Zelensky en Washington: la guerra será mucho más dura

La reciente visita del presidente de Ucrania a los Estados Unidos, Vladimir Zelensky, terminó con la aprobación de más de US$1,85 mil millones para el gobierno de Ucrania, que incluye los sistemas de defensa aérea Patriot y sistemas de ataques de precisión.

El total de la asistencia militar norteamericano oficial ya se encuentra próxima a los US$22 mil millones.

Es evidente que tales niveles de inversiones militares tienen como objetivo continuar la guerra en Ucrania e incluso ampliarla en la medida de lo posible.

No nos olvidemos de las palabras del gran estratega militar prusiano, von Clausewitz: la guerra es la continuación de la política por otros medios.

La política es el resumen superestructural del conjunto de la sociedad. El propio estado burgués representa y defiende los intereses del conjunto de las clases dominantes.

El imperialismo precisa de la guerra como salida para su mayor crisis de todos los tiempos.

Precisa movilizar la economía en brutal crisis a partir del complejo industrial militar.

Precisa imponerle a los pueblos sus estados de sitio y cortes marciales.

Precisa mantener el control del mercado mundial en contra de la disputa de las demás potencias capitalistas.

Precisa matarnos de hambre para mantener sus privilegios.

La perspectiva de la guerra en Ucrania solo puede ser a su continuación, principalmente ahora que los rusos han podido imponerle a la OTAN (Organización del Atlántico Norte), que opera por medio del ejército de Ucrania, fuertes derrotas en varios sectores del frente de guerra, principalmente en Bakhmut (Donestk).

Las contradicciones capitalistas se han tensionado como nunca antes.

La etapa actual es la del imperialismo, que es la fusión entre el capital industrial y financiero.

El imperialismo es la etapa final del capital, una época de guerras contrarrevolucionarias y revoluciones.

La contención del movimiento de masas por medio de las llamadas políticas “neoliberales” llegó a su fin.

Los factores que llevaron a esa contención no existen más. Las ventajas para el capitalismo del fin de la Unión Soviética y de los salarios bajísimos en China, la migración de muchísimas plantas industriales a Asia son cosas del pasado.

El margen de maniobras es mucho menor.

La acumulación y reproducción ampliada del capital se volvieron cada vez más complejas.

El sistema burgués apuesta en la barbarie y en el aumento generalizado de la represión.

Los trabajadores y los pueblos oprimidos se dirigen al mayor ascenso de masas jamás visto antes.

El futuro le pertenece a la revolución socialista mundial.