PAUL ÉLUARD, EL POETA DE LA RESISTENCIA

PAUL ÉLUARD, EL POETA DE LA RESISTENCIA

Decidió, sobre todo, luchar. En su poema Liberté transformó un poema de amor ligero en grito de protesta y compromiso que lo obligó a entrar en la clandestinidad. Su palabra abordó desde entonces, de forma más radical, temas militantes y comprometidos...

Por: Hugo Flores Del Carpio.

Perú, 18 de noviembre de 2022.

70 años de su inmortalidad.

Se cumplen 70 años del fallecimiento del poeta y político francés Eugène-Émile-Paul Grindel. El apellido Éluard lo adoptó de su abuela materna y se hizo conocido como Paul Éluard. Nació en Saint-Denis el 14 de diciembre de 1895 y falleció en Charenton-le-Pont, Francia, el 18 de noviembre de 1952 de un infarto agudo de miocardio. Al fallecer tenía 56 años de edad y su legado político y literario le permiten mantenerse en la memoria de los pueblos más allá del paso de los años. Sus primeros poemas los comenzó a escribir a partir de 1913 y al final de la Primera Guerra Mundial, en 1917, publicó su primera obra poética de nombre El deber y la inquietud.

Militante comunista.

En su vida poética transitó por una etapa dadaísta, movimiento cultural y artístico que se burlaba del artista burgués y del arte que expresaba, luego transitó hacia el surrealismo. Según André Breton, fundador del surrealismo, era un movimiento artístico revolucionario asociado a las causas políticas como el comunismo y el anarquismo. Paul Éluard continúa evolucionando, tanto en sus ideas como en su manifestación literaria,  hacia una poesía social, militante y comprometida con los intereses del pueblo. En el año 1926, da un gran salto en lo poético y en lo político, pública Capitale de la douleur (Capital del dolor), que lo catapulta como poeta y ese año también se afilia al Partido Comunista Francés. 

Poeta de la Resistencia.

Después de aproximadamente siete años de militancia, en 1933 se produce un alejamiento de la organización por un periodo de casi una década. En plena Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), y durante la ocupación alemana, en 1942 retorna al Partido Comunista que se encontraba actuando desde la clandestinidad y comienza su lucha con las palabras. En su etapa comunista, su poesía musical y lírica se ubica en la más alta expresión de este movimiento y uno de sus poemas… Liberté (Libertad, 1942), muestra toda su genialidad poética y de militante comunista comprometido que lo obliga a pasar a la clandestinidad, convirtiéndose en el Poeta de la Residencia. 

En honor de los poetas.

Liberté, Libertad en español, fue un reclamo, un grito… un rugido de libertad en forma de poesía que impulsó y elevó el compromiso de otros poetas militantes de la Resistencia, generando desde esa trinchera un importante movimiento en contra de la invasión alemana a territorio francés. Paul Éluard, con la ayuda de otras personalidades, en 1943 compila producciones de muchos poetas de la Resistencia que son publicados con el título de L’honneur des poètes (El honor de los poetas). En honor de los poetas, es la humanidad, es el respeto, es la solidaridad, es el tributo, es el homenaje más grande que recibieron aquellos poetas de la libertad. Es la grandeza y el ejemplo de Paul Éluard.

Un gran poeta que luchó con las palabras como ninguno, falleció el 18 de noviembre de 1952, poco antes de cumplir 57 años.

Paul Éluard… ¡Orgullosamente Comunista!

Poema : Liberté (Libertad).

Paul Éluard.

En mis cuadernos de escolar,

en mi pupitre, en los árboles,

en la arena y en la nieve

escribo tu nombre.

En las páginas leídas,

en las páginas vírgenes,

en la piedra, la sangre y las cenizas

escribo tu nombre.

En las imágenes doradas,

en las armas del soldado,

en la corona de los reyes

escribo tu nombre.

En la selva y el desierto,

en los nidos, en las emboscadas,

en el eco de mi infancia

escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas,

en el pan blanco cotidiano,

en las estaciones enamoradas

escribo tu nombre.

En mis trapos azules,

en el estanque de sol enmohecido,

en el lago de viviente lunas

escribo tu nombre.

En los campos, en el horizonte,

en las alas de los pájaros,

en el molino de las sombras

escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora,

en el mar, en los barcos,

en la montaña desafiante

escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes,

en el sudor de las tempestades,

en la lluvia menuda y fatigante

escribo tu nombre.

En las formas resplandecientes,

en las campanas de colores,

en la verdad física

escribo tu nombre.

En los senderos despiertos,

en los caminos desplegados,

en las plazas desbordantes

escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende,

en la lámpara que se extingue,

en la casa de mis hermanos

escribo tu nombre.

En el fruto en dos cortado,

en el espejo de mi cuarto,

en la concha vacía de mi lecho

escribo tu nombre.

En mi perro glotón y tierno,

en sus orejas levantadas,

en su patita coja

escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta,

en los objetos familiares,

en la llama de fuego bendecida

escribo tu nombre.

En la carne que me es dada,

en la frente de mis amigos,

en cada mano que se tiende

escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas,

en los labios displicentes

más allá del silencio

escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos,

en mis faros sin luz,

en el muro de mi tedio

escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo,

en la soledad desnuda,

en las escalinatas de la muerte

escribo tu nombre.

En la salud reencontrada,

en el riesgo desaparecido,

en la esperanza sin recuerdo

escribo tu nombre.

Y por el poder de una palabra

vuelvo a vivir,

nací para conocerte,

para cantarte

¡Libertad!

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