La renuncia de Victoria Nuland y la guerra mundial

La renuncia de Victoria Nuland y la guerra mundial

Llama bastante la atención su súbita renuncia porque sobre ella pesa un enorme historial golpista en contra de varios países.

La subsecretaria del Departamento de Estado, el equivalente a un ministerio de las Relaciones Exteriores, de los Estados Unidos, de manera sorprendente, renunció a su cargo.

Llama bastante la atención su súbita renuncia porque sobre ella pesa un enorme historial golpista en contra de varios países.

En 2014, Nuland fue la responsable por organizar el golpe de estado de Maidán, en Ucrania, contra el presidente Yanukovich, a partir de la reorganización de grupos fascistas.

Es de conocimiento público que para realizar esa operación contó con un presupuesto de US$4 mil millones.

Nuland realizó numerosos viajes a América Latina para imponer las políticas de los gobiernos de turno, sea Obama, Trump o Biden.

Ella fue una de las articuladoras de la victoria de Lula-Alckmin en Brasil en el 2022, así como del golpe de estado contra el presidente de Perú Pedro Castillo.

El porqué de su renuncia debe estar relacionado en primer lugar con el cambio de la política internacional de los Estados Unidos. Ella es una de las principales representantes del sector más guerrerista del imperialismo, los llamados hawks.

La burguesía imperialista impuso en el 2020 la victoria de Joe Biden y la derrota de Donald Trump porque la economía se encontraba en estado desastroso, a pesar de los traspasos de recursos públicos a las grandes empresas. Era preciso poner para funcionar a todo vapor al complejo militar industrial. La guerra en Ucrania cumplió ese papel en varios sentidos.

A pesar de que algunos de los objetivos no fueron conseguidos, en primer lugar la derrota del gobierno de Putin y la división de Rusia en 20 estados, Europa pasó a ser controlada como nunca antes y la economía norteamericana volvió a funcionar a partir de la producción de armas.

La derrota en Ucrania es inminente, pero la militarización de Europa será muy fuerte, aún más con la derrota.

En estos momentos la política hegemónica del imperialismo es imponer la victoria de Trump para fortalecerlo y evitar nuevas derrotas militares. Después de estar mejor preparado, volver a una guerra abierta contra el bloque competidor encabezado por su principal enemigo histórico, China.

El papel de América Latina en esa política es servir como retaguardia estratégica.

La burguesía imperialista enfrenta su mayor crisis histórica, que es la continuidad del estallido capitalista del 2008, que aún no se cerró, con volúmenes estratosféricos de capitales ficticios/ especulativos. Busca la salida en la guerra por falta de alternativas, debido a la fuerte tensión de las leyes que rigen al capital.

Conforme el capital aprieta a los trabajadores y a las masas en el intento de mantener sus ganancias, la lucha de clases se agudiza rumbo a la apertura de una etapa pre revolucionaria que ya empieza a definirse claramente en el horizonte.

Como dijo Lenin en su conocido libro sobre el Imperialismo, de 1916, la etapa actual del capitalismo es la fusión del capital industrial y financiero, es una etapa de guerra contrarrevolucionarias que andan de la mano de las revoluciones, y viceversa.

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