¿Problema geopolítico o lucha de clases?

La propaganda de guerra aplicada en alta escala desde la década de 1980, influenció a todo el espectro político oficial.

Los acontecimientos en el terreno de la política mundial supuestamente no estarían dominados por la lucha de clases, sino por conflictos geopolíticos, por luchas nacionales y la oposición entre dictaduras y democracias.

En realidad, en la época del imperialismo, el control de los territorios, de manera directa, se ha transformado en una cuestión secundaria. Por medio de la exportación de capitales, es como los monopolios controlan a los países.

La libre competencia da paso a la competencia a nivel mundial por el control del mercado mundial. Ese proceso abre paso al estallido de una guerra imperialista mundial.

El imperialismo norteamericano empujó a Rusia a una guerra en Ucrania con el objetivo de debilitar al principal aliado de su principal enemigo, China.

La guerra en Ucrania, ahora escaló para una guerra cada vez más abierta entre Rusia y la OTAN (Organización del Atlántico Norte), donde la independencia de Ucrania es un factor que poco importa en una guerra mundial entre las grandes potencias. Ucrania marcha a una mayor dependencia, sea de Rusia o del imperialismo norteamericano, o a la revolución.

La guerra mundial se desarrolla en varios frentes. Los recientes acontecimientos en el Estrecho de Taiwán marcaron una ruptura con la política anterior del imperialismo norteamericano que reconocía a Taiwán como parte integral de China e integrada, por medio de sus empresas, en importante medida controladas por el imperialismo norteamericano, a la economía mundialf.

El caso de Foxcon, la montadora del Iphone en China, es uno de los mecanismos de integración de China al mercado mundial bajo el control del imperialismo. La sumisión de China a los mecanismos de la especulación financiera y la aceptación de buena parte de las sanciones impuestas por los Estados Unidos revelan quien domina el mundo.

Una nueva división del mercado mundial pasa por la derrota militar del imperialismo norteamericano, que es la potencia dominante.

La declaración de altos funcionarios del gobierno de los Estados Unidos de que China y Rusia son sus principales enemigos significa que el desarrollo de la integración de China y Rusia al mercado capitalista mundial, de manera pacífica y controlada por el imperialismo, ha llegado a su fin.

El imperialismo, por su parte, para mantener su dominación precisa derrotar económica, política y militarmente a Rusia y, principalmente, a China, inclusive usando armas nucleares.

Esta es la condición fundamental para que el capital imperialista pueda desarrollar la acumulación capitalista y la reproducción ampliada del capital, que se ha visto muy dificultada desde el 2008. Esa es la base de la guerra contra China, que fue declarada por Trump, pero que venía perfilándose desde el final del gobierno Clinton.

El imperialismo es la época de las guerras contrarrevolucionarias y de las revoluciones.