Palestina: de las intifadas a la guerra actual

Palestina: de las intifadas a la guerra actual

La actual guerra que tiene lugar en Palestina pone en la agenda la comprensión de lo que está sucediendo y por qué.

La historia de la guerra actual radica en la propia formación del Estado sionista de Israel en 1947, en una operación reaccionaria en la que participaron todas las potencias de la época, incluida la Unión Soviética que, desde 1935, estaba empeñada en el frente único antifascista con las potencias imperialistas “democráticas”.

¿Qué fue la Primera Intifada?

La Primera Intifada estalló en diciembre de 1987 y fue un gran movimiento masivo de palestinos, espontáneo en primer lugar, que afectó a Cisjordania, la Franja de Gaza y, en parte, también a la región oriental de Jerusalén.

Fue la reacción a la presión que los sionistas israelíes y el imperialismo, principalmente el imperialismo norteamericano, habían ejercido contra los palestinos después de la Guerra de los Seis Días de 1967, donde importantes territorios en Palestina fueron tomados por los sionistas, y luego con la Guerra de Yom Kipur, en 1971, cuando Israel corría el riesgo de ser derrotada, pero fue salvada por la intervención de los Estados Unidos.

El movimiento palestino iniciado en 1987 fue un gran movimiento de masas, con protestas que, además de arrojar piedras al Ejército israelí, perpetraron ataques contra objetivos militares sionistas.

Duró seis años, hasta 1993. Sólo fue contenida por los llamados Acuerdos de Oslo, que contaron con el apoyo de la OLP (Organización de Liberación de Palestina), que controla la actual Autoridad Palestina y que era la principal organización palestina en ese momento, liderada por Yasser Arafat, que por entonces se encontraba en el exilio.

La respuesta de Israel fue mucha brutalidad militar, en un intento de contenerla con hierro y fuego. Pero esta política sólo añadió más leña al fuego.

La contención se produjo como resultado de la política general del imperialismo, que se reforzó con la caída del Muro de Berlín en 1989. Las altas dosis demagógicas de propaganda del “neoliberalismo” tomaron forma en los llamados Acuerdos de Oslo, donde se le dio cierta autonomía formal a los palestinos por parte de los sionistas, como, por ejemplo, el autogobierno en la Franja de Gaza y Cisjordania. Básicamente, los problemas más importantes no se resolvieron. Pero la Primera Intifada dejó “secuelas”.

Unos meses después del estallido de la Primera Intifada nació Hamás, que es el grupo que hoy controla la Franja de Gaza. Fue creado directamente por los Hermanos Musulmanes. Este hecho fue el resultado de contradicciones cada vez más profundas con los sionistas israelíes.

El intento de imponer la política del “Gran Israel” contra los pueblos árabes condujo a la invasión del Líbano que, a su vez, condujo al surgimiento, en 1980, de Hizbollah, la poderosa milicia libanesa.

Hamás es un movimiento sunita y Hizbollah es un movimiento chiita. Este fue creado por Irán, a la luz de la fuerza de la Revolución iraní que tuvo lugar en 1979, como producto de la crisis de 1974. Hoy ambos son estrechos aliados, lo que también representa un factor en la crisis de control del imperialismo en Medio Oriente, hoy llamado Asia Occidental.

¿Qué fue la Segunda Intifada?

La Segunda Intifada fue diferente de la Primera. Aún mantenía una alta dosis de espontaneidad popular.

En principio, fue provocada por la visita del entonces primer ministro, Ariel Sharon, al Monte del Templo en Jerusalén, que es un lugar sagrado para los palestinos.

Esta vez, las organizaciones palestinas, como la Autoridad Palestina, Hamás, la Jihad Islámica -que está más estrechamente vinculada a Irán, a pesar de ser una organización sunita salafista- y otras, jugaron un papel importante, y hubo una disputa entre ellas.

Aparecieron técnicas de ataque armado, como los ataques suicidas, que tenían como objetivo a civiles en la llamada Línea Verde de los sionistas israelíes.

La Segunda Intifada estalló en 2000, apenas siete años después de la firma de los Acuerdos de Oslo. Fue para los palestinos una señal de que no obtendrían beneficios a través de la diplomacia, que todo había estado controlado por el imperialismo y los sionistas israelíes.

El entonces Presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, intentó poner en práctica los acuerdos de Camp David, con la participación de Yasser Arafat, la OLP, Ehud Barak, el Primer Ministro israelí, y Bill Clinton, en julio de 2000. Pero no hubo progreso.

Con la visita de Sharon al Monte del Templo en Jerusalén (al-Aqsa para los árabes), en septiembre de 2000, estalló la Segunda Intifada.

El número de ataques armados y atentados suicidas aumentó enormemente e Israel acabó retirándose. Desmanteló todos los asentamientos sionistas en la Franja de Gaza. Pero los palestinos seguían divididos, básicamente, entre Hamás, que acabó gobernando la Franja de Gaza, y la Autoridad Palestina, Cisjordania. Los dos territorios están desconectados, el uno del otro.

Movimientos entre 2000 y 2015

Durante este periodo, desde el año 2000 hasta prácticamente 2015, se produjeron grandes manifestaciones de lucha y enfrentamiento por parte de los palestinos, de las cuales cuatro fueron las principales. A pesar de la muerte de miles de palestinos, el movimiento no avanzó ni en Cisjordania ni en Jerusalén Este, sino que acabó restringido a la Franja de Gaza, convertida en una prisión al aire libre por los sionistas israelíes.

En septiembre de 2015 se produjo una importante ola de enfrentamientos con coches bomba y atentados en Jerusalén Este y Cisjordania, pero no lograron avanzar, no hubo una acumulación importante. En julio de este año, fue la semana en la que se produjeron grandes protestas cuando la policía israelí bloqueó la entrada al Monte del Templo en Jerusalén Este, pero fueron rápidamente controladas.

¿Por qué no ocurrió una tercera Intifada en 2021?

¿Por qué no se produjo una Tercera Intifada además de las políticas incendiarias de Donald Trump? En otras palabras, es la vieja pregunta: ¿por qué no se levantaron las masas?

Un aspecto es que el número de protestas no aumentó, incluso disminuyeron; hubo muertes, pero no hubo movimiento ascendente.

Aparte de la división entre Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, hubo un alto papel de contención de las organizaciones palestinas, tal como sucede con otras similares en todo el mundo.

El imperialismo seguía avanzando con cierta cautela en sus ataques contra las masas, de manera razonablemente gradual y sin utilizar todavía los métodos de la guerra civil.

La incorporación de organizaciones que representan a las masas, a la llamada “democracia imperialista”, que en el caso de Palestina podría llamarse “democracia sionista”, es enorme.

En Gaza, la crisis fue aumentando y la población en su conjunto estaba viendo -después de casi una década de enorme crisis económica- que una eventual solución podría ser la conciliación entre Hamás y la Autoridad Palestina, que está en marcha, con la promesa de alivio de Egipto.

La frontera está totalmente controlada y no hay cruces. El paso Rafah, en la frontera con Egipto, es abierto esporádicamente, lo que entrega cierto alivio al suministro de productos, etc.

En el caso de Hamás, hubo el intento de llegar a un acuerdo con la Autoridad Palestina para entregar el control del gobierno y las fronteras, aparte de haber arrestado a miembros de otras organizaciones en el intento de impedir que se lancen misiles contra Israel.

Aparentemente había una capitulación de Hamás que fortalecía a los grupos más radicales.

Ahora, en 2023, quedó claro que había una preparación minuciosa para lo que se llamó el Diluvio de al-Aqsa, provocado por el aumento de los ataques de los sionistas y la falta de perspectivas para los palestinos.

En el caso de Cisjordania, la coordinación del control de la población palestina por la Autoridad Palestina, encabezada por Mahmud Abbas y los sionistas israelíes, es total.

En el caso de Jerusalén Este, la principal demanda de los palestinos es tener los mismos derechos que los israelíes, ya que viven en Jerusalén sin siquiera tener derecho a la ciudadanía.

Una nueva Intifada en Cisjordania agravaría la crisis en un grado enorme, porque implicaría que la Autoridad Palestina desaparecería del mapa.

El punto fundamental es la base material del control de la Autoridad Palestina. Decenas de miles de palestinos viven como servidores públicos y para que la Autoridad Palestina conserve esta situación de control, mantiene acuerdos con los sionistas israelíes. Se creó un colchón social de control en Cisjordania, lo que ha contribuido, en gran medida, a mantener completamente aislados a los palestinos de la Franja de Gaza.

Israel añadió otro factor de contención a los palestinos al permitir que 100.000 de ellos trabajen en Israel. Por lo tanto, sumando estos 100 mil palestinos a unas pocas decenas de miles que trabajan como servidores públicos, se creó un mecanismo para contener a los palestinos, aunque fue provisional.

Estos factores explican la corta duración de la guerra de 2021.

Eliminar a todo un pueblo con las tradiciones de lucha de los palestinos no es tarea fácil ni siquiera para los “todo poderosos” sionistas israelíes y sus patrones imperialistas.

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