Del mundo “bipolar” a la guerra abierta

Del mundo “bipolar” a la guerra abierta

Los ataques del imperialismo norteamericano contra la alianza China-Rusia-Irán ha llevado al fortalecimiento del bloque, pero al mismo tiempo a reducir un poco la proyección de China como una superpotencia...

Después de 2008, las contradicciones intercapitalistas escalaron

El crecimiento de China hasta el colapso capitalista de 2008 siguió las reglas impuestas por el imperialismo norteamericano.

Desde el 2010, China empezó a desarrollar políticas expansionistas que chocaban con los intereses del imperialismo.

Esas políticas tenían como base el aumento de las contradicciones domésticas del gigante asiático. El aumento del endeudamiento; el funcionamiento de las provincias a partir de cubrir los enormes déficits fiscales por medio de la entrega de tierras públicas, la escalada de la especulación inmobiliaria y principales el acelerado ritmo de la adopción de la automación industrial con el objetivo de mantener los precios bajos, mientras que los salarios aumentaban debido a la presión del aumento de los precios de las materias primas.

El aumento de la composición orgánica del capital (del capital fijo sobre la mano de obra) ha sido muy fuerte. El capital se ve obligado a adoptar la tecnología para mantener sus ganancias, pero el efecto colateral es que la participación de la mano de obra en los procesos productivos disminuye y con ello la capacidad de generar valor (que está en la base de las ganancias); máquinas no generan valor, sino que son amortizadas.

Del mundo “bipolar” a la guerra abierta

Con el objetivo de contener el Nuevo Camino de la Seda y el “Made in China 2025”, el gobierno Trump lanzó una guerra económica contra China. El gobierno Biden la escaló en la forma de la imposición de una guerra militar contra el principal aliado de China, la Federación Rusa.

La política del gobierno Obama de crear un “mundo bipolar” en la base de acuerdos entre ambos países, fue rechazada por China y quedó definitivamente enterrada.

Los ataques del imperialismo norteamericano contra la alianza China-Rusia-Irán ha llevado al fortalecimiento del bloque, pero al mismo tiempo a reducir un poco la proyección de China como una superpotencia.

Quien está enfrentando a los Estados Unidos en términos militares es Rusia. También es Rusia quien está impulsando un cierto “anti-imperialismo”, principalmente a partir del discurso de Putin en la ceremonia de adhesión de las nuevas cuatro repúblicas a la Federación Rusa.

Y Rusia se aproximó de la India para introducir un nuevo factor de balance de poderes, para no quedar tan débil frente a la potencia China.

India se aproximó de Rusia a partir de febrero de 2022, enfrentando las amenazas del imperialismo norteamericano con el objetivo de influenciar un tercer polo, balanceando los otros dos polos.

De hecho la burguesía rusa siempre busca acuerdos. Su expectativa de llegar a un acuerdo de distensión con el imperialismo norteamericano y europeo a finales del año pasado no llevó el cuenta la nueva y brutal agudización de la crisis capitalista. El imperialismo optó por enfrentar primero el eslabón más débil de la alianza contraria, justamente Rusia.

Pero un cuidado importante. El imperialismo norteamericano exportó esa misma política a Asia Pacífico por medio de AUKUS (alianza entre Australia, Reino Unido y los Estados Unidos) y otros bloques.

Es una política de guerra total, de vida o muerte, que está siendo llevada adelante por las potencias capitalistas. El imperialismo norteamericano necesita derrotar a las potencias que amenazan su dominación. China necesita derrotar el imperialismo norteamericano para imponer su expansión.

Todos los capitalistas en escala mundial precisan matarnos de hambre para ellos salvarse de su mayor crisis histórica. Nuestro papel es enfrentarlos a partir de la organización del movimiento de masas.

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