Sólo la movilización de los pueblos salva Palestina

Sólo la movilización de los pueblos salva Palestina

La fuerza de las manifestaciones a nivel mundial en apoyo a Palestina puede ayudar a ocasionar una de las peores derrotas de Estados unidos en el mundo entero.

El sábado 4 de noviembre, enormes marchas volvieron a sacudir el mundo en apoyo a la lucha del pueblo palestino y en contra de los sionistas israelíes y sus patrones imperialistas.

Fueron las mayores marchas en muchos lugares en décadas.

En Montreal, se movilizaron más de 60 mil personas.

En Estados Unidos, Washington DC, New York y varias otras ciudades fueron sacudidas por intensas movilizaciones.

Lo mismo sucedió en toda Europa Occidental y en gran parte de Europa Oriental.

En París, Berlín y Londres un gran número de manifestantes reclamó sobre el apoyo de sus gobiernos al genocidio del pueblo palestino.

En Turquía, los manifestantes intentaron entrar en la base militar de Incirlik donde los Estados Unidos tienen tropas y armas estacionadas. Pero fueron reprimidos; a pesar de los discursos inflamados del primer ministro, Erdogan, los vínculos con el imperialismo hablaron más alto.

Lo mismo sucede en las monarquías del Golfo Pérsico.

En Irak, Siria, Líbano, Irán y Yemen el apoyo a la guerra total en contra de los sionistas y el imperialismo sigue avanzando.

En Jordania y en Egipto el apoyo a los palestinos crece rápidamente.

En los tranquilos oasis del capitalismo mundial, como Noruega, Suecia, Dinamarca, Japón o Corea del Sur, las marchas pro palestinas han aparecido con fuerza.

En nuestra América Latina, el apoyo al pueblo palestino está creciendo en toda la región.

Grandes marchas han sucedido en Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Colombia, México, en algunos países de América Central y en Brasil, principalmente en las principales capitales, San Pablo, Río de Janeiro y Belo Horizonte.

La guerra inter capitalista se entrelaza con la guerra de liberación de los oprimidos

Israel es fuerte porque cuenta con el apoyo del imperialismo. Pero ninguna fuerza se compara con los trabajadores y los pueblos movilizados.

Eso el imperialismo lo sabe tan bien que está intentando ponerle paños tibios a la crisis. No por acaso, el jefe de la diplomacia norteamericana ya viajó tres veces a la región desde el 7 de octubre de 2023.

Para los Estados Unidos, una derrota en Palestina y el Oriente Medio, hoy denominado Asia Occidental, sumada a la derrota en Ucrania, equivale a dejarle el camino libre a China y a Rusia, y lo que sería aún peor, abrirle camino a la revolución mundial.

Las maniobras diplomáticas de los países imperialistas y también de las principales potencias regionales no son la solución para los pueblos oprimidos y para los trabajadores.

Identificar el rechazo al genocidio en contra de los palestino como “antisemitismo” no pasa de la misma demagogia de quienes nos llevaron a una gran guerra en Ucrania financiando a las fuerzas neonazis en Ucrania, cuyo principal héroe es el cómplice de los nazis Stepan Bandera.

Crece en el mundo la oposición al genocidio de Israel en Gaza y el antiimperialismo.

Es necesario aumentar la agitación a favor de acciones de protestas y huelgas en boicot al genocidio, como ya empezó a suceder en algunos países, como por ejemplo en Bélgica.

La huelga general en Cisjordania contra el ataque a Gaza muestra el creciente poder de los trabajadores.

Es importante que ese llamado aparezca en las marchas y manifestaciones.

Es preciso ampliar el llamado al boicot del abastecimiento de petróleo a Israel.

La exposición de la farsa de la “solución” de los “dos estados”, con la solución final del Gran Israel de los sionistas, abrió camino al desarrollo en el movimiento de trabajadores en todo el mundo de la perspectiva socialista, internacionalista y revolucionaria.

La solución pasa por la disolución del actual estado sionista de Israel y su sustitución por un estado multinacional, con plenos derechos democráticos y sociales para judíos y árabes, como parte de una federación socialista en el Asia Occidental.

Solo por medio de la lucha de los trabajadores y de los pueblos oprimidos del mundo es posible ponerle un punto final a las barbaries del imperialismo y del capitalismo mundial.

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