Elecciones en Ecuador: La crisis política avanza

Por Ramona Morena

La crisis política ha envuelto a Ecuador.

Con tantas elecciones y procesos de «lawfare» en América Latina en los últimos tres años, la prensa ha hablado muy poco sobre la situación política en Ecuador, que ha sido duramente golpeado por la crisis política con el juicio político al actual presidente Guillermo Lasso, quien está a punto de convertirse en ex presidente.

A pesar de aplicar la «Muerte Cruzada» en medio de violentos enfrentamientos entre la población y las fuerzas represivas ecuatorianas, el presidente actual Guillermo Lasso no logró gobernar hasta el final de su mandato debido a las protestas lideradas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Esto ha supuesto un duro golpe para la derecha ecuatoriana.

La situación política actual en Ecuador es el resultado de una crisis acumulada en las últimas décadas.

Después de una sangrienta dictadura militar en la década de 1960 y sucesivos gobiernos de derecha, hubo un gran ascenso de las masas que fue contenido por el gobierno progresista liderado por Rafael Correa en 2008, a través de la Revolución Ciudadana.

Rafael Correa implementó políticas populares y nacionalistas, especialmente utilizando los recursos obtenidos a partir de la auditoría de la deuda pública realizada en 2008. En dicha auditoría se descubrió que gran parte de los bonos de esa deuda, tan corrupta y enfocada en desviar recursos públicos hacia los grandes capitalistas, no debían ser pagados por diversas razones jurídicas.

Lenin Moreno, quien fue vicepresidente de Correa, asumió la presidencia en 2017, pero en lugar de defender la Revolución Ciudadana, se vendió al imperialismo.

Moreno expulsó a Rafael Correa, quien se exilió en Bélgica, y envió a prisión a algunos de sus principales colaboradores.

En 2019, Moreno expulsó a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, de la Embajada de Ecuador en Londres, dejándolo a merced del imperialismo estadounidense.

El cancelamiento de la deuda pública fue uno de los motivos centrales del golpe de Lenin Moreno.

La auditoría de la deuda pública, establecida por decreto presidencial, fue uno de los motivos importantes del golpe sufrido por el ex presidente Rafael Correa.

Los resultados fueron impresionantes, con consecuencias muy positivas para la población luego de la anulación del 70% de la deuda externa en bonos públicos.

Estos recursos se destinaron a la salud, la educación pública de calidad y a obras de infraestructura.

Durante el período comprendido entre 2006 y 2016, la tasa de pobreza disminuyó significativamente, pasando del 36,7% al 22,5%. El crecimiento anual del PIB per cápita también experimentó un notable aumento, pasando del 0,6% en las dos décadas anteriores al 1,5%. Además, las desigualdades, medidas por el índice de Gini, disminuyeron de 0,55 para 0,47.

Además, Correa canceló la base estadounidense en Manta.

La popularidad de Rafael Correa fue una de las más altas al final de su mandato, aumentando del 75% al 81% entre agosto de 2011 y enero de 2012.

Sin embargo, el gobierno de Rafael Correa mantuvo varios mecanismos de estrangulamiento impuestos por el imperialismo al Ecuador.

En primer lugar, la moneda de Ecuador siguió siendo el dólar estadounidense, como se había establecido en la década de 1970.

En segundo lugar, Ecuador continuó dependiendo de las exportaciones de petróleo crudo. Con la caída de los precios internacionales del petróleo en 2012, el país entró en crisis.

Ecuador ha tenido 21 constituciones, siendo la más reciente votada en 2007 y aprobada en 2008.

La población en su mayoría está compuesta por indígenas y mestizos que siempre han sido marginados por la clase política del país, lo que se convierte en un factor fundamental de las crisis.

El papel del imperialismo NorteAmericano

La situación actual es compleja, especialmente cuando se evalúa la actuación de la «izquierda» institucional en América Latina.

El gobierno de Biden lidera la política preferencial de imponer gobiernos «izquierdistas» muy derechizados y completamente alineados con el Partido Demócrata estadounidense. Esta política se aplicó en Chile con Gabriel Boric, en Colombia con Gustavo Petro y en Brasil con Lula/Alckmin.

La actuación de la Embajada estadounidense tiene como política preferencial el establecimiento de un nuevo gobierno en línea con la Revolución Ciudadana.

Esta política no descarta, e incluso presupone, eventuales golpes de estado de derecha en caso de que ocurran «desviaciones» de los intereses de Estados Unidos, como está sucediendo en Colombia.

El imperialismo estadounidense enfrenta su mayor crisis capitalista de todos los tiempos. Debido a las crecientes dificultades para que los monopolios generen ganancias debido a las tensiones en todas las leyes de funcionamiento del capital, la solución a la crisis se busca a través de la guerra. El papel de su «patio trasero» es funcionar como retaguardia estratégica, con prioridad en el saqueo financiero, los recursos naturales abundantes y la mano de obra barata.

Los partidos políticos oficiales ante las próximas elecciones

Estas elecciones se desarrollan en el contexto del agravamiento de la crisis generalizada. La población ha sido golpeada duramente por el alto costo de vida y el desempleo.

Los partidos políticos institucionales enfrentan un enorme descrédito popular.

La propuesta del «Correísmo» es muy reducida en comparación con la primera elección de Rafael Correa en 2007.

Lo más probable es que un eventual gobierno de la Revolución Ciudadana sea un gobierno de fachada, al estilo del gobierno de Boric en Chile, totalmente alineado con el Partido Demócrata estadounidense.

Sin el apoyo de la CONAIE como en 2007, el panorama aún es incierto para que los candidatos que representan a Rafael Correa vuelvan al gobierno.

Los candidatos de la Revolución Ciudadana (RC5), formalizados el pasado 10 de junio, son la exdiputada Luisa González y el economista Andrés Arauz, como candidatos a presidente y vicepresidente respectivamente.

La coalición «Actuemos» está conformada por los partidos Sociedad Unida más Acción (SUMA) y Avanza. Sin embargo, el Partido Izquierda Democrática no ha anunciado su apoyo a la alianza.

El exvicepresidente de Lenin Moreno en su etapa más derechista entre 2018 y 2020, Otto Sonnenholzner, fue confirmado como candidato principal, y Erika Paredes como candidata a vicepresidenta.

La fórmula encabezada por el exlegislador «neoliberal» Daniel Noboa Azín, que tendrá como vicepresidenta a Verónica Abad, representará a la coalición Acción Democrática Nacional (ADN), compuesta por el Movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia (PID) y el Movimiento Ético Revolucionario y Democrático Verde (Mover).

El frente que agrupa al Partido Unidad Popular se llama «Claro que se puede» y está conformado por el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) y el movimiento Democracia Sí. La coalición estará liderada por el líder indígena Yaku Pérez, que quedó en tercer lugar en las últimas elecciones y defiende una agenda identitaria alineada con los intereses del Partido Demócrata estadounidense.

La crisis política en Ecuador forma parte del agravamiento de la crisis generalizada en la región.

Los trabajadores y los pueblos de la región sufren una enorme presión de las clases dominantes, se nos aplasta y sabotea para que no obtengamos una gran parte de las riquezas que han estado en manos del imperialismo durante décadas.

Pero es el aumento de la presión, que profundiza la crisis en la base, lo que está poniendo a los pueblos en movimiento por sus derechos.

Ya se vislumbra en el horizonte el enfrentamiento, cada vez más abierto, entre las burguesías locales y su amo, el imperialismo, y los trabajadores y los pueblos oprimidos.

Es en este escenario que los verdaderos revolucionarios tenemos el deber histórico de actuar, organizando la lucha para derrocar al capitalismo y construir una sociedad socialista.

Material en Portugués: Eleições no Equador: a crise política avança no Equador