Argentina: RIP al DNU 70/23, pero …

La Ley Ómnibus, el DNU 70/23, del gobierno de Javier Milei fue retirada del Congreso después de que la bancada vinculada al gobernador de Salta, el peronista Gustavo Sáenz, evidenciase que iría a votar en contra de la delegación incondicional de poderes al Poder Ejecutivo en relación con las privatizaciones y contratos.

A pesar del apoyo de todos los partidos políticos burgueses oficiales, directa o indirectamente, las contradicciones se acumulan en relación al reparto de la torta y la intensidad del golpe en contra de los trabajadores y el pueblo argentino.

Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, que también había sido ministro de Mauricio Macri, representan los intereses del gran capital especulativo, de los grandes fondos, como BlackRock, Vanguard y otros.

El grupo de los gobernadores peronistas tienen intereses propios y a veces vinculados a los chinos y rusos.

Está en disputa la entrega del litio, el petróleo y el gas, las centrales nucleares, el Banco de la Nación, Arsat que es la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales y de varias otras propiedades estatales.

Milei intenta imponer una nueva ley de inversiones con sensibles beneficios para los “inversionistas” con más de U$200 millones, que en lo fundamental son grandes especuladores financieros.

RIP al DNU 70/23, pero …

La versión inicial de la Ley Ómnibus fue liquidada, con sus 600 artículos iniciales y los 300 de la versión revisada, a pesar de que fuera votada por mayoría simple.

El gobierno Milei intentará seguir gobernando por decretos, apretado de cerca por el imperialismo norteamericano, mientras la deuda pública indexada al dólar y el déficit público se van a la estratósfera.

El gobierno Milei envió al Congreso un proyecto de reforma de las leyes del trabajo que entrará en pauta ya en marzo.

Así los burócratas de la CGT [Confederación General de los Trabajadores] ahora han quedado cercados de nuevo.

El ataque contra los trabajadores pasará en el reaccionario Congreso por amplia mayoría.

Las reacciones han empezado en algunas fábricas y locales de trabajo, como en el Subte de Buenos Aires y en el sector del neumático donde hay huelga en contra de los despidos.

Los políticos oficiales están a favor de su aprobación.

El aumento de los transportes fue del 250%, por lo menos.

El aumento de la electricidad, del gas previsto para marzo, de los alquileres, de los alimentos impacta de lleno los bolsillos de la población cada vez más empobrecida.

La inflación se eleva a las alturas junto con las pérdidas salariales y de las jubilaciones, y de los programas sociales.

El rechazo en contra del gobierno Milei, todo el sistema político y su aparato de propaganda ha aumentado mucho su temperatura.

La política represiva de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no sólo sigue vigente sino que se intenta hacerla aún más represiva con la posibilidad del retorno de las fuerzas armadas a tareas de seguridad pública.

Como parte del Plan Cóndor 2.0, los Estados Unidos están enviando a la región un portaviones nuclear mientras Milei viajó a Israel, sin autorización del Congreso, para validar el genocidio de los palestinos.

El movimiento estudiantil, que es mucho más explosivo que el movimiento obrero, tiende también a levantar la cabeza ante los fuertes ataques en contra de la educación.

El movimiento de docentes está fortaleciéndose en la lucha en contra el masacre impuesto por los gobernadores en las paritarias.

La organización de la lucha por las bases se ha convertido en una tarea central de los activistas, principalmente en el contexto del surgimiento de nuevos luchadores, que no habían aún participado de la lucha clasista o política.

La generalización de las luchas parciales pone en pauta la apertura de una etapa pre revolucionaria y la aparición de nuevas formas de lucha, principalmente autoconvocadas por los trabajadores, el surgimiento de grupos clasistas y revolucionarios de trabajadores.

Las reivindicaciones transitorias, aquellas que sin ser socialistas la burguesía no puede resolver, pasaron a tener importancia vital.