¿Qué significa «en defensa del capitalismo democrático»?

A partir de la imposición del llamado “neoliberalismo” en escala mundial, en la década de 1980, se fortaleció el discurso de la burguesía sobre el supuesto predominio de la “democracia” (en abstracto), de la “libertad” (en abstracto), del fin del socialismo, del fin de la clase obrera porque ahora todos seríamos “emprendedores”.

La propaganda adquirió una magnitud tan agresiva que de hecho funcionó como una PSYOP (operación psicológica dentro de una política en lo fundamental militar).

El llamado “neoliberalismo” era el ataque feroz contra las organizaciones obreras y revolucionarias a partir de la integración al mercado mundial de centena de millones de trabajadores chinos y de la ex Unión Soviética que ganaban una miseria.

Esa política generó muchas crisis en la década de 1990 y acabó en el gran estallido capitalista del 2008.

Como el sistema capitalista mundial no ha sido capaz de generar una política alternativa, más de lo mismo es lo que ha sido aplicado a seguir.

En 2019 un nuevo estallido, mucho más grave, fue controlado por medio de la “pandemia” y, en 2022, por medio de la guerra en Ucrania.

La especulación financiera ha ido a las nubes.

Los volúmenes de capitales ficticios, que no encuentran ubicación en la producción, son obscenos. Con ellos el capitalismo encuentra cada vez más dificultades para reproducirse de manera ampliada y para obtener ganancias.

Los apologistas de la burguesía

La visión del “capitalismo democrático, de la “democracia”, es muy divulgada en toda la propaganda oficial. Sería el único mundo posible; no habría otro.

Vale la pena leer el artículo publicado en el Financial Times, el día 19.1.2023, bajo el título “Martin Wolf: en defensa del capitalismo democrático”. https://www.ft.com/content/877d1a2d-67df-46a4-a3af-8e28198b944a

Wolf, que es uno de los editorialistas más importantes de uno de los principales portavoces de la especulación financiera mundial, reconoce abiertamente que los Estados Unidos y el Reino Unido son los países más desiguales de los más avanzados. Hasta pone un gráfico sobre el asunto.

“El crecimiento sigue siendo esencial. Lo mismo ocurre con el estado de bienestar, que tiene sentido tanto económico como social. Puede asegurar riesgos que el sector privado no asegurará. Bien diseñado, puede ofrecer a todo el mundo una ventaja y promover así la igualdad de oportunidades. Es una forma eficiente de distribuir el consumo a lo largo de la vida, ayudando a las personas cuando son jóvenes (como niños, estudiantes y padres jóvenes) y mayores (como jubilados), al mismo tiempo que les grava en sus años intermedios más prósperos.”

La burguesía es incapaz de reconocer la esencia ultra explotadora del capitalismo, su proceso de acumulación de la riqueza en manos de pocos y de la pobreza en manos de muchos en escala mundial.

¿ Quiénes serían los culpables por tal estado de cosas?

Según el Financial Times serían principalmente miembros de la familia Sackler que controlan el negocio farmacéutico, los gobiernos de Xi Jinping y de Putin, a parte de un cierto control de la libre competencia.

Y como conclusión final, la “maravillosa perla”:

“Debemos reconocer la fragilidad del capitalismo democrático incluso en su corazón. Pero no debemos menos que reconocer su valor perdurable. Lo hemos heredado de las luchas de nuestros antecesores. Debemos reformarla y protegerla para nuestros descendientes. En gran parte, el éxito depende de la probidad y sabiduría de sus élites. Solo si se revive la confianza se protegerá la legitimidad del sistema contra sus depredadores, que no solo están afuera, sino también, por desgracia, adentro.”

En realidad, la rueda de la historia sigue girando para adelante.

No hay ningún “capitalismo democrático” ni el capitalismo liberal del Siglo XIX.

Lo que hoy existe es el más brutal parasitismo de todos los tiempos.

Al mismo tiempo existe el mayor desarrollo de las fuerzas productivas. Esa es la base para una sociedad superior, que implica en deshacerse del puñado de zánganos que domina el mundo para socializar la producción en beneficio de toda la Humanidad.