La mayor huelga en Detroit en 88 años

La mayor huelga en Detroit en 88 años

Trabajadores de punta de la insdutria automovilística entran en huelga en el corazon del capitalismo, los EUA

El 15 de septiembre de 2023 estalló la mayor huelga obrera de Detroit en 88 años!

Los trabajadores de la Ford, la GM y Sellantis (controladora de la Chrysler) entraron en la primera huelga simultánea desde 1935, inclusive con los métodos clásicos de lucha obrera, los piquetes.

Mientras los trabajadores redujeron sus exigencias de aumento salarial para 35% en cuatro años, pero los patrones ofrecen apenas 20%, sin ninguna mejoría en los beneficios.

Al mismo tiempo los trabajadores exigen garantías de empleo ante el crecimiento de los vehículos eléctricos que podrían acabar con el uso de 30% de la mano de obra actual.

También exigen el fin del tiempo de ocho años para tener derecho a compensaciones adicionales.

Debido al enorme descontento de los trabajadores, la burocracia sindical del UAW (United Auto Workers), que cuenta con 146 mil asociados, fue obligada a paralizar el trabajo en una fábrica de la GM en Missouri, en la localidad de Wentzville, una fábrica de la Stellantis en Ohio, en Toledo, y una fábrica de la Ford en Michigan, en Wayne, que suma un total de casi 13 mil trabajadores en huelga.

El fondo de huelga cuenta con una ayuda de US$ 500 por semana para los trabajadores parados.

Esta huelga ocurre en el contexto de un ascenso huelguístico que incluyó a los Escritores y Actores, los pilotos de las mayores aerolíneas y a los trabajadores de la UPS (United Parcel Services). Todas fueron victoriosas y trajeron mejoras en los salarios y en las condiciones de trabajo.

El impacto de la huelga

Inmediatamente las acciones de las tres empresas cayeron.

El impacto sobre la campaña electoral de Joe Biden y el Partido Demócrata para las elecciones de noviembre de 2024 es enorme porque en su propaganda demagógica este sería el gobierno más amigo de los trabajadores.

El presidente de la Ford declaró en una entrevista a la cadena CNBC que si la empresa cediera a las exigencias de los trabajadores, perdería US$ 15 mil millones.

A parte de alguna demagogia, el hecho es que los capitalistas precisan de altas inversiones para poder abrir las plantas para los vehículos eléctricos. Eso junto con la caída de la demanda por la agudización de la mayor crisis capitalista mundial de todos los tiempos, deja un margen de maniobra pequeño para la paz social.

La paralización total de las tres empresas implicaría en que estaría afectada la tercera parte de la producción de automóviles en los Estados Unidos, impactando de frente el PBI.

Este movimiento está en línea con el ascenso huelguístico en Europa y retoma el proceso de ascenso que había empezado en el 2018/ 2019 y que había sido controlado con la pandemia.

Cuatro días antes hubo una enorme protesta en London, promovida por los profesores y los servidores públicos en contra del intento del gobierno de Sunak de imponer fuertes restricciones al derecho de huelga.

Los conductores de las 16 empresas de trenes en el Reino Unido entrarán en huelga los días 30 de septiembre y 4 de octubre, mientras el clima de ascenso obrero sube en toda Europa.

¿Es apenas una huelga por salario?

Una cuestión que debe estar clara es que la lucha de los trabajadores empieza por la reivindicación de mejores condiciones de trabajo.

Conforme los patrones no pueden atenderlas tanto por su voracidad como capitalistas pero también por las crecientes dificultades impuestas por la crisis capitalista, los trabajadores tienden a radicalizar sus métodos de lucha.

Conforme el estado burgués entra en acción, por medio de su Justicia y represión, los trabajadores empiezan a perder las ilusiones en el sistema actual, se radicalizan y la lucha económica tiende a transformarse en lucha política.

En las empresas públicas este proceso tiende a suceder de manera aún más rápida porque el estado (que es un resumen de los capitalistas y sus representantes políticos e ideológicos) es al mismo tiempo el patrón.

Los obreros tienden a demorar más para entrar en movimiento que los estudiantes o los trabajadores en sus locales de residencia. 

Pero cuando lo hacen y principalmente cuando logran pasarle por arriba a la brutal dictadura que existe en las empresas y a la burocracia sindical, que actúa como agente infiltrada al servicio de los patrones, entra en acción la fuerza social más importante de la sociedad actual. Incluso de cualquier fracción de clase de la burguesía.

El principal factor que pone en movimiento a la clase obrera no es su conciencia académica como dice la “izquierda” institucional y oportunista. Es la conciencia adquirida en la lucha concreta por su sobrevivencia.

En toda América Latina la temperatura social aumenta conforme el imperialismo norteamericano, que es la principal potencia mundial, descarga sobre nuestra región su mayor crisis histórica.

En el próximo período veremos inevitablemente un gigantesco ascenso de masas, mucho mayor que los anteriores de las décadas de 1960 a 1980.

Es para ese escenario que los verdaderos luchadores sociales y revolucionarios debemos estar bien preparados.

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