Comunicado por el Día del Preso Político – Red AIDDHF

Comunicado por el Día del Preso Político – Red AIDDHF

La prisión política, lejos de ser un fenómeno del pasado, se está convirtiendo cada vez más en una realidad ineludible

En este 17 de Abril, conmemoramos el día del preso político. En un mundo donde parece que cada día se asigna una fecha conmemorativa para resaltar el progreso hacia la plena democracia y el bienestar humano, nos encontramos enfrentando una realidad distinta. En lugar de declaraciones vacías y actividades superficiales por parte de organizaciones no gubernamentales, lo que necesitamos es abrir los ojos, nos enfrentamos a la cruda realidad de una creciente amenaza contra los derechos humanos y fundamentales. Un retroceso nunca visto antes. 

Los derechos conquistados con años de luchas y movilizaciones pretenden hacerlos evaporar como si de agua en el desierto se tratase. 

En escenarios internacionales, presenciamos justificaciones que intentan ocultar la eliminación sistemática de etnias enteras bajo el pretexto de “terrorismo”, todo para simplemente mantener el control político en ciertas regiones, como si de un juego de ajedréz se tratase. 

La prisión política, lejos de ser un fenómeno del pasado, se está convirtiendo cada vez más en una realidad ineludible. Ya sea por ejercer el periodismo con valentía y exponer la verdad sobre gobiernos que perpetúan guerras bajo falsas pretensiones, o simplemente por ejercer el derecho a manifestarse contra un sistema que aplasta cualquier voz disidente, la represión política está presente en nuestras vidas.

En América Latina, la situación es alarmante. Desde Perú hasta Argentina, pasando por Ecuador y Chile, la presencia de presos políticos es una realidad innegable. El reciente Protocolo Bullrich en Argentina es solo un ejemplo más de cómo se recurre a medidas represivas para silenciar y aprisionar a quienes osan elevar la voz.

A nivel global, los presos palestinos son sometidos a condiciones inhumanas en prisiones clandestinas, enfrentando torturas y juicios militares injustos. Las leyes antiterroristas se multiplican en nuestros países, no por casualidad, sino como parte de una estrategia para sofocar cualquier resistencia contra la opresión, la pobreza y la guerra.

Cuando hablamos de presos políticos hablamos de  niños, adultos y jóvenes, como podría ser tu madre, tu tío, una amiga de la infancia encarcelados en condiciones infrahumanas, sin algún tipo de derecho, sin comunicación, sin alimento. Hacinados entre 4 paredes, o en celdas que parecen caniles, sin juicio justo y en muchas instancias perdiendo más de 20 años privados de libertad acusados sin pruebas o con testimonios pactados por los propios agentes de seguridad de los países. 

La prisión política no es cosa de antaño, está presente, y no solo perjudica al preso y sus familias, sino a toda la sociedad. Y lejos de ser “terroristas”, o “peligros para la sociedad” quienes están presos son personas normales, como es el caso de Nicolás Piña (Chile) un Ingeniero que no podrá ver crecer a sus hijos, o el de Gabriela Guardia y Omar Campoverde (ecuador) quienes están presos por participar de ollas populares, actividades comunitarias, y en especial, por participar de las movilizaciones antigubernamentales. También es el caso de los más de 30 presos políticos del caso Perseo en Perú, donde se les acusa de ser “terroristas” sin pruebas  más que declaraciones a favor de la Amnistía Irrestricta. 

Los presos siempre los pone el pueblo explotado. Ya que no tiene ni recursos para defenderse y mucho menos, grandes corporaciones u organizaciones que puedan sustentar la denuncia de sus prisiones. Por eso, atacan a cualquier organización que se movilice y organice por los intereses de las grandes mayorías. Y las prisiones que efectúan no son individuales, a personas, sino a ideas, y en especial, a la clase trabajadora. 

Son años de historia de la humanidad que permanece sellada en la tierra en diversas formas, y aún hoy, siguen intentando parar la rueda de la historia, algo que “ni dios” pudo conseguir jamás. 

En este día, reafirmamos nuestro compromiso con la lucha por la justicia, la libertad y la dignidad humana. Exigimos la liberación de todos los presos políticos y nos solidarizamos con quienes continúan enfrentando la represión por alzar su voz contra la injusticia.

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