52 años de la ejecución del dictador Aramburu que reescribió la historia argentina

El 29 de mayo de 1970, Día del Ejército, dos jóvenes que superaban por poco los 20 años, uniformados y haciéndose pasar por una escolta militar, entraron en la residencia del expresidente de facto Pedro Eugenio Aramburu (1955-1958) en pleno centro de la capital argentina y se lo llevaron sin disparar un solo tiro. El primero de junio lo fusilaron y lo enterraron en el sótano de una propiedad rural.

El exdictador fue acusado por el golpe de estado gorila contra el gobierno del general Juan Domingo Perón, el robo del cadáver de Evita y los fusilamientos de 1956.

La osada acción conmocionó al país entero y fue la carta de presentación de la organización guerrillera Montoneros, que exigió a cambio de los restos del general la devolución del cadáver de Eva Duarte de Perón.

Se abría así el período de secuencias de crisis en la Argentina, como fruto de la decadencia económica provocada por el aprieto del imperialismo norteamericano, que a esas alturas ya había conseguido contener los procesos revolucionarios en Europa, y el comienzo de la crisis económica en Argentina a partir de la disminución de las exportaciones agropecuarias a partir de la Guerra de Corea.

La crisis capitalista está siempre por detrás de las revoluciones, y de las contrarrevoluciones. Y hoy vivimos la más profunda crisis capitalista de todos los tiempos.