Asesinato del ex primer de Japón

Asesinato del ex primer de Japón

¿A quién beneficia?

El ex primer ministro del Japón, Shinzo Abe, fue asesinado mientras discursaba en un acto de la campaña electoral para las elecciones nacionales del 10 de julio.

Ese asesinato llama mucho la atención porque suceso a pocos días de las elecciones en un país donde el último asesinato político sucedió en 1960.

El partido de Shinzo, el LDP (Partido Liberal Democrático) se encuentra adelante en la disputa electoral.

Con el estado de shock que se creó, los sectores más derechistas pasaron a aumentar la presión sobre las políticas de extrema derecha, como por ejemplo su “libre y abierto Indo-Pacífico” direccionado contra China, la activa participación de Japón en el Quad/ AUKUS (liderado por los Estados Unidos y direccionado contra China), la extensión de la OTAN (Organización del Atlántico Norte) en el Este de Asia, el aumento de la confrontación con Rusia a partir de la guerra en Ucrania y el conflicto de las Islas Kuriles (que Rusia ocupa desde la Segunda Guerra Mundial) y, principalmente, el cambio de la Constitución de 1947 para poder ampliar, fortalecer y proyectar las fuerzas armadas.

En dirección a la guerra

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El giro del LDP a la derecha tiene en la base la presión ejercida por la burguesía japonesa que ha sido impactada de lleno por la agudización de la crisis capitalista mundial, mientras que las políticas del gobierno aparecen insuficientes para mantener las ganancias. El super endeudamiento del estado y la recesión pueden provocar estallidos sociales. Se le hace necesario, como condición de sobrevivencia, acelerar la expansión y contener las masas; por esa razón, está renaciendo el militarismo japonés.

El endurecimiento de las relaciones con Corea del Norte y también con Corea del Sur siguen esa política.

La extrema derecha se agrupa en el Partido de la Innovación de Japón, que cuenta con 41 diputados. Pero también se organiza en el LDP que cuenta con la mayoría absoluta del parlamento con 261 de un total de 465.

El asesinato de Shinzo Abe favorece justamente el fortalecimiento de la extrema derecha dentro del LDP. Esto representa la posibilidad concreta de Japón en dirección a enfrentamientos militares en larga escala. Japón es uno de los aliados próximos de los Estados Unidos. Pero la agudización de la crisis y el desarrollo de la situación política puede acentuar las contradicciones en todos los niveles.

La burguesía imperialista busca una salida para su mayor crisis de todos los tiempos. Debido a la falta de condiciones de poner en pie una política alternativa al llamado “neoliberalismo”, apuesta en la guerra para disputar el mercado mundial y contener el ascendente movimiento de masas por medio de la militarización, los estados de sitio y las cortes marciales.

Las guerras contrarrevolucionarias andan de la mano con las revoluciones; y viceversa. El enfrentamiento cada vez más abierto, no solo entre las potencias capitalistas, sino también y principalmente entre la burguesía mundial y los trabajadores se vuelve más inevitable a cada día.  

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