Desafíos Actuales de la Clase Obrera Peruana: Cooptación de Centrales Sindicales y Llamado a una Resistencia Renovada

Desafíos Actuales de la Clase Obrera Peruana: Cooptación de Centrales Sindicales y Llamado a una Resistencia Renovada

Roger Muro analiza el impacto del neoliberalismo en la clase obrera peruana, denunciando la cooptación de las centrales sindicales por el capital.

Estamos frente a la mayor crisis capitalista de la historia, una crisis que se desencadenó en 2008 y que aún no ha sido resuelta. La economía capitalista ya no funciona. 

En este Primero de Mayo de 2024, estamos retomando la tradición de lucha de los trabajadores, haciendo de este día un acto de lucha internacionalista y proletaria. Tenemos participantes de varios países, trabajadores unidos con el objetivo de destacar la difícil situación en la que se encuentran los trabajadores y los pueblos de América Latina frente a la escalada de la agresión del imperialismo estadounidense en nuestra región.

Perú 

Roger Muro  

Ciertamente, hablar del primero de mayo es hablar no solo de una fecha simbólica emblemática, sino también del reconocimiento de la legitimidad de la clase obrera del proletariado mundial que derramó su sangre en defensa de los trabajadores. No creo que a todos los presentes nos convoque simplemente el compromiso histórico con el movimiento obrero, sino también con la clase obrera como la clase dirigente de la Revolución Socialista, tal como nos enseñaron los maestros de la teoría revolucionaria como Carlos Marx y todos aquellos que han contribuido a la historia.

Ciertamente, en el caso del Perú, el «neoliberalismo» que se impone desde 1990 y que adquirió mayor connotación a partir del golpe de estado del 5 de abril por parte de Fujimori en 1992 y la posterior aprobación de la constitución de Fujimori de 1993 en adelante, hemos presenciado una feroz ofensiva del capitalismo peruano, del neoliberalismo, por derrotar, destruir y minimizar a la clase obrera. 

Todo el proceso de acumulación y crecimiento del proletariado que se dio en décadas pasadas, sobre todo en la época del General Velasco, el gobierno reformista de Velasco, todo eso fue destruido. 

Muchos trabajadores no solo fueron despedidos de sus puestos de trabajo, sino que el proceso de privatización aquí, como decimos en el Perú, se llevó consigo hasta las «alhajas de la abuela», como decimos acá en el Perú. Hay un dicho muy popular que dice eso.

Obviamente, esta ofensiva contra el movimiento obrero ha tenido sus consecuencias. Las grandes centrales que impulsaron los paros nacionales, como el 19 de julio de 1977, que derrocó a la dictadura militar de Morales Bermúdez, no se han podido recuperar hasta el día de hoy. Con el agravante de que muchas de estas centrales han devenido en políticas de conciliación de clases y se han convertido en funcionales al sistema. 

Lo decimos con dolor; la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y otras, como la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP) o la Central Única de Trabajadores (CUT), entre las más conocidas, no representan la legitimidad del movimiento proletario en el Perú, sino por el contrario, se han convertido en aparatos sindicales burocráticos al servicio del gran capital. Esto lo decimos claramente, sin tapujos de ninguna clase.

Hace pocas semanas, por ejemplo, la CGTP ha marchado con la Confederación de Empresas Privadas del Perú, en defensa de la lucha contra la delincuencia. Entonces, es un tema que no nos alegra, sino que nos preocupa sobremanera. Lo que ha significado la privatización no solo es el achicamiento del Estado, el desconocimiento de los derechos fundamentales, sino que además ha significado que muchos de los trabajadores que aprendieron un oficio, aprendieron muchas cosas, las empresas donde trabajaban pasaron a convertirse en lo que hoy son, en el mal llamado mundo de la informalidad. 

Las micro y pequeñas empresas representan el 70% o más de la población económicamente activa. Y muchas de estas pequeñas empresas son empresas familiares.

Ciertamente, este replanteamiento y relanzamiento de la clase obrera en el caso del Perú es un escenario bastante complejo, pero ese es el reto que tenemos por delante. Por ejemplo, en la crisis actual, lo que vemos son grandes movilizaciones de movimientos originarios andinos, campesinos, amazónicos, que se han movilizado tras el golpe de estado contra el presidente Castillo. 

Entonces, las fuerzas del campo popular, los gremios sindicales, los aparatos sindicales, no sólo no han acompañado estas luchas, sino que están fuera de juego en este proceso. Por eso han surgido nuevas organizaciones como la Convención Nacional del Perú, como la RED, y otras que han ido surgiendo al calor de la lucha.

Entonces, nosotros decimos lo siguiente: pensamos que efectivamente hay que relanzar y reposicionar a la clase obrera en el contexto actual de las luchas internacionales. 

La solidaridad con el pueblo palestino, todo lo que aquí se ha mencionado contra el Imperio norteamericano, para terminar de derrotarlo en su crisis más profunda que vive en la actualidad. 

Por lo tanto, necesitamos repensar el mundo del trabajo. Clase obrera, pueblos originarios, debería ser un elemento fecundo para la construcción de una nueva narrativa, un nuevo discurso, una nueva propuesta.

En ese sentido, creemos que el espacio internacional es muy importante y que deberíamos no solo el primero de mayo, sino también calendarizar y desarrollar algunas campañas internacionales que nos permitan el reposicionamiento de la clase obrera como clase dirigente, como clase para una alianza mucho más amplia que solamente obreros, con pueblos originarios, con movimientos sociales, pudiéramos construir un bloque histórico contrahegemónico, contra el gran capital, contra el imperialismo y contra las burguesías locales de nuestros países.

En ese sentido, el antiimperialismo, el clasismo y revolucionario adquieren mayor urgencia en el momento actual. 

En el caso del Perú, esa es la realidad en la que nos movemos y tratamos precisamente de plantear la tarea de una formulación, la construcción de una propuesta programática que nos permita caminar hacia un nuevo orden social. 

El capitalismo no va más, el capitalismo está en crisis, hay que terminar de derrotarlo. No basta con decir eso, sino que también somos capaces, al mismo tiempo, de decir qué es la alternativa. 

Para nosotros, es un nuevo orden social plurinacional con perspectiva socialista, cuyo socialismo, por supuesto, renovado en la lógica de que nos planteara la mauta José Carlos Mariátegui, sin calco ni copia, sino creación heroica que refleje nuestras identidades propias y que seamos capaces de ir construyendo y fortalecer este espacio que hoy nos congrega.

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