Condenamos el atentado contra Cristina Kirchner

Ayer, 1 de septiembre de 2022, la vicepresidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner (CFK), fue víctima de un atentado a mano armada, que sólo por una falla en la pistola bersa calibre 40 le costó la vida.

El autor del intento de homicidio habría sido Fernando Andrés Sabag Montiel, brasileño residente en Buenos Aires de 35 años de edad.

CFK se encontraba llegando a su casa en el centro de la Ciudad de Buenos Aires saludando a los simpatizantes.

Aparentemente, fue un hecho aislado y producto de la “locura” individual de una persona. Pero, ¿qué está por detrás? ¿Y a quién beneficia?

Independientemente de haberse tratado de un acto meramente individual, la derecha ha promovido una gigantesca campaña sobre la supuesta corrupción de CFK hace años.

Recientemente CFK fue condenada a 12 años de prisión bajo fuerte campaña de la prensa más reaccionaria.

Obviamente, nada se habla sobre la corrupción de la familia Macri, por ejemplo, puesta en evidencia en los Panamá Papers. O el super corrupto préstamo del FMI (Fondo Monetario Internacional) por US$ 47 mil millones, de los cuales en torno a US$ 20 mil fueron usados para evitar el colapso de la derecha en las últimas elecciones presidenciales.

Mucho menos se cuestiona la destrucción y entrega total de la Argentina durante los gobiernos de Menem y los sucesivos y violentos ataques contra las condiciones de vida del pueblo argentino.

Las campañas contra la corrupción promovidas por la derecha siempre tienen como objetivo cerrar el régimen político y aumentar los ataques contra los trabajadores y la población.

El sistema capitalista es corrupto intrínsecamente, ya que ese es uno de los mecanismos por medio de los cuales los grandes capitalistas controlan el estado y el régimen. Y a parte de eso, basta mantener comprado al parlamento o al Poder Judicial y aprobar las leyes que les parezca mejor para que la corrupción se transforme en ley.

El atentado contra CFK tiene las huellas de la derecha más reaccionaria y del imperialismo norteamericano, que actúa en el país y en toda América Latina con total impunidad.

Confiar en la super corrupta “justicia” burguesa sólo puede ser ingenuidad de incautos, en el mejor de los casos.

El combate y la condenación de los corruptos solo puede ser una tarea de los trabajadores, principalmente de una revolución triunfante.