Chile: Boric llama a la unidad nacional

Enseguida de haber votado en el Referendo por la “nueva” Constitución chilena, el presidente Boric, declaró que es necesario convocar a todas las fuerzas políticas y sociales para “continuar con el proceso”, ya sea para aplicar la nueva Constitución en el caso de que gane el apruebo o de “escribir otro en caso de rechazo”.

Dos cuestiones llaman mucho la atención en esas declaraciones. En primer lugar, toda la campaña del gobierno Boric a favor del Apruebo estuvo basada en que las opciones eran o votar el Apruebo o morirnos eternamente con la Constitución de Pinochet del año de 1980, levemente reformada durante el gobierno de Ricardo Lagos.

Ahora resulta que había una salida mucho más “interesante” y que satisfacía mucho más los intereses del pueblo chileno: Rechazar el borrador de esta “Nueva” Constitución porque en la práctica mantiene todas las estructuras fundamentales del pinochetismo y pasar a luchar inmediatamente por una Constitución que acabe con las estructuras del pinochetismo.

Esa tarea no puede ser dejada en las manos de un parlamento controlado por la derecha, como el actual, que fue transformado por decreto en “Convención Constituyente”.

La “institucionalidad” contra los trabajadores y el pueblo chileno

En segundo lugar, Boric expresó que cualquiera sea el resultado del plebiscito convocará a la «unidad nacional» en un ejercicio con «más democracia» para

superar fracturas sociales. «Puedo garantizar que nuestra voluntad y acción, independiente de cual sea el resultado, será convocar a una amplia unidad nacional de todos los sectores, de las organizaciones sociales, de la sociedad civil, de los partidos políticos».

Es evidente que la “unidad nacional” a la que Boric se refiere es a la unidad de todos los partidos políticos del régimen, junto con las burocracias que controlan al movimiento sindical y a las principales organizaciones sociales, para mantener el pinochetismo de pie, para mantener el sistema con los privilegios mórbidos de los capitalistas y la burguesía, mientras al pueblo chileno a cada día se le hace más difícil llegar al fin del mes.

Esa no es la unidad que le interesa al pueblo y sí la unidad por sus propios intereses.

Es preciso llamar a una Asamblea Constituyente, elegida a partir de las bases de los trabajadores y del pueblo, que liquide con todo los rastros del pinochetismo, con sus Carabineros, sus milicos, sus AFPs (fondos de pensión) e Isapres (fondos de salud) que enriquecen los capitalistas con el dinero del pueblo, con sus privatizaciones, con su militarización del Wallmapu, con sus presos políticos por luchar etc.

La Asamblea Constituyente debe ser la base del poder popular contra el poder de las élites burguesas gobernantes, que actúan como socios menores del imperialismo norteamericano, los verdaderos dueños de América Latina desde la Doctrina Monroe (“América para los americanos”, o sea para ellos).