EL SALVADOR: ENTRE LA REFORMA DE PENSIONES Y EL ESTADO DE EXCEPCIÓN

Nos situamos en El Salvador, durante Estado de Excepción, que rige desde marzo. La organización Cristosal reveló que el 97.3 por ciento de las denuncias son provocadas por detenciones arbitrarias.

Son más de 3.100 salvadoreños (notificados por la organización Cristosal) los que han sido vulnerados por el Estado de Excepción instaurado por el presidente Bukele.

Esto quiere decir que seguramente sean muchos más los ciudadanos que han visto sus derechos vulnerados de forma arbitraria.

En este contexto, la propia Asamblea Legislativa aprobó prorrogar del régimen de excepción, con un acumulado de más de 60.000 detenidos en su haber por presunta vinculación con las pandillas y acusaciones por 90 muertos bajo custodia.

“Venir que ni pintado”

Al mismo tiempo que se prorroga el estado de Excepción, se extienden las movilizaciones contra la reforma de pensiones anunciada por el gobierno.

Son varios los sindicatos y gremios que destacaron las “fallas” en la propuesta. Y dejamos en claro que “fallas” son en tres comillas, ya que nada de lo que hace el Estado es sin un cometido.

Las “pequeñas fallas”, no son nada más ni nada menos que la falta de la eliminación de las Aseguradoras del Fondo de Pensiones en la propuesta.

En este sentido, grupos sindicales recalcaron que este punto constituye una línea determinante y fundamental para los obreros, y por esto la normativa propuesta es insuficiente frente a “la larga lista de agravios que la oligarquía ha causado a los trabajadores”.

Al mismo tiempo, el cálculo propuesto para las jubilaciones deja a muchos trabajadores con menos de 400 dólares mensuales, lo cual en muchos casos es menor al trabajo realizado y recibido durante los años de aportes.

Las AFPs (fondos de pensión) y las aseguradoras no son más que una invención para lucrar hasta con las sobras del salario de los y las trabajadoras.

Por esta razón, hablar de cambios sustantivos al sistema siempre ha parecido más una quimera que una posibilidad real. Atacar a las AFP, como lo han expresado dirigentes sociales y algunos economistas expertos en el tema, es atacar “el corazón del modelo capitalista”.

El fin del sistema de AFP, daría un golpe muy fuerte al sistema de explotación capitalista dependiente en El Salvador y tiene insospechadas ramificaciones en todo el Continente.