¿ Para dónde vá el mundo, después de la guerra en Palestina?

La actual guerra en Palestina debe ser vista dentro del contexto mundial que tiene como principal factor la mayor crisis capitalista de todos los tiempos.

La guerra en Ucrania le había venido como anillo al dedo a las super grandes corporaciones que han visto sus ganancias caer con enorme velocidad, después que los billones (trillions) que los estados les pasaron, usando la “pandemia” como cortina de humo, les resultaron insuficientes.

El capitalismo actual vive un momento en que los importantes desarrollos tecnológicos se chocan con mucha fuerza con su necesidad de mantener la propiedad de los medios de producción, de las fábrica, bancos, comercio, minerales y recursos naturales, en las manos de un puñadito de “expertos” que para hacerlo corrompen una parte de la sociedad.

La guerra en Palestina a diferencia de la guerra en Ucrania no es una guerra entre estados, sino la guerra de un pueblo oprimido en contra de los sionistas ocupantes apoyados por todas las potencias imperialistas.

De la misma manera que sucedió con la Ofensiva Tet en la guerra de Vietnam, en 1968, el impacto sobre las masas en el mundo ha sido gigantesco. Hemos visto las mayores movilizaciones populares en décadas, en contra del genocidio sionista.

De la misma manera que la guerra de los vietnamitas en contra de la mayor potencia imperialista impulsó el ascenso de masas que se abrió con los movimientos de 1968 y la crisis de 1974, esta guerra abrió un nuevo período que sólo puede llevar a un período pre-revolucionario en todo el mundo.

El imperialismo se ha visto incapacitado de aplicar reformas importantes para controlar su crisis, de la misma manera que pudo cerrar la crisis de 1974 con las llamadas políticas “neoliberales”. La crisis de 2008 le puso el RIP al “neoliberalismo”.

La actual crisis es una continuidad de la crisis de 2008 y para cerrarla el imperialismo busca la guerra, porque le permite mantener la economía funcionando a partir del mayor desarrollo del complejo industrial militar y la militarización de la sociedad.

El efecto colateral es que conforme la crisis avanza la situación de los trabajadores y de los pueblos se vuelve mucho peor lo que conduce al ascenso que estamos viendo ahora.

En América Latina, hay una especie de interregno, una especie de tranquilidad debido al apriete del imperialismo norteamericano sobre la región y a la inundación con capitales altamente especulativos que vienen en busca de las mayores tasas de remuneración a la especulación financiera.

Es obvio que esta situación está con los días contados y que en América Latina la tendencia es a un gran estallido social generalizado del cual ya hemos tenido varios aperitivos.