DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA: Guerra y Crisis- Luchas y Revoluciones

La Guerra de Ucrania aceleró el proceso que se había desatado desde la segunda mitad del año 2019, la agudización de esta que es la mayor crisis capitalista mundial de todos los tiempos.

Los billones que les fueron repasados a los grandes capitalistas, y que fueron semi camuflados por la “pandemia”, no fueron suficientes para mantener las empresas funcionando.

Ahora tenemos la inflación aumentando mucho, y junto con ella la recesión; eso los economistas lo denominan “estagflación”. Y según Vladimir Ilich Lenin no hay nada más revolucionario que la inflación.

A pesar de los índices super manipulados sobre el desempleo, la situación de vida de los trabajadores y de las masas en general, así como la carestía de la vida, ha empeorado sensiblemente.

La respuesta de la burguesía para salvarse de su crisis es la guerra; y cada vez en mayor escala. ¿Por qué? Porque precisa destruir fuerzas productivas, disputar el mercado mundial, garantizar que sus grandes empresas pueden mantener sus ganancias mientras crecen indefinidamente y de manera siempre ampliada. Y esto, que es una de las leyes fundamentales del capital, debe acontecer manteniendo la propiedad privada sobre los medios de producción y evitando las revoluciones. Casi una obra de magos.

Por ese motivo, la burguesía refuerza los ataques y endurece los regímenes políticos en todo el mundo. El imperialismo norteamericano lo realiza principalmente en América Latina, que la considera como su patio trasero, porque precisa mantenerla lo más pacificada posible mientras le succiona hasta la última gota de sangre.

La enorme presión contrarrevolucionaria para repasarle el peso de la crisis a las masas solo puede generar reacciones de los trabajadores y del movimiento de masas. Nunca olvidemos que no existe acción sin reacción y que todo camina de manos dadas de su opuesto.

No hay contrarrevolución sin revolución, ni revolución sin contrarrevolución.

El movimiento huelguístico empezó a aparecer en Brasil, en Perú y en varios otros países. La huelga de los trabajadores del Metro de Belo Horizonte (estado de Minas Gerais, Brasil), ha sido mantenida, con adhesión casi total, a pesar de las multas brutales de la justicia. Una situación así no pasaba en el gigante latinoamericano en una ciudad importante hacía varios años.

Las protestas y huelgas han aumentado en Europa donde la inflación se disparó hasta en Alemania e Inglaterra.

La desestabilización del sistema capitalista mundial avanza debido a la imposibilidad de una salida estructural, que no sea la revolución de los trabajadores contra el capital.

El enfrentamiento entra la burguesía y los trabajadores de todo el mundo se aproxima.

Los verdaderos revolucionarios debemos actuar inmediatamente orientados al movimiento de masas que empieza a mostrar que se direcciona al ascenso, sabiendo que la burguesía, y en América Latina principalmente el imperialismo norteamericano, hará todo lo posible por romper los procesos revolucionarios y hacernos pagar el peso de su crisis a cualquier costo.

Es en este escenario que debemos trabajar direccionado a organizar el movimiento de masas.