«El Talón de Hierro» El clásico de Jack London de 1908 donde ya preveía el surgimiento del fascismo

En noviembre de 1908 el famoso escritor Jack London, que era un socialista revolucionario, escribió este magnífico libro, en el cual, a modo de novela la viuda de Ernest Everhard, narra la historia del mismo, siendo este un revolucionario estadounidense capturado y ejecutado en 1932 por haber tomado parte en una frustrada revolución obrera en la Comuna de Chicago.  

Jack London realizó la previsión del surgimiento del fascismo a partir de la derrota de la revolución, cosa que ni Lenin, ni Rosa Luxemburgo hicieron; entendamoslo juntos. 

Este majestuoso material no tiene ni una hoja pérdida, entre un texto cautivante y la explicación práctica y sencilla de diversas leyes y tesis con las que trabaja el materialismo dialéctico. Explica la lucha de clases, la farsa de la “libre competencia”, así como el trabajo a favor del gran capital y del sistema burgués que efectúan los “intelectuales” burgueses hasta la explicación de las artimañas que realiza la burguesía para poder perpetuarse en el poder. 

Un libro que recorre cada uno de los aspectos que aquellos que estamos en este medio hemos aprendido, nos hemos cuestionado y aún seguimos estudiando. Pero sobre todo nos transmite la necesidad de que la clase obrera se organice y luche de forma revolucionaria por transformar la sociedad, la única manera de alcanzar un verdadero cambio y el fin de la explotación del hombre y la mujer trabajadora. 

Serviles del sistema: Intelectuales del Capital

Haremos algunas anotaciones de puntos interesantes e importantes de la novela como forma de aprendizaje para nuestra realidad práctica. 

“¡Del pecho de la humanidad abatida arrancaremos el Talón de Hierro maldito!” (London, J. (…), p.10) ¿A qué se refiere con “Talón de Hierro»? 

Para entender mejor esto, debemos situar los acontecimientos que relata la viuda de Ernest Everhard, el cual fue uno de los líderes de la frustrada revolución obrera de 1932. 

La situación que se detalla es de un momento posterior al encarcelamiento y muerte del revolucionario así como al “fracaso del movimiento”.

La viuda anuncia que “El vasto mundo está en calma, pero es la calma que precede a las tempestades”, lo que refleja el entendimiento y la utilización del materialismo dialéctico para analizar la situación sobre la cual se encuentra. 

De una calma profunda del movimiento de masas, puede pasarse rápidamente a grandes estallidos y revoluciones cuando la situación se vuelve insostenible.

Hoy la burguesía quiere convencernos que en el mundo hay una aparente “tranquilidad y armonía” ha comenzado a sacudirse por movimientos “espontáneos”, “de la nada” de insatisfechos con el mismo. 

Aún cuando Ernest estaba con vida, la viuda recuerda su primera interacción con él, la cual se dio entre miembros de la iglesia y la presencia de Ernest como un representante más de la clase obrera. En dicho encuentro, pronunció algunas palabras que suenan muy actuales para los días actuales:

• “Vosotros sois metafísicos (…) Me recordabais a esos escolásticos de la Edad Media que discutían grave y sabiamente cuántos ángeles podían bailar en la punta de un alfiler.” “Vuestro método es opuesto al de la ciencia y vuestras conclusiones carecen de toda validez”.  (p.15)
  

Esas palabras fueron dirigidas nada más ni nada menos a los intelectuales que creían “ayudar” a partir de la caridad y su “vasto entendimiento del mundo” a la clase obrera. 

Dicho en otras palabras, es un reflejo de los intelectuales burgueses y pequeño-burgueses actuales lque creen que a partir de misticismos y conocimientos adquiridos en la academia conseguirán hacer la revolución o dirigir a los trabajadores, aunque en la realidad, bajo su óptica, los consideren como “simples burdos tontos” que no tienen conciencia.

De la misma manera que hoy los intelectuales serviles al sistema reproducen teorías falsas que apuntan a “construir un nuevo mundo” sólo con palabras, escondiendo la verdadera lucha a travar para modificar la realidad objetiva de miles de trabajadores y oprimidos, como en aquella época también lo fueron. 

• “Sed fieles a los que os dan el pan y la sal, y la paga; sostened con vuestras prédicas los intereses de vuestros empleadores. Pero no descendáis hasta la clase obrera para ofreceros en calidad de falsos guías, pues no sabríais vivir honradamente en los dos campos a la vez. La clase obrera ha prescindido de vosotros. Y creédmelo, continuará prescindiendo. Finalmente, se libertará mejor sin vosotros que con vosotros.” (p.26)

Dentro de este punto cabe destacar  la forma simple de explicar el trabajo de la prensa como medio de comunicación hegemónico controlado por la burguesía para dictaminar su moral, su visión de lo correcto e incorrecto, colocar las tendencias, tergiversar la realidad y justificar los accionares de los estados, gobiernos y las elites políticas. 

Queda muy claro en el libro, como la “censura” es la mayor de las herramientas en los medios de comunicación. 

¿Obreros “dormidos”? ¿La conciencia es la luz?

Como una de las tantas discusiones que se han sostenido durante años. ¿Qué viene primero? ¿La conciencia o la revolución?. 

Este libro de poco en poco trabaja la respuesta a tal pregunta. ¿Es la conciencia la llave para “despertar” a los trabajadores? ¿O es el despertar de estos el que llevará inevitablemente a su lucha y el aprendizaje de una nueva forma de ver, pensar y actuar en el mundo?

Para no darle mucha vuelta, recomendamos prestar especial atención en la crítica hacia los intelectuales y el recorrido que el propio protagonista de la historia va relatando al adentrarse en la acción práctica de la lucha de clases. 

Vivir en el pasado: la enfermedad de la Clase Media

A partir de la página 100 del Libro, se detalla de forma espléndida el anhelo de la clase media o los pequeños productores y burgueses de volver el tiempo atrás; de eliminar los grandes Métodos avanzados de trabajo y las maquinarías, queriendo así, ser artesanos como en él comienzo del capitalismo. 

Esa postura no refleja más que su incapacidad por ser burgueses y su miedo en convertirse en proletarios. 

Al contrario de la postura pequeño burguesa, un revolucionario proletario apoya la evolución del hombre, ya que solo a partir de dicha evolución se podrá llegar a un nuevo tipo de sociedad, la cual no de un paso atrás, sino como mínimo uno al frente del capitalismo. 

“Estoy convencido. Es absurdo; pero tenemos que hacer algo. Para nosotros, los de la clase media, es una cuestión de vida o muerte. Nos negamos a morir. Preferimos ser absurdos y volver a los métodos de nuestros padres, por groseros y dispendiosos que sean. Romperemos las máquinas. ¿Y vosotros qué pensáis hacer?” (p.132-133). 

“—No podéis romper las máquinas —replicó Ernesto—. No podéis hacer refluir la ola de la evolución. Se os oponen dos grandes fuerzas, cada una de las cuales es más poderosa que la clase media.” (p.133)

El fin de la competencia y el “libre mercado”

Como si detallara la guerra entre China y Estados Unidos por el control del mercado mundial, el Libro explica de forma simple el proceso de la evolución del capital. Las empresas se fusionan convirtiéndose en grandes carteles, corporaciones que monopolizan mercados completos, dictaminando las reglas del juego capitalista y por ende, los jugadores. 

Jack London hace un recorrido sobre cómo se desarrolla la industria y cómo el propio capitalismo genera sus propios conflictos internos, a partir de sus propias leyes antagónicas que comienzan a gestar el comienzo del fin del propio sistema. 

“(…) no hay más que un número limitado de regiones en la tierra. Cuando todos los países de la tierra, hasta el último y más insignificante, tengan una sobrecarga en sus brazos y estén ahí mirando a los demás igualmente sobrecargados, ¿qué va a pasar?” (p.130)

Literalmente, la respuesta a esta pregunta, la vemos hoy, entre guerras, sanciones y mucha  miseria derivada de la nueva repartición del mercado mundial. 

Los estados burgueses son controlados por la burguesía

Casi como si adivinara el futuro, London describió la máquina policial en la cual el estado burgués se convertiría en la época del imperialismo, orientada completamente al servicio del gran empresariado nacional e imperialista. 

Aristocracia Obrera: La utilización de migajas para un porcentaje pequeño de los trabajadores, brindándoles mejores condiciones de vida, logra mantener usar la aristocracia obrera como un “colchón” social que contiene a la clase obrera en general. Por ejemplo, los utilizan para quebrar las huelgas, para ser parte de la burocracia de los movimientos sociales, para impedir que se movilicen al tener mejores condiciones que la mayoría de los trabajadores. 

“Mercenários”: La policía entrenada para asesinar, infiltrarse y realizar seguimiento y trabajo de inteligencia contra la clase trabajadora, como se ha visto en todas las últimas manifestaciones, huelgas y estallidos sociales durante las últimas décadas. 

“Y a toda esta agitación la pisoteaba el Talón de Hierro, caminando impasible hacia su fin, sacudiendo toda la urdimbre social, desbrozando a Mercenarios, castas obreras y servicios

secretos para expulsar de allí a los camaradas, castigando sin odio y sin piedad, aceptando todas las represalias y llenando los claros tan pronto como se producían en su línea de combate. Paralelamente, Ernesto y los demás jefes trabajaban firmemente en reorganizar las fuerzas de la Revolución. Se comprenderá la amplitud de esta tarea si se tiene en cuenta…” (P.295)

La Revolución como Horizonte de Lucha 

«Democracia» en abstracto es una concepto que la propaganda burguesa la confunde con el “capitalismo”. Votar una vez cada cuatro o cinco años en elecciones muy controladas. Callarse ante las injusticias. Permitir la explotación del hombre sobre el hombre. Es decir, la democracia que nos quieren meter a la fuerza es vivir para sobrevivir.

Cuando en realidad, esa “democracia” (en abstracto) es, simplemente, la dictadura de la burguesía sobre los trabajadores y la mayoría de la población. 

Esta idea queda muy bien explicada a partir del proceso que se recrea en el Libro, en el cual se va cayendo de a poco las esperanzas de luchar contra el sistema a partir de únicamente la “legalidad” y dentro de los mecanismos que el propio sistema crea y controla. Por ejemplo, se observa a partir del proceso que lleva adelante al intentar demostrar que la Iglesia simplemente “no sabía” lo que sucedía y que la misma podía “abrir los ojos” si se “conversaba del asunto”, lo que termina con la expulsión, censura y persecución de aquellos que osaron colocar en cuestión uno de los mecanismos de la burguesía para justificar la explotación del hombre sobre el hombre. 

Es así, que el Libro culmina con instaurando la noción de que la revolución es el horizonte de lucha, la verdadera posibilidad de cambiar las desgracias de este sistema. La explotación, la miseria, el hambre y la represión sólo pueden ser eliminadas acabando con el capitalismo, con las leyes de funcionamiento del capital. Lo positivo pertenecen al desarrollo de los medios de producción y debe utilizarse a favor de la mayoría de la población, es decir, de los pueblos oprimidos y de los trabajadores.