La Conferencia de Seguridad de Munich y la Guerra

La Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada en estos días, dejó claro que la guerra en Ucrania no tendrá una salida fácil.

Las potencias imperialistas, encabezados por el imperialismo norteamericano, pidieron aumentar el envío de armas a Ucrania, a sabiendas de que el Ejército Ucraniano se encuentra próximo al colapso.

El think tank del Pentágono, la organización RAND publicó recientemente un estudio donde justamente demostró esa situación.

Varios analistas militares reconocidos, como el Coronel Douglas Macgregor, o el ex-analista de inteligencia militar Scott Ritter, dicen que el número de bajas del Ejército de Ucrania está en torno a los 350 mil muertos y más de 200 mil heridos, contra 35 mil muertos y 50 mil heridos rusos.

La presión rusa sobre varios puntos del frente de guerra es muy grande, principalmente en Bakhmut, a pesar de la derrota sufrida en Ugledar.

Con la concentración de tropas en la frontera y cercana a las líneas del frente, el aumento de los ataques con misiles en todo el territorio de Ucrania y el aumento exponencial de la producción militar, es evidente que Rusia se prepara para acelerar la guerra de desgaste.

El objetivo es destruir la infraestructura, liquidar el apoyo político del gobierno de Zelensky y promover un gobierno que desnazifique Ucrania, prohibiendo los seguidores de Stepan Bandera y la incorporación a la OTAN (Alianza del Atlántico Norte), reconociendo la incorporación de los cuatro Oblasts a Rusia (Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporizhzhia) y también de Crimea.

El problema es que la agudización de la mayor crisis capitalista de todos los tiempos impide que el imperialismo acepte pacíficamente esa solución.

El imperialismo precisa de la guerra. Precisa contener el ascenso de su principal enemigo, China, que busca expandirse de una potencia regional a una potencia imperialista, incluso como una solución para sus propias crisis internas.

El imperialismo precisa contener el ascenso de masas provocado por la agudización de la crisis, que hasta ahora ha podido bloquear en los países donde han surgido.

Precisa imponer un muy fuerte control de la propaganda oficial que ya ha sido transformada en operadora de Psyop, política de guerra psicológica en operaciones militares.

Precisa imponer estados de sitios y mover la economía por medio de la reactivación del complejo industrial militar.

Durante algún tiempo podría llenar los estoques de armas que se gastaron en Ucrania y desarrollar nuevas armas para enfrentar a China y a Rusia principalmente.

Pero esos estoques precisan ser usados y los enemigos contenidos.

El gran problema del capitalismo mundial en este momento es la agudización exponencial de todas sus leyes internas.

Los niveles de capitales ficticios son enormes y crecen como una bola de nieve. Las ganancias de todas las 30 mil grandes empresas que controlan el mundo dependen de la especulación financiera.

El futuro del capitalismo es la guerra, que va de la mano de las revoluciones.

Los levantes de masas tienden a ser la regla. Por eso la burguesía fortalece el fascismo.

La situación política camina para enfrentamientos cada vez más abiertos entre la burguesía mundial y los trabajadores.