El patrón oro en el capitalismo

El patrón oro en el capitalismo

La primera pregunta que surge cuando analizamos la posibilidad de que el patrón oro sea adoptado hoy es: ¿Puede el patrón oro salvar al capitalismo de su mayor crisis de todos los tiempos? La respuesta es ...

La respuesta es: No. La especulación financiera está en el corazón de la economía capitalista actual y garantiza altas tasas de ganancia además de los recursos públicos y la falta de regulación.

Hoy en día hasta mismo neokeynesianos famosos, como el premio Nobel Paul Krugman y el renombrado economista Nouriel Roubini, están en contra del patrón oro, al igual que el mismo John Maynard Keynes, porque, en el contexto actual, la adopción conduciría a la deflación, “ya ​​que el precio nominal de la mercancía quedaría fijo de modo que la única forma de que suba el valor del oro sería a través de una caída en el nivel general de precios”.

Así sucedió en los años 1931 a 1933, en EE.UU., cuando el gobierno trató de contener el avance de la crisis capitalista, que se había abierto en 1929, manteniendo el patrón oro y los especuladores promovieron ataques financieros contra las reservas del metal, provocando la caída en picada de los depósitos y las reservas de los bancos implosionaron, lo que llevó a la deflación.

A partir de 1934, el gobierno de los Estados Unidos, así como los gobiernos de los principales países, comenzaron a relajar el patrón oro y provocaron un aumento del papel moneda podrido, con cada vez menos respaldo productivo.

Los EE. UU. nunca más experimentaron una caída masiva de precios, con la excepción de 1955, cuando cayeron un 1%.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los países occidentales comenzaron a basar sus monedas en dólares estadounidenses, lo que, a su vez, garantizaba la convertibilidad al oro.

El patrón oro fue descartado definitivamente en 1971, por imposición del gobierno de Nixon, porque la crisis de 1967 y el repunte del gasto en la Guerra de Vietnam provocaron un agotamiento de las finanzas públicas, situación que se agravó, a escala mundial, con la crisis del petróleo de 1974.

Como representantes del ala izquierda del imperialismo, Krugman y Roubini saben que las restricciones del patrón oro sobre la manipulación de las tasas de interés y la especulación financiera son incompatibles con el altísimo grado de parasitismo del capitalismo actual.

Los representantes de la derecha del imperialismo, los “neoliberales” clásicos, también están en contra de la restauración de la convertibilidad, pues haría inviable la especulación financiera, que hoy representa el corazón de la economía capitalista parasitaria por el agotamiento de la obtención de ganancias de la economía real.

La especulación financiera es hoy el corazón de las ganancias capitalistas

El patrón oro, como la estabilidad de precios, es un fenómeno típico del capitalismo liberal del siglo XIX.

A partir del siglo XX tenemos el dominio de los monopolios, el imperialismo, la inflación y las crisis crónicas.

Uno de los componentes principales del dominio del imperialismo norteamericano, que controla la especulación financiera, con el imperialismo británico a cuestas, es la dictadura del dólar. Es posible gracias a los llamados “petrodólares”, generados a partir de la venta de más del 60% del petróleo mundial, en dólares estadounidenses, por parte de las monarquías reaccionarias del Golfo Pérsico. Y junto con eso a la dominación política y militar del imperialismo.

La economía capitalista, altamente parasitaria, impide ataduras al patrón oro o incluso regulaciones.

El sistema financiero está tan desregulado que los derivados financieros se negocian casi sin reglas importantes, a pesar de que mueven, en términos nominales, alrededor de 15 veces el valor de la economía mundial.

Se ha creado un verdadero arsenal de títulos financieros, desde la crisis del petróleo de 1974, para garantizar las ganancias de un puñado de grandes especuladores capitalistas, lo que ha convertido al mundo en un verdadero casino de apuestas y apuestas.

La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) estima que el volumen de valores financieros negociados en bolsas de futuros para comercializar la producción mundial de petróleo, aumenta el precio del petróleo entre 20 y 30 veces a más que los valores reales.

La adopción del patrón oro, en su totalidad, e incluso en parte, probablemente aceleraría exponencialmente el colapso del sistema capitalista mundial.

El capitalismo vive una crisis terminal, lo que crea las condiciones para un grande levante revolucionario de los trabajadores. Pero eso no significa que la burguesía entregará el poder, sus privilegios; al contrario, hará todo lo que sea necesario para mantenerlos.

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