Perspectivas del paro del 24 de enero en Argentina

La CGT, la Central General de los Trabajadores, convocó un paro a distancia y aislado sin un objetivo de lucha general ni de conjunto para el 24 de enero del 2024.

Para tomar esa decisión no se hicieron consultas en las bases ni movilizaciones, aún cuando está en la hora de combatir este gobierno catastrófico y apuntarle perspectivas a los trabajadores y a las masas

El Paro no tiene propuesta salarial ni para  jubilaciones, mientras pierden mucho de su poder adquisitivo debido a la inflación galopante que es del 30% anual con un porcentaje de pobreza oficial que golpea a la mitad de la población.

En muchas categorías profesionales el sueldo inicial se encuentra debajo de los $500 mil pesos mensuales –algo en torno a los US$500- que es el límite de la situación de pobreza oficial.

El paro será parcial.  Iniciará al mediodía con las marchas dirigidas al Congreso y no a la Plaza de Mayo, donde se encuentra la sede del Poder Ejecutivo.

El objetivo es fortalecer las negociaciones de la burocracia de la CGT con los varios sectores de los políticos institucionales que en vez de discutir la eliminación de la Ley Ómnibus de Milei, el DNU, está discutiendo hacerle algunos cambios.

Por ejemplo el plazo del DNU, que en lugar de tener validez por dos años con derecho a prórroga por cuatro, que sea por un año con derecho a prórroga por dos.

La política de la burocracia y los intereses de los trabajadores

La crisis argentina es tan profunda que desde los sectores más derechistas hasta la Unión Por La Patria, ninguno de los sectores políticos institucionales apuestan a oponérsele a la política de Milei.

En la práctica, la política de Milei es una continuidad de la política del gobierno de Mauricio Macri y de la política de Massa, aplicando un fuerte ajuste a los trabajadores y al pueblo argentino, principalmente por medio de la inflación.

Todo el régimen político oficial, lo que incluye a las organizaciones de trabajadores tomadas por las burocracias, se encuentra en profunda crisis impactados de lleno por la crisis generalizada.

El paro del 24 de enero es un paro tan de aparato como los que hemos visto en la mayoría de los países de América Latina, para mantener todo igual.

La burocracia sindical se enfoca en las paritarias, que son las discusiones de los sindicalistas con los patrones una vez por año, lo que obviamente provoca un fuerte impacto sobre los ingresos que son carcomidos por la inflación.

Los ataques contra los trabajadores y el pueblo argentino son brutales, incluso pasándole por arriba a las leyes establecidas.

Las perspectivas para la clase obrera pasan por transformar el régimen económico y político.

Es preciso ir al paro y exigir un aumento de los sueldos para llegar a $1 millón, por lo menos.

Las paritarias deben reunirse de inmediato y debe ser establecido un gatillo salarial para enfrentar la inflación.

Es preciso reorganizar el movimiento obrero por las bases, con interfabriles, coordinadoras e intersindicales.

Las acciones deben tener perspectivas políticas estratégicas, porque las reivindicaciones golpean los planes del gobierno y del imperialismo, y ponen en pauta quién debe gobernar Argentina y América Latina, las clases dominantes o los trabajadores.