Mas que la crisis política del primer ministro israelí Netanyahu

Con la guerra, Benjamín Netanyahu pudo contener las gigantescas manifestaciones en su contra que habían tomado Israel hacía varios meses y que, en buena medida, eran manipuladas por los propios Estados Unidos con el objetivo de imponer a sectores más próximos al Partido Demócrata y que el gobierno norteamericano pudiera controlar con más facilidad a los perros rabiosos de la extrema derecha, que hacen parte del gobierno de Netanyahu en ministerios claves.

Con el fracaso de la campaña militar, volvieron a aparecer grandes manifestaciones en Israel por negociaciones que permitan la liberación inmediata de los rehenes.

Durante cinco días, hubo masivas marchas pidiendo la liberación de los rehenes, culminando con la gran marcha del día 18 de noviembre de 2023, desde Tel Aviv hasta Jerusalén, recorriendo más de 50 kilómetros a pie.

Un gran acto fue hecho frente a la oficina del primer ministro, en paralelo con otro gran acto en Tel Aviv.

Bajo esa presión interna y las duras bajas que los sionistas israelíes han tenido en Gaza y en norte, en la frontera con el Líbano, es que el gobierno Netanyahu aceptó el cesar-fuego que ya había sido negado.

A esa presión se le suma el problema de comercio que enfrenta con la captura de varios barcos israelíes por los Houthis yemenitas, en el Estrecho de Bab el Mandeb, que es la entrada al Mar Rojo y uno de los puntos más importantes del comercio mundial.

Dentro del propio Likud, el partido político de Netanyahu, hay sectores que han manifestado la intención de aplicarle un voto de censura a Netanyahu y sustituirlo por alguien que pueda manejar mejor los propios objetivos militares, la destrucción de Hamas y la libertad de los rehenes, objetivos que están muy lejanos de conseguirse.

Obviamente, la palabra final la tienen los Estados Unidos, que no pueden permitir que Israel sea derrotado, pero tampoco pueden permitir que la Resistencia se fortalezca porque puede llevar a una situación revolucionaria en Oriente Medio, con un amplio efecto de contagio en todo el mundo, conforme la mayor crisis capitalista de todos los tiempos sigue avanzando imparable.

Pero las opciones que los sionistas israelíes y sus patrones imperialistas manejan no son muchas y están condicionadas por el avance de las tendencias revolucionarias en el mundo, empujadas por la mayor crisis capitalista de todos los tiempos.