Elecciones en Colombia: ¿la “izquierda” venció?

Elecciones en Colombia: ¿la “izquierda” venció?

La primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia fueron vencidas por Gustavo Petro, el candidato de la coalición “Pacto Histórico”, con un poco más de los 40% de los votos válidos

La derecha fue dividida y se presentó como “antisistema” dado el nivel de desgaste enfrentado por el uribismo clásico en la figura del presidente Iván Duque.

El empresario Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, obtuvo un poco más del 28% de los votos válidos y pasó a la segunda vuelta que será el 19 de junio.

Federico Gutiérrez, candidato de la extrema derecha por la Coalición Equipo por Colombia, obtuvo un poco menos del 24% de los votos válidos.

Sergio Fajardo, de la Coalición Centro Esperanza, obtuvo un poco más del 4% de los votos válidos.

Los votos blancos, nulos y abstenciones sumaron más del 46%, siendo por lo tanto el verdadero vencedor, representando el repudio generalizado al sistema narcoparamilitar.

Para la segunda vuelta, habrá la posibilidad de la derecha unirse contra Gustavo Petro. Pero al mismo tiempo, existe la posibilidad que parte de la derecha vote en Petro, exactamente de la misma manera que pasó en Chile con la victoria de Gabriel Boric.

El imperialismo norteamericano en crisis impuso la victoria del Partido Demócrata contra Donald Trump porque éste no estaba aplicando la política de guerra en la intensidad adecuada en relación con la escalada de la mayor crisis capitalista de todos los tiempos.

La pax norteamericana sobre su patio trasero

Ahora el gobierno Biden es el gobierno de los “Señores de la Guerra” disfrazados de “identitarios”, supuestos representantes de los negros, mujeres, gays y otros oprimidos.

El propio ministro de la Defensa, el Sr. Austin, es un ex general y vendedor de armas de la Raytheon, una de las empresas más importantes del complejo industrial militar.

Conforme la crisis capitalista ha avanzado, el imperialismo norteamericano continúa fortaleciendo su política de guerra, hasta el punto de haber empujado una superpotencia militar (Rusia) a una guerra de desgaste en Ucrania.

La guerra es la “salida” capitalista actual para la crisis ya que facilita la imposición de estados de sitios y cortes marciales, permite un cierto movimiento de la economía en el esfuerzo de reconstrucción, mueve los estoques de armas, direcciona más recursos para la investigación y producción militar, y permite escalar la PsyOp, la operación sicológica que acompaña toda guerra.

La alerta roja vino en agosto del 2019 y volvió a repetirse al inicio de este año cuando las tasas de “remuneración” de la especulación financiera, de la cual dependen las ganancias de todas las grandes empresas, se invirtieron. Las inversiones especulativas pasaron a pagar lo mismo que las “inversiones” a 20 o 30 años.

Para ir a la guerra el imperialismo precisa tener su patio trasero estabilizado, como reserva estratégica, lo que implica en la necesidad de aumentar su espoliación.

Los gobiernos de derecha anteriores se “quemaron” debido a los ataques frontales contra los trabajadores y los pueblos. Por eso están siendo impuestos gobiernos supuestamente de “izquierda” que de hecho aplican la misma política anti-pueblos de los gobiernos de la derecha.

El caso más claro es el del gobierno Boric en Chile.

En Brasil todos los movimientos del imperialismo y de la burguesía van en el sentido de imponer la candidatura Lula/ Alckmin, siendo que el vice es un elemento de la derecha que tiene larga trayectoria de ataques brutales contra los trabajadores en el principal estado de Brasil, São Paulo.

En Colombia aún veremos si esta política será aplicada, ya que sería un poco más arriesgada considerando las nueve bases norteamericanas y el control de 80% de la cocaína mundial por los Estados Unidos.

La única manera de enfrentar al imperialismo y a las burguesías locales es con los trabajadores y los pueblos en las calles, luchando con energía por sus propios intereses.

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