¿Qué significa la invasión de Gaza por los sionistas israelíes?

¿Qué significa la invasión de Gaza por los sionistas israelíes?

Más que una disputa interna entre Israel y Palestina, una disputa por el control mundial.

La invasión de Gaza por los sionistas se refiere a la entrada de las sionistas israelíes en la Franja de Gaza, un pequeño territorio palestino densamente poblado, controlado por el grupo Hamas.

La inminente operación terrestre, enfrentará una resistencia como nunca lo vio antes.

Gaza cuenta con centenas de kilómetros de túneles subterráneos, muchos a 40 metros de profundidad, donde la Resistencia Palestina está atrincherada.

Esos túneles nos recuerdan mucho a la táctica de guerrilla del VietCong vietnamita.

No olvidemos las consecuencias que tuvo la reciente toma de Bakhmut en Donestk, dejando decenas de miles de muertos. Para retomar Mosul del Estado Islámico, en Irak, lo que sería una operación de 15 días, se transformó en una carnicería humana que duró nueve meses. En 2006, los sionistas israelíes fueron derrotados en el sur de Líbano por la poderosa milicia Hezbollah que apenas movilizó 1.500 de sus soldados y que usó ampliamente su red de túneles.

El sábado 14 de octubre, Irán envió un mensaje a Israel diciendo que si invadían Gaza, el gobierno de la República Islámica sería obligado a intervenir.

El intento del gobierno de Netanyahu de obligar a un millón de palestino que viven en el norte de Gaza a irse al sur fracasó. La táctica militar consistía en dividir a Gaza en dos partes y expulsar a los palestinos a la Península de Sinaí, en Egipto, como lo declaró públicamente el ministro de las Relaciones Exterior.

Los desafíos de los sionistas

A pesar del apoyo del imperialismo norteamericano y europeo, cada vez más la situación se le pone más difícil al sionismo que es una especie de revólver apuntado en contra de la cabeza de los pueblos árabes y el principal instrumento del imperialismo norteamericano para controlar el Oriente Medio, hoy llamado Asia Occidental.

El gobierno Netanyahu precisa mostrar fuerza y liberar los más de 200 rehenes mantenidos en Gaza, de los cuales varios son parte de la alta oficialidad y de los servicios de inteligencia, Shin Bet y Aman (inteligencia militar).

El bloqueo completo del enclave y operaciones específicas para destruir a los militantes de Hamas identificados y liberar a los rehenes también es una operación muy difícil considerando la fortaleza en que fue convertida Gaza.

Sin el control físico del territorio del enclave palestino, y principalmente sin destruir al personal y la infraestructura del movimiento de Hamas y los demás grupos de la Resistencia Palestina la única salida posible para la crisis sería avanzar para el reconocimiento de un estado palestino, lo que implicaría en un golpe duro al sionismo y al imperialismo, abriendo precedentes importantes en toda la región y en el mundo para la lucha antiimperialista.

Aún más cuando vemos la inminente derrota del gobierno ucraniano después de haber gastado centenas de miles de millones de dólares.

El enclave de Gaza

Israel se enfrentaría a un desafío significativo en un terreno altamente urbanizado de 365 kilómetros cuadrados, donde una población de 2.5 millones de personas está concentrada en densas zonas urbanas. Esta configuración geográfica reduce drásticamente la ventaja estratégica de las llamadas Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en términos de reconocimiento, superioridad aérea y movilidad de equipo pesado.

Los implacables ataques aéreos israelíes en Gaza han inflamado el espíritu de resistencia entre los habitantes, generando una fuerte predisposición para unirse a las filas de la Resistencia. Actualmente, la Resistencia cuenta con una reserva de movilización sólidamente motivada, que podría movilizar a más de medio millón de palestinos dispuestos a tomar las armas solo en la Franja de Gaza.

Además de enfrentarse a la Resistencia local en Gaza, Israel tendría que hacer frente a grupos de la Resistencia de Siria e Irak, con el posible reclutamiento de voluntarios procedentes de Jordania, Arabia Saudita, Egipto, Bahréin y otros países. La participación de estos elementos externos complica aún más la situación de los sionistas.

La pérdida de oficiales de alto rango, tanto de las brigadas Golani como Nahal, junto con su personal, ha puesto de manifiesto las deficiencias en la preparación de Israel para un conflicto a gran escala, especialmente en un entorno urbano hostil. La capacitación de reservistas y fuerzas regulares es desigual, y no todas las unidades están completamente preparadas para la acción. Esto ha quedado patente en varios incidentes de «fuego amigo» registrados en las filas de las fuerzas israelíes en días recientes. Además, las IDF enfrentan limitaciones de tiempo para proporcionar entrenamiento adicional y coordinar las operaciones de los movilizados.

Esta situación representa un conjunto de desafíos sustanciales para Israel en un eventual enfrentamiento en suelo en la Franja de Gaza.

Perspectivas de la estrategia sionista

La eventual batalla terrestre por la Franja de Gaza no será ni sencilla ni rápida. Esta realidad es ampliamente reconocida en todos los niveles, incluyendo el gobierno de Tel Aviv. 

La operación requerirá una movilización masiva de recursos humanos, materiales y políticos por parte de Israel, y es probable que tenga un impacto adverso en la economía.

Se anticipa que la operación terrestre podría ser extraordinariamente sangrienta y prolongada, con un elevado número de bajas, lo que podría erosionar el apoyo público y político a nivel nacional e internacional.

A diferencia de las condiciones normales de combate, en las batallas urbanas, las fuerzas israelíes enfrentarán desafíos significativos. 

La protección de los flancos, la seguridad en la retaguardia y la comunicación efectiva con el mando y unidades adyacentes serán problemáticas. 

Aunque existen unidades especializadas, como los equipos de fuerzas especiales policiales Yaman y otros grupos antiterroristas, que han sido entrenados para operaciones urbanas, en su mayoría, el Ejército sionista no está preparado para la magnitud de una guerra urbana a gran escala.

Experiencias pasadas en lugares como Mosul o Fallujah en Irak, así como las operaciones de las fuerzas especiales Delta en Somalia, han revelado que los soldados pueden experimentar altos niveles de estrés constante en entornos urbanos hostiles, lo que puede dar lugar a efectos psicológicos perjudiciales.

Es importante tener en cuenta que la violencia y represión experimentadas por la población local en Gaza, especialmente desde 2006, han aumentado la motivación para la lucha armada. Esto contrasta con situaciones en Irak, Siria o Afganistán, donde la población local tenía una posición más neutral. Esta situación plantea la posibilidad de una escalada de conflictos que podría propagarse a Cisjordania y tener un impacto en toda la región de Asia Occidental.

Perspectivas para la Resistencia Palestina

Las ventajas ofrecidas por las armas de alta precisión y la vigilancia aérea se verán prácticamente anuladas en este escenario, como se ha evidenciado desde el 7 de octubre. Hamas, por otro lado, posee una red de comunicaciones extensamente desarrollada tanto en superficie como bajo tierra en Gaza. Dado que los miembros de este movimiento operan en su propio territorio, disponen del conocimiento del terreno y el respaldo de la población local, lo que les permite maniobrar sus fuerzas de manera relativamente fluida y realizar ataques sorpresa en ubicaciones inesperadas.

Los ataques llevados a cabo por Hamas contra Israel han demostrado su capacidad para integrar rápidamente diversas tácticas, como el uso de pequeños drones, atacantes suicidas, una variedad de armas anticarro y dispositivos explosivos improvisados (minas/IED), dentro de un patrón de ataque efectivo. Incluso al asegurar un sector eliminando toda presencia humana, no se garantiza la seguridad total, ya que los grupos enemigos pueden penetrar en la retaguardia a través de túneles subterráneos o fundirse entre la población civil para llevar a cabo una serie de ataques terroristas.

Además, Hamas y las fuerzas de resistencia en Gaza mantienen reservas significativas de combustible, armamento, alimentos, medicinas y municiones. Esto los coloca en una posición relativamente sólida frente a los bombardeos, lo que implica que las acciones de Israel, si bien no carecen de impacto, afectan en menor medida al enemigo.

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