Mayo revolucionario: Hezbollah contra Goliat

Mayo revolucionario: Hezbollah contra Goliat

La revolución Iraní de 1979 y el “preludio” del Hezbollah libanés

Irán hasta 1935 era parte del imperio Persa, cuando cae el império Persa, nasce Irán y otros países.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en el contexto de la llamada Guerra Fría, Estados Unidos e Inglaterra en una operación conocida como Operación Ajax, derrocaron al primer ministro iraní Mosaddeq, que había nacionalizado el petróleo y sacado de la jugada a la empresa británica que lo controlaba. 

El imperialismo norteamericano puso en el lugar de Mosaddeq al emperador Mohammad Reza Pahlevi en 1953, quien aplicó una série de políticas para “occidentalizar” el país y aumentar la influencia de EUA en la región.

Estas políticas aumentaron las desigualdades sociales. El descontento social aumentó aún más debido a la crisis del petróleo en los años de 1974, y todo esto resultó en la revolución Iraní de 1979.

Hezbollah, el “Talón de Aquiles de Israel”

Israel, aliado de EUA, en la década de 60, 70 y 80, tenía uno de los ejércitos más poderosos del Planeta. Había derrotado a varios ejércitos árabes en la guerra de 1967 y en la guerra de Yom Kippur, en 1971, derrotó a Egipto y Siria. En esa guerra no solo participaron indirectamente las principales potencias mundiales sino también otros 12 países.

Como aliados del Occidente y de las burguesías imperialistas, los sionistas israelíes, con su monstruoso ejército, invadieron el Líbano en 1982. El objetivo era controlar los movimientos guerrilleros palestinos, como por ejemplo la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) que contaban con bases allí; la política sionista era evitar una nueva escalada de la revolución nacionalista en la región.

Frente a esto, la Hermandad Musulmana creó el Hamas palestino, y al mismo tiempo Irán ayudó a formar el Hezbollah a partir de los chiítas libaneses.

En el año 2000, Hezbollah consiguió organizar a las masas en el sur del Líbano, y por medio de la guerra de guerrillas obligó al ejército de Israel a salir de la región.

En 2006, los sionistas israelíes intentaron invadir el Líbano nuevamente, pero esta vez no pudieron avanzar más que algunos kilómetros en el sur; 1500 guerrilleros de Hezbollah detuvieron el avance por medio de misiles y otra serie de maniobras. Destruyeron 100 tanques Merkava, el más desarrollado de la época; aplicaron un fuerte golpe a la flota israeli que estaba a 40 kilómetros de la costa. Es decir, el gran ejército isralí fue derrotado humillantemente por un grupo guerrillero que actuó muy por debajo de su potencia máxima.

Hezbollah, independientemente de sus creencias y su visión política, nos demuestra que un ejército por más invencible en materia militar y tecnológica que sea cuando se enfrenta contra un pueblo tiene enormes chances de ser derrotados.

Hoy en día estamos viendo la mayor crisis del capitalismo de todos los tiempos. Los revolucionarios que buscamos vencer a “nuestros Goliat”, debemos buscar la respuesta de la victoria siempre en los trabajadores, en el pueblo, en las masas organizadas, clasistas y combativas.




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