¿Qué fenómeno social se esconde detrás de las teorías “anti-opresión”?

¿Qué fenómeno social se esconde detrás de las teorías “anti-opresión”?

La crisis capitalista y la pérdida de poder del Estado burgués a partir del análisis de la "teoría de las opresiones".

El fenómeno que desde un punto de vista psicológico y político promovió las teorías “anti-opresión” es la pérdida de poder por parte del Estado capitalista.

¿Que es la teoría de las opresiones?

La teoría de las opresiones comienza a expandirse e imponerse con fuerza a partir del neoliberalismo. La misma pretende colocar como centro de las «opresiones» cuestiones culturales, que a priori seríann resueltas a través de luchas por derechos en el propio Estado Bugrués.

La División Clasista en la Lucha Feminista: Un Análisis a Través de las Olas del Feminismo

El feminismo, como movimiento histórico, ha experimentado una evolución compleja marcada por diferentes corrientes ideológicas y enfoques. Uno de los fenómenos más notables en su desarrollo ha sido la división clasista, que ha impactado profundamente en sus objetivos y estrategias a lo largo del tiempo.

Primera Ola Feminista: Semilla de la Conquista: La Revolución Francesa, a finales del siglo XVIII, sirvió como catalizador para el surgimiento del feminismo moderno. En esta etapa inicial, las mujeres luchaban principalmente por el derecho al voto, buscando ser reconocidas como ciudadanas de pleno derecho en una sociedad que las relegaba a un estatus inferior. Este movimiento, liderado en su mayoría por mujeres burguesas, destacó la necesidad de igualdad legal y derechos jurídicos fundamentales.

Segunda Ola Feminista: La Unión de Género y Clase: La segunda ola del feminismo, que abarcó desde los años 1960 hasta los 1990, estuvo marcada por un enfoque en las desigualdades sociales desde una perspectiva de clase. Influenciadas por corrientes socialistas y las secuelas de las guerras mundiales, las mujeres comenzaron a entrelazar la lucha de género con la lucha de clases. Figuras destacadas como Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái y Clara Zetkin abogaron por leyes laborales protectoras y el sufragio femenino universal. Esta fase representó un paso hacia la conciencia de clase dentro del feminismo.

Tercera Ola Feminista: Identitarismo y Fragmentación: La llegada del identitarismo, especialmente evidente tras la crisis del 2001, ha introducido tensiones significativas en el movimiento feminista. La izquierda, radicalizada en torno al identitarismo, ha perdido de vista las cuestiones fundamentales de la lucha de clases, debilitando su capacidad para representar los intereses de la clase trabajadora. Mientras el identitarismo tiende a reducir la lucha a experiencias individuales y grupales, la verdadera lucha de clases se ve eclipsada. Es en esta tercera ola que las teorías de opresión se imponen con fuerza.

Otros ejemplos son la teoría de Focault y Bourdieu, estudiosos que se utilizan en las ciencias sociales para targiversar el análicis de la realidad, colocando como salidas las luchas culturales.



La Teoría de las Opresiones: ¿Un Obstáculo para la Unidad Clasista?

La teoría de las opresiones, al fragmentar la lucha en una multiplicidad de identidades, puede desviar la atención del verdadero objetivo: la emancipación de la clase trabajadora. Si bien es innegable que el capitalismo perpetúa diversas formas de opresión basadas en características como género, raza u orientación sexual, es esencial reconocer que estas opresiones están intrínsecamente ligadas a las relaciones de clase. Ser mujer trabajadora no es lo mismo que ser mujer burguesa; de la misma manera, ser negro en una posición de poder no refleja la experiencia de la mayoría de las personas negras.

¿En que contexto surge?

La Segunda Guerra Mundial provocó efectos depurativos muy duros y en los años siguientes, hubo un período de crecimiento económico, principalmente en Estados Unidos, basado en gigantescas inversiones públicas.

Cuando estos mecanismos entraron en crisis, apareció el rechazo del sistema dentro de la burguesía y la pequeña burguesía. El movimiento hippie es un ejemplo.

Para entender el proceso es necesario entender el período anterior: el macartismo, la “sociedad en la que todos vestían trajes grises”; la sociedad moralista hasta la médula; la imposición de una sociedad estandarizada. Una auténtica pesadilla en la que la clase media de entonces era ultraconservadora y religiosa.

En las décadas de 1940 y 1950 comenzaron a formarse algunos grupos de rechazo, mientras la mayoría de la población se pacificaba debido al crecimiento económico.

A partir de 1958, los desequilibrios económicos comenzaron a profundizarse. El dólar empezó a tambalearse.

En 1968, los problemas aumentaron debido al aumento del desempleo y la inflación. Los movimientos estudiantiles levantaron la bandera del fin de los centros educativos. La atención se centró en las escuelas más reaccionarias.

En Francia, casi se produjo una revolución obrera y el gobierno dictatorial de Charles De Gaulle fue derrocado mientras los estudiantes llamaban a los trabajadores a una huelga general.

En Checoslovaquia tuvo lugar una revolución obrera, donde la organización predominante, el SDS, promovió el anarquismo liberal.

En Estados Unidos, los sectores más reaccionarios de la burguesía impusieron una respuesta conservadora a los movimientos. Robert Kenedy, que tenía una retórica relativamente radical, fue asesinado.

El vicepresidente, que era un reaccionario, Lyndon Johnson, asumió la presidencia de la República y fue sucedido por Richard Nixon, un republicano conservador.Los movimientos estudiantiles y negros fueron derrotados.

Los Black Panthers y los Black Powers son exterminados. Uno de los principales componentes de estos movimientos fue la lucha contra la agresión imperialista en Vietnam, impulsada en gran medida por la clase trabajadora que fue enviada a la guerra.

Este movimiento alcanzó uno de los principales fundamentos de la política imperialista, las guerras, ya que el imperialismo sin guerras no es imperialismo. En América Latina predominó la lucha contra las dictaduras.

En 1974, con la reapertura de la crisis capitalista, terminó el ciclo de los llamados “Años Dorados”. Ese mismo año hubo una revolución en Portugal.

En 1979 tuvo lugar la revolución iraní. Las dictaduras militares llegaron a su fin. Para contener la crisis mundial de 1974, el imperialismo impuso como política el llamado “neoliberalismo”.

Como parte de la agresión contra los pueblos que dura hasta hoy, surgieron las teorías de las “opresiones”. La fragmentación causada por el identitarismo solo sirve para debilitar el movimiento y desviar la atención de la lucha esencial contra el sistema económico que subyace a todas las formas de opresión.

¿Debemos luchas por los derechos de las mujeres? Debemos.
¿Debemos luchar por los derechos reproductivos y sexuales? Debemos.
¿Debemos luchar los derechos de los negros? Debemos.
¿Debemos de luchar por el fin del capacitismo? Debemos.
Pero estas luchas solo pueden cumplir el objetivo que se plantean si son vinculadas a la lucha de clase. Por si solas, solo son luchas por derechos dentro del propio Estado burgués que una vez en crisis, retirará en un abrir y cerrar de ojos.

¿Acaso debemos cayar porque Linda Greenfield, embajadora de los Estados Unidos es Negra y es utilizada para levantar el veto a la tercera solicitud de un «cese al fuego» en Palestina? ¿Debemos cayar y aplaudir porque una mujer, negra, explota, mata, oprime, justifica, y defiende una posición genocida que día a día mata a miles de personas, dentro de estas también mujeres y niños? Esa es la teoría de las opresiones que dió paso al identitarismo, el cual instrumentaliza a las minorías oprimidas a favor de su política como escudos.

¿Eso nos hacerca a la libertad?

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