Poseedora de un premio Goya a mejor película Iberoamericana (1995), y muchísimas nominaciones, debemos contextualizar que al momento de su estreno era 1993 y el mundo atravesaba un momento histórico. Pero ya ser nominada en un sistema de cine capitalista dice mucho, No te la puedes Perder.
Película que demuestra que la revolución y el amor van de la mano, amor por lo que hacemos y la capacidad de revolucionarnos a nosotros mismos desde adentro.
Un clásico del año 1993 que todavía tiene vigencia, la vida después de esa película no la volvimos a ver ni a sentir igual.
Es una historia llena “contradicciones”, que entre David un activista de la juventud comunista cubana en crecimiento, formado en la universidad fiel a el formato que está en los libros, confronta la realidad que existen personas como Diego un artista liberal, revolucionario y lleno de conocimiento “que está prohibido por el concepto de ser revolucionarios”, tiene otro punto de vista revolucionario, donde todos tenemos para aportar, aprender y juntos haremos la revolución.
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