todopoderoso control de Gaza fue humillado el 11 de octubre de 2023.

El objetivo principal puesto por el gobierno sionista es destruir a Hamas en términos políticos y militares.

El problema es que el “invencible ejército” de Israel, que de hecho ya había sido derrotado por Hizbollah, la poderosa milicia libanesa, cuando lo obligó a retirarse del Líbano en los 80s y en la guerra de 2006, fue obligado a enfrentar una guerra urbana para la cual no está preparado.

Las guerras en Irak y Afganistán dejan muy clara la dificultad de tomar Gaza.

Los ejemplos de las ciudades de Faluya o Mosul en Irak dan una pequeña idea de la magnitud de los problemas, que en Gaza son infinitamente mayores.

La desesperación de los sionistas es tan grande que uno de los ministros declaró públicamente que debería ser considerada la posibilidad de lanzar una bomba atómica sobre Gaza, lo que obligó a Netanyahu a prohibirle participar en las reuniones del Consejo de Ministros.

Mucho más que túneles

Los túneles de Gaza, conocidos como el Metro de Gaza, empezaron a ser construidos desde la década de 1980. Es un enmarañado muy sofisticado que cuenta con centenas de kilómetros, en una de las ciudades más pobladas del mundo, con muchos de ellos estando a una profundidad de 40 o 50 metros.

La guerra urbana implica que los sionistas tendrían que entrar y combatir en los túneles, enfrentando miles de armadillas de todos los tipos. En tierra, serían obligados a una lucha cuerpo a cuerpo para tomar cada edificio, manzana y barrio.

Aparte, los sionistas serían obligados a dejar soldados para atrás para evitar que los combatientes palestinos no volvieran a ocuparlos.

El número de bajas entre los soldados sionistas ascendería a las decenas de miles, si no a las centenas de miles. Las bajas civiles serían mucho más espantosas que las actuales. El “humanismo sionista” de nunca dejar a nadie para atrás sería olvidado y los rehenes morirían.

El costo de la guerra se iría a las alturas. El tiempo para derrotar a la Resistencia Palestina en Gaza podría prolongarse por años; sin contar que nuevos focos de guerras podrían abrirse en Cisjordania, en el norte y que la guerra podría extenderse por todo el Oriente Medio, llamado hoy Asia Occidental.

El triunfo militar israelí depende principalmente de la posibilidad del imperialismo controlar la mayor crisis capitalista mundial de la historia y principalmente contener los levantes populares y las revoluciones.

Por último, si los sionistas logran suceso en contra de todas las vicisitudes, aún tendrían el gigantesco problema de saber que hacer después de su victoria.

El genocidio generalizado ya no es más posible porque puede prenderle fuego al mundo capitalista y poner un régimen títere con la Autoridad Palestina, las Naciones Unidas o las monarquías árabes enfrentarían el problema de la posible resurgencia de la resistencia palestina.

La situación es tan compleja para los sionistas israelíes y sus patrones imperialistas, que casi daría la impresión que el famoso general ruso, Surovikin, que estuvo por detrás de las victorias en Siria y en Ucrania, y parcialmente “desaparecido” después de la última ofensiva ucraniana, también podría estar por detrás del Diluvio de al-Aqsa.

Pero de hecho, conforme nos enseñaron los grandes estrategas militares, como Sun Tsu o von Clausewitz, por ejemplo, la guerra es la continuidad de la política por otros medios.

La causa del pueblo palestino continuará siendo una daga en la garganta de los opresores hasta que sea resuelta.

En estos momentos, en que vivimos la mayor crisis capitalista de todos los tiempos, la lucha de los palestinos y de los pueblos oprimidos se enlaza con fuerza con la lucha en contra de la opresión capitalista.

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