¿Cuál es el impacto de la valorización del dólar?

El dólar norteamericano se ha valorizado en los últimos meses, no sólo en relación a las monedas de los países atrasados sino también en relación al euro, la libra esterlina y el yen japonés.

Las principales consecuencias se relacionan en primer lugar, con el aumento de la inflación. La gran mayoría de las materias primas son comercializadas en dólares. Eso implica en el aumento de los precios en las monedas locales.

El aumento de las materias primas, sean alimentos, energía o minerales, impactan directamente los precios de las mercancías en general.

Los Estados Unidos se favorecen porque las importaciones se ponen más baratas, ayudando a reducir el déficit comercial. El problema es que los efectos colaterales son enormes, principalmente en lo que se relaciona con la desestabilización generalizada del sistema capitalista mundial.

La exportaciones norteamericanas quedan más caras por lo cual disminuirán. Lo más probable es que el déficit comercial aumente. Y hoy día ya representa US$ 1 billón anual.

En Europa, los países más impactados por el endeudamiento (Portugal, Irlanda, Grecia, Chipre, España e Italia) no entraron en colapso, principalmente por los cuatro primeros han sido rescatados por el ESM (Mecanismo de Estabilidad Europea). Pero el aumento de las presiones provocadas por la valorización del dólar, le impone al BCE (Banco Central Europeo) la necesidad imperiosa de aumentar las propias tasas de interés, incluso para contener la escalada de los costos de las importaciones, fundamentalmente de la energía. El efecto colateral es el aumento de la presión sobre los países altamente endeudados.

El impacto sobre América Latina y los países atrasados

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Los países atrasados se ven altamente impactados, no sólo por la inflación sino también por los altos endeudamientos en dólares. Para resolver la balanza de pagos, será necesario atacar a los trabajadores, bajándoles los sueldos o quitándoles beneficios sociales, aumentando los impuestos o el endeudamiento público o privado, o aumentando los préstamos externos, del FMI (Fondo Monetario Internacional), BM (Banco Mundial) o bancos, lo que viene acompañado de fuertes exigencias.

Los resultados de esas políticas, que tienen como común denominador la defensa de las ganancias de las grandes empresas, son el aumento de la recesión y de la inflación, y la crisis de las deudas, lo que genera el desempleo y la carestía de la vida, que son los combustibles principales de la desestabilización social.

El fortalecimiento de las políticas proteccionistas crea problemas en las cadenas productivas globales, de las cuales dependen las ganancias de las grandes empresas. Si a esto le sumamos la política de guerra impuesta principalmente por el imperialismo norteamericano, la desestabilización tiende a aumentar.

Las contra tendencias, relacionadas con la estabilización se relacionan tanto con el aumento de las guerras inter-capitalistas como de las políticas de guerra civil impuestas por la burguesía y los trabajadores en escala mundial.

La crisis capitalista que se abrió en 2008 sólo aumenta. Y para cerrarla hay dos políticas principales: las guerras contrarrevolucionarias y la revolución.