La guerra en contra de Ucrania y el mundo

La guerra en Ucrania se desarrolla de manera no muy favorable a los intereses del imperialismo.

Esa guerra fue impuesta principalmente por el imperialismo norteamericano cuando se estaba muy cerca de un nuevo estallido capitalista.

Los principales objetivos eran hacer mover la economía a partir del complejo industrial militar, impedir el acercamiento de Europa con Rusia y China, y aplicarle una derrotar económica y militar a Rusia que permitiese dividir el país en varias partes, imponer un gobierno pro Estados Unidos, y así dejar a China más débil para poder enfrentarla directamente.

De estos cuatro objetivos, el imperialismo ha tenido éxito con los dos primeros aunque a un costo enorme. La economía europea está en situación calamitosa lo que ha generado el mayor ascenso de masas en 40 años.

En vez de Rusia haber sido derrotada, le ha aplicado al gobierno títere de Kiev derrotas importantes y ahora se encuentra en una situación muy difícil. Dependiendo del resultado de esta guerra, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) puede entrar en colapso.

La alianza Rusia-China se fortaleció y su influencia se extendió al Oriente Medio, a África y a países importantes de Asia.

Rusia fortaleció su propia alianza con la India y en el SPIEF (Foro Económico Internacional de San Petersburgo) quedó muy claro que su aislamiento no pasa de una quimera.

Cuáles pueden ser los próximos movimientos de los Estados Unidos?

El imperialismo norteamericano precisa de la guerra como la principal salida para su mayor crisis histórica. Obviamente no abandonará el control del mercado mundial pacíficamente; si es necesario irá a una guerra nuclear mundial.

Hasta ahora ninguna división importante del mercado mundial se ha hecho sin guerras sangrientas.

La propagandeada “multilateralidad” ignora, por razones obvias, que, debido al carácter de clase de la burguesía imperialista, no puede hacer la “multilateralidad” pacíficamente. Primero, tendría que ser derrotada militarmente.

Y las burguesías regionales que la derroten, ellas mismas se convertirán en burguesías imperialistas, con todos sus “defectos”, para empezar la china.

Los Estados Unidos han sufrido un duro golpe no solo en la guerra en Ucrania sino también con la aproximación del eje Rusia-China de sus aliados de las monarquías del Golfo Pérsico, de Turquía y de países africanos.

Pero no nos olvidemos que se tratan de países capitalistas. Se alían por conveniencias y se traicionan también por conveniencia, como lo confirma la reciente visita de Blinken a Pekín.

Las contradicciones existen en todos los bloques y alianzas, y pueden ser explotadas por la grandes potencias. Lo que dificulta los movimientos es la rápida agudización de la crisis capitalista y el ascenso de masas, porque en el fondo, la principal guerra en curso es la guerra que la burguesía mundial le impone a los trabajadores.

Los Estados Unidos, como la principal potencia imperialista precisa de la guerra para buscarle una salida a su crisis y a su dominio. Intentará maniobrar en Ucrania, para evitar una derrota y si esto sucede no se convertirá en más pacífico, sino lo opuesto. Buscará militarizar toda Europa, fortaleciendo la alianza con Polonia para debilitar las tendencias centrípetas de Francia y Alemania.

Al mismo tiempo, el control de su retaguardia en América Latina seguirá teniendo prioridad estratégica, lo que le puede dar importante sobrevida. Y con el control de la Américas y Europa aún sigue siendo una potencia formidable en el intento de mantener la dominación mundial.

Los efectos colaterales de esa política son las propias contradicciones internas del capitalismo que son el motor de las revoluciones.