La crisis política en Perú y el aumento de la rapiña

La crisis política en Perú y el aumento de la rapiña

¡URGENTE! El Estado Peruano, totalmente en crisis y deslegitimado por la población, utilizará las fuerzas armadas para controlar los medios de producción.

Hemos visto cómo el Estado Peruano se deshace de a poco como la “institución” suprema del país. Su legitimidad se encuentra más abajo que la legitimidad del Estado Chileno, y a la par del Estado Argentino. 

¿Qué quiere decirnos esto? 

Simplemente que la ciudadanía y en especial la masa trabajadora y explotada, no cree que el Estado con sus instituciones velen por la estabilidad, seguridad y el crecimiento del país para todos sus ciudadanos, y comienzan a cuestionar el actual modelo económico, como un modelo desarrollado para los intereses de una minoría. 

Cuestionar al Estado como un órgano que defiende los intereses de las clases dominantes y su legitimidad en momento de crecimiento económico es difícil, puesto que en esos momentos el Estado, con una característica de “benefactor” sale a brindarle migajas a las poblaciones y calma las aguas de las movilizaciones populares, las revueltas y revoluciones. 

Pero no disminuye la brecha de desigualdad entre clases. Esto último sólo se percibe en mayor esplendor en momento de crisis, cuando el Estado abandona todo su rol de benefactor, disminuye su tamaño únicamente a regular el mercado, salvar bancos y grandes empresas así como procede en la venta del patrimonio público. 

Para poder hacer frente a todas esas políticas de “desmantelamiento del Estado”, o sea de reducción de los programas sociales, también se comienza la creación de nuevas leyes para criminalizar, reprimir y encarcelar a quienes se movilicen en contra del mismo. 

Para que esto último funcione se ven obligados a abandonar y suprimir los derechos fundamentales y humanos conquistados con ardua lucha popular a lo largo de los años, desmantelando también el Estado de Derecho de los países. 

Este proceso es el que vivimos hoy en Perú y en una série de países. En los últimos días, nos han bombardeado con bombas de humo, falsas pantallas para nublarse la vista y no saber qué camino seguir. 

Son tantas las calumnias, la corrupción y las disputas entre grupos de la propia burguesía nacional (grupos de poder del Perú) que a veces perdemos el objetivo en los verdaderos acontecimientos que le aplican golpes reales a la población. 

En esta instancia, centrémonos en el robo de nuestros recursos a manos de capitales extranjeros y la “Alianza estratégica entre la Industria Minera y las Fuerzas Armadas para el desarrollo sostenible del Perú”. 

Es sabido que Perú se encuentra en recesión, pero lo que no nos comentan es que no es solo el Perú, sino la economía mundial la que se encuentra en una crisis monumental derivada de las contradicciones de su modelo de producción. 

Es decir, la forma en la que funciona el mundo hoy, no sirve para generar grandes acúmulos de riquezas rápido y sin crisis cíclicas y constantes. 

Las grandes potencias también se ven acorraladas por esta situación, Alemania, Inglaterra, Francia, China, Canadá y principalmente los Estados Unidos. 

Y es ahí, donde entra el punto. 

Nuestros países de América Latina son ricos en recursos naturales, los cuales, son productos muy valiosos en el mercado internacional. Es por eso que en su mayoría están en manos de empresas extranjeras y no en mano de la industria nacional. 

En medio de la actual crisis la burguesía busca por todos los medios aumentar el saque y la rapiña. Proponiendonos nuevos contratos mineros, nuevos proyectos de extracción de litio, disminución de las tasas de interés, retirado del material en compensados (donde se retiran también una série de otros minerales aún más importantes y valiosos a precios de nada). 

Nos han mentido sobre que la salida para la recesión del país es la apertura a más inversiones extranjeras. ¿Que discurso tan favorable a los grandes países que están en crisis y quieren nuestros recursos para luego revenderlos a mayor valor, verdad? 

Las últimas noticias, sobre el asalto armado a la minera “La Poderosa” llegan en un momento cúlmine para aumentar el miedo de la criminalidad, las organizaciones criminales y la sensación de que necesitamos aún más militares y policías en las calles y en nuestra vida cotidiana. 

¿Acaso se sabe que Pataz, la localidad en la cual se encuentra “La Poderosa” y otras 2 mineras, recibe casi 50 millones de soles anuales? 

Mientras tanto, sus calles no cuentan con carreteras, no hay hospitales, solo postas abandonadas; no cuentan con equipos de atención adecuados para emergencias, tampoco hay comisarías. Durante los temporales ha sido sacudida por deslizamientos que han dejado varios heridos, muertos y desaparecidos, siendo que con un desarrollo de la ciudad, con medidas de prevención adecuadas, la situación hubiese sido muy diferente. 

Entonces, cuando hablamos de los ataques a las mineras, por un lado, tenemos que hablar de la enorme pobreza que subyace al lado de la gran abundancia. Por otro, mencionar que los grupos armados criminales relacionados al robo en gran escala en muchas instancias también tienen por detrás la propia participación de «agentes del orden» y por ende, aumentar la militarización no asegura en caso alguno el fin de los delitos y el crimen. 

Un ejemplo no muy lejano es el caso de Chile, donde pese a la militarización de la “Macro Zona Sur” del país que dura más de un año, no fue capaz de contener el robo de madera de las forestales. 

Es necesario resaltar que los detenidos en los últimos meses por cometer dicho delito fueron los propios agentes de la seguridad del Estado que se encontraban en la zona, supuestamente “para evitar el delito”. 

Es así que en este contexto en el que nos llenan de miedo, y de informaciones a medio contar, es que se impulsan acuerdos y alianzas para aumentar la presencia militares en los sectores de punta del país, que dicho sea de paso con privados.

Es obvio que la colaboración entre la industria minera y las Fuerzas Armadas no puede ser un enfoque transformador y sostenible para abordar estos retos de manera integral. 

Comenzando por el hecho de que, no ataca el problema, sino, simplemente busca mitigar los costos para los ricos. 

¿QUÉ QUIEREN LAS GRANDES EMPRESAS?

El Estado Peruano promueve a partir de la televisión y sus representantes ideológicos como lo pueden ser periodistas, gobernadores, intelectuales, la idea de que el aumento de la presencia militar es la salida para acabar con la “ola de criminalidad” que azota al Perú. 

Por otro lado, sostiene que en el caos de la minería, que es un elemento principal en los ingresos del PBI (Producto Bruto Interno), se debe de cuidar a las empresas mineras, transnacionales, que invierten y se roban nuestros recursos ya que por lo menos, nos dejan algo de riqueza para el país. 

  • 10% del PBI, el 16% de la inversión privada, el 60% de las exportaciones, el 19% de los tributos empresariales y el 50% del consumo de energía eléctrica

Para Eduardo Calderón de la Barca Quiroz, director de @goberperu, “una asociación civil sin fines de lucro», «asume el compromiso de promover modelos de desarrollo alternativos que redimensionen el actual modelo de crecimiento; asumiendo los retos de la concertación política, la sostenibilidad socio ambiental, la interculturalidad, la innovación tecnológica, el conocimiento y la responsabilidad compartida, para una efectiva gobernabilidad democrática del país.”

La narrativa que presentan es casi la narrativa de los grandes grupos económicos, los cuales, escondidos detrás del supuesto “desarrollo sostenible y humano”, así como la supuesta interdisciplinariedad, e integralidad que solo fomenta la rapiña de nuestros países, la subordinación, el aumento de la criminalización popular, el recrudecimiento de las fuerzas armadas en la presencia cotidiana y en especial, la desigualdad. 

Esto ocurre porque utilizan estos conceptos y los vacían de contenido. Un ejemplo de esto es la propuesta continua del “El Papel de las Fuerzas Armadas en la Seguridad Nacional y el apoyo al Desarrollo”

Siguiendo el guión que nos imponen los dueños de los  grandes medios de producción y en especial el Imperialismo Norteamericano, ahora las fuerzas armadas cumplirían “su misión constitucional es garantizar la independencia, la soberanía, la integridad territorial de la República y el control del orden interno”. En realidad solo han sido utilizadas para defender a las grandes empresas, disparar contra el pueblo y en especial subordinarse a los países imperialistas. Como lo fueron los casos de las dictaduras, como lo fueron los más de 70 asesinatos desde diciembre del 2022 que no cuentan ni siquiera con un juicio aún, así como las continuas preparaciones que les dan las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Serían supuestamente la salida para una política institucional integral, inclusiva y sostenible. 

Ahora colocado de esta forma, es más simple ver en evidencia, de donde proviene este propuesta y es que es necesario aún así, solo para terminar de atar los cabos, mencionar el discurso de la general de cuatro estrellas del Comando Sur Laura Richardson sobre nuestros recursos naturales: (ella es una militar, y estos son los principios que se les enseña, los mismos que fueron traspasados durante las prácticas militares con los Estados Unidos a los soldados Peruanos)

«¿Por qué es importante esta región? 

Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras, está el triángulo de litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. “El 60 % del litio del mundo se encuentra en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia, Chile». las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo ligero y dulce, descubiertas frente a Guyana hace más de un año. Tienen los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro». « Tenemos el 31 % del agua dulce del mundo en esta región».

Aquí está la parte principal que conecta con estas narrativas, A ver si lo pueden ver: 

“A EE.UU. le queda «mucho por hacer» y «esta región importa» ya que «tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que empezar nuestro juego».

Twitter

El documento expuesto por Eduardo Calderón de la Barca Quiroz, director de @goberperu menciona “El concepto de seguridad nacional ha evolucionado en todo el mundo, pasando de la defensa del Estado a la seguridad humana, en donde la prevención es el objetivo fundamental para ayudar a descifrar las causas profundas de las vulnerabilidades, prestar especial atención a los riesgos incipientes y hacer hincapié en la intervención temprana.” 

¿Un acaso?

En la política nada es un acaso; el discurso sobre la “seguridad nacional” proviene como un guión para aumentar aún más el saqueo, y el recrudecimiento de un régimen militarista en nuestros países. 

¿Cómo confiar en las Fuerzas de orden si el propio crimen está dentro de las arcas del Estado? 

¿Vamos a combatir a los criminales confiando en otros criminales de mayor rango? 

Las respuestas a la situación del Perú no pasan por un simple aumento del número de militares en las calles o en los medios de producción. 

La necesidad actual de disminuir la pobreza, de que todos tengan una vivienda digna, un trabajo estable con sus derechos garantizados y que permita la vida de un núcleo familiar, el acceso al agua potable y alcantarillado, a un sistema de salud universal, gratuito y seguro que prevenga, combata y realice seguimientos, una educación de calidad, universal y gratuita enfocada en el desarrollo humano y no en el mercado, donde los recursos naturales estén al servicio de su cuidadanía y la integralidad real en el país, donde todos podamos vivir una vida humanamente, donde no haya discriminación por género, origen cultural, lengua, color de piel, etc. 

Esas necesidades de fondo, solo pueden resolverse con un cambio sustancial del sistema actual y no con meras reformas o más militares. 

Las demandas levantadas por la propia clase trabajadora fueron: 
  • Cierre del Congreso
  • Libertad a los presos políticos y restitución de castillo
  • Llamado a una Asamblea Constituyente con y para el Pueblo.

A esto debe sumarse el proceso de creación de nuevo referentes, los cuales levanten las demandas populares, los sentires de la población y sean capaces de darle dirección a la lucha de masas del país, con la finalidad de dar respuesta concreta a las necesidades que la mayor parte del perú sienten. 

Los esfuerzos hoy en día se están desarrollando a través de conversatorios, reuniones provinciales, asambleas y nuevas organizaciones.

Pero el verdadero cambio sólo puede venir de un cambio del modelo económico imperante, cualquier transformación sobre el actual modelo está destinada al fracaso, a la continuación de las actuales formas de vida, a la explotación y a la miséria.

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1 comentario en «La crisis política en Perú y el aumento de la rapiña»

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