Un pedacito de tierra para vivir

Un pedacito de tierra para vivir

La lucha por la vivienda, la tierra, un salario digno, y un futuro sin explotación es sin duda el reflejo de que este sistema no ha podido y no podrá jamás responder a los intereses de los trabajadores y pueblos explotados y al empresariado al mismo tiempo

Este lunes 25 de julio, a las 9, los vecinos y las vecinas, nucleados en la Asamblea Barrio 1 de Noviembre se movilizan desde la Rotonda de San Justo hasta la Municipalidad de La Matanza ,ante los incumplimientos por parte del municipio.

A través de un comunicado, los vecinos y las vecinas explican que después de varias represiones sufridas, las 400 familias del Barrio continúan sin ayuda del Estado. En la última reunión que tuvimos con el secretario de Gobierno, Gustavo Dutto, en enero pasado se habían pactado tres pautas que no se cumplieron.

El Municipio se había comprometido a articular la mercadería para los 5 merenderos para los niños del barrio; compartir con las familias un informe catastral de las tierras ociosas; hacer una mesa de diálogo con todas las partes para llegar a una resolución pacífica de este conflicto.

Las familias reiteran su necesidad de viviendas dignas y soluciones: “No necesitamos sus policías ni sus patrulleros, solo pedimos un pedacito de tierra para vivir”.

Es en este marco que se movilizarán el lunes 25 de julio, a partir de las 9, desde la Totonda de San Justo hasta la Municipalidad de La Matanza.

Mendigar un espacio para vivir

Este sistema que nos ata de manos y pies, obligándonos a creer en sus falacias llamadas «paz» y «democracia», en cuanto arremete contra nuestras vidas, nos obliga a trabajar más de 40 horas semanas, siendo que existe un brutal desempleo, nos rebaja los salarios por debajo de lo necesario para sobrevivir, prefiere que mueran personas a utilizar la ciencia a favor de la inmensa mayoría para que sigamos consumiendo en la industria de los medicamentos y nos obliga a mendigar un pedacito de tierra para vivir.

El capitalismo es la base de toda la explotación, donde la propiedad privada y el Estado Burgués son los 2 pilares que lo sustentan.

Si realmente viviéramos en una democracia como a los empresarios y banqueros a través de los gobiernos y organizamos internacionales, les gusta recalcar por qué no se aplica en Argentina, lo que su propia Carta Magna dice.

Desde la reforma constitucional de 1957 que estableció la garantía del acceso a la vivienda digna para todos, transcurrieron más de 60 años y seguimos igual que al comienzo.

La lucha institucional tiene un problema base, el cual, una vez que lo entendemos, se pierde toda ilusión en que este sistema pueda resolver los problemas que genera y transformarse en «un capitalismo humano y bondadoso»: Ese problema es que, las leyes y por ende, el aparato estatal, responde a la clase dominante, todo lo que se desarrolle en el mismo siempre tendrá como destinatario los intereses del gran empresariado y la banca.

No serán por estos medios que conseguiremos cambios reales, que no dependan de si la banca le va bien o mal, para dejar nuestros derechos tranquilos o quitárnoslos.

Parte del texto desarrollado basándose en el análisis del libro «Reforma o Revolución» de Rosa Luxemburgo:

«Los reformistas se pierden en un hecho clave, según Rosa Luxemburgo, y es que confunden las palabras “formales”, escritas en leyes, y la verdadera actuación del Estado y la vida de los trabajadores y las poblaciones explotadas.  La mayoría de los derechos consagrados no son más que lindos escritos, que luego en la práctica se ven ocultos bajo la pobreza extrema, la falta de derechos laborales, las habitaciones precarias, la flexibilización laboral, la falta de oportunidades reales, las jornadas de más de 10 horas, el no pago de horas extras, el trabajo esclavo, el trabajo informal, etc.»

La lucha por la vivienda, la tierra, un salario digno, y un futuro sin explotación es sin duda el reflejo de que este sistema no ha podido y no podrá jamás responder a los intereses de los trabajadores y pueblos explotados y al empresariado al mismo tiempo. No existe un estado capitalista capaz de NO destruir los recursos naturales, y a los propios trabajadores en pro de las ganancias de unos pocos. Ese es el deber de un nuevo Estado organizado por los y las trabajadoras y explotados del mundo.

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